lunes, 12 de noviembre de 2012

Semanario  Nº 285º
El hijo de Barrabás

Cuenta una leyenda nazarena que Jesús se hallaba rodeado de niños. Su
sonrisa era miel para los pequeños; ellos la entendían. ¡Jesús, sí que
los quería! Las madres le presentaban sus hijos para que los
bendijese. Los apóstoles los apartaban, pero Jesús les dijo:
—¡Dejad que los niños vengan a mi! Sentándose en medio de ellos. De
pronto Jesús cortó su palabra. Había visto a un niño triste, con cara
de hambre y con el vestido roto. Era una espina para su corazón. Lo
llamó y lo acarició. El niño rompió a llorar.
—¿Qué tienes, por qué te afliges?
—¡Mi padre ha sido condenado a muerte y está en la cárcel! —¡
Pobrecito ! ¿Y quién es tu padre? El niño escondió su carita en los
pliegues del manto de Jesús y dijo con rubor:
—¡Barrabás! Dicho esto echó a llorar. Todos lloraban.
—¡No llores!, le dijo Jesús. Otro morirá por él.
En los ojuelos del niño florecía la felicidad. Tenía fe en las
palabras de Jesús. Lo había dicho él  así debía suceder. Jesús se
levantó, bendijo a los niños y se dirigió a Jerusalén en donde curaría
al ciego de nacimiento, libraría a los endemoniados, sanaría al
paralítico, devolvería la salud a tantos enfermos, y el pueblo en
cambio, le preparaba la condenación y el oprobio de ser pospuesto a
Barrabás, que era un malhechor y él era el Cordero de Dios, que lava
los pecados del mundo. ¡La súplica del niño había sido atendida!

Aunque…

Aunque no escribas libros, eres el escritor de tu vida. Aunque no seas
Miguel Ángel, puedes hacer de tu vida una obra maestra. Aunque no
entiendas de cine, ni de cámaras, tu existencia puede transformarse en
un film primoroso con Dios de productor. Aunque cantes desafinado, tu
existencia puede ser una linda canción, que cualquier afamado
compositor envidiaría.
Aunque no entiendas de música, tu vida puede ser una magnífica
sinfonía que los clásicos respetarían. Aunque no hayas estudiado en
una escuela de comunicaciones tu vida puede transformarse en un
reportaje modelo. Aunque no tengas gran cultura puedes cultivar la
sabiduría de la caridad. Aunque tu trabajo sea humilde, puedes
convertir tu día en oración. Aunque tengas cuarenta, cincuenta,
sesenta o setenta años, puedes ser joven de espíritu. Aunque las
arrugas ya marquen tu rostro, vale más tu belleza interior.
Aunque tus pies sangren en los tropiezos y piedras del camino, tu
rostro puede sonreír. Aunque tus manos conserven las cicatrices de los
problemas y de las incomprensiones, tus labios pueden agradecer.
Aunque las lágrimas amargas recorran tu rostro, tienes un corazón para
amar. Aunque no lo comprendas, en el cielo tienes reservado un
lugar...
Todo, Todo... depende de tu confianza en Dios y de tu entrega total a
aquel que te ha amado desde siempre. Eres desde siempre un digno Hijo
suyo. Atrévete ahora a vivir como él.

Bendición breve y completa

Hay en la Biblia una hermosa bendición que te propongo rezarla cada
día, y es ésta:

“Señor bendíceme y protégeme;

haz brillar tu rostro sobre mí y muéstrame tu gracia;
descúbreme tu rostro y concédeme la paz”.

Amigo/a: bendecido por Dios, empieza animosamente el día con el

corazón dilatado para correr por el camino de su voluntad. P. Natalio.

La cáscara de banana

En los grupos suele haber siempre un burlón que se siente importante
cuando le festejan la broma que hace a la víctima elegida. Con tiempo
la venía estudiando, conoce lo que no le gusta y cuáles son sus
temores. Aprovecha cada debilidad y error. Pierde tiempo para
disfrutar la derrota de su imaginario rival al que a veces llama
compañero y amigo.

Aquel día en el zoológico había algunos visitantes que en grupos se

detenían a observar las  jaulas: leopardos, leones, jirafas, monos y
monitos de toda clase. Los monos con sus monadas atraían al público y
algunos les tiraban maníes o frutas. Pero llegó un momento en que los
monos quedaron tranquilos comiendo los regalos. Un monito al terminar
su banana, vio acercarse un señor grande y obeso, arrojó la cáscara al
camino y quedó a la expectativa. Al pasar el gordo pisó la cáscara con
tan mala suerte que se dio una sentada terrible quedando con los pies
al aire. Todos los monos corrieron a las rejas gozando del
espectáculo, riendo y aplaudiendo como nunca en su vida de zoológico.

Sentirse objeto de burla es molesto e irritante. Si alguno siente

satisfacción en divertirse a costa de los demás, recuerde que siempre
encontrará a otro que lo hará con él... y eso no le gustará. Antes de
emprender un largo viaje, Tobías recibió de su padre, entre otros
consejos, éste que es una norma de oro: “No hagas a otro lo que no te
agrada a ti”, (4, 15). P. Natalio.

Pensamientos

- ¿Quieres ayudar? Ayúdate primero. Los que tienen conflictos provocan
conflictos a su alrededor. Los que no se aceptan no pueden aceptar a
los demás. Los fracasados necesitan ver fracasar a los demás. Los
resentidos siembran violencia. Ignacio Larrañaga.
- Nada resulta más atractivo en una persona que su cortesía, su
paciencia y su tolerancia. Cicerón.
- Si las semillas sembradas en tierra negra pueden llegar a
convertirse en rosas tan bellas, ¿qué no puede llegar a ser el corazón
del hombre en su largo camino hacia las estrellas? Gilberto
Chesterton.
- No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu vecino cuando
también cubre el umbral de tu casa. Confucio.
- La mayoría de las ideas fundamentales de la ciencia son
esencialmente sencillas y, por regla general pueden ser expresadas en
un lenguaje comprensible para todos. Albert Einstein.
- Aunque uno no haga más que alfileres, tiene que ser entusiasta de su
oficio, para sobresalir en él. Diderot.
- Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es
capaz de convertirlo en experiencia.  Elbert Hubbard

domingo, 4 de noviembre de 2012

Semanario  Nº 284º

Jesús le habló a un niño

En la Inglaterra protestante, un misionero católico predicaba a muchos
niños sobre la Sagrada Eucaristía. Uno de los pequeños se conmovió
tanto al oír que Jesús nos ama y nos protege, que a la mañana
siguiente, levantándose muy temprano, corrió a la Iglesia y se acercó
al altar. Dada su pequeña estatura, no podía llegar al Sagrario; se
subió entonces a la mesa del altar y golpeando la puertecita preguntó:
—¿Estás aquí, Jesús? Al no oír respuesta, volvió a decir: — ¿Estás
aquí, Jesús? Contéstame. Me lo han dicho en la catequesis. El pequeño
trató de escuchar, pero al no oír nada insistió: —Querido Jesús, yo
creo en ti y te amo. Contéstame, por favor. Esta vez Jesús dejó oír su
voz: —Sí, estoy aquí, pequeño, ¿qué es lo que necesitas de mí? El niño
con voz temblorosa, musitó: —Mi padre no es cristiano; te pido por
favor que lo conviertas, Jesús mío. Y Jesús le dijo: —Tu oración ha
sido escuchada. El niño volvió a su casa contento y muy devoto; ese
mismo día su padre se confesaba y retornaba a Dios.

Aprender a amar

Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite comida; cuando
tenga sed, dame alguien que precise agua; cuando sienta frío, dame
alguien que necesite calor. Cuando sufra, dame alguien que necesita
consuelo; cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del
otro; cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis minutos;
cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar alguien; cuando
esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos. Cuando quiera
que los otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi
comprensión; cuando sienta necesidad de que cuiden de mí, dame alguien
a quien pueda atender; cuando piense en mí mismo, vuelve mi atención
hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos; dales, a través
de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, sino también nuestro
amor misericordioso, imagen del tuyo. Teresa de Calcuta

Por las almas del Purgatorio

¡Señor omnipotente, que por el amor que tienes a los hombres te
dignaste revestirte de nuestra naturaleza, vivir entre privaciones,
sufrir una pasión dolorosísima y morir finalmente en la Cruz! Te
suplicamos, por los infinitos méritos que con tu Sangre preciosísima
nos adquiriste, dirijas tus ojos de piedad a los tormentos que sufren
en el Purgatorio las almas benditas. Ellas salieron de este valle de
lágrimas en estado de gracia y, para expiar las deudas que contrajeron
con tu divina justicia, sufren los ardores de aquellas llamas. Acepta,
pues, Dios de misericordia, las súplicas que por ellas humildemente te
ofrezco, sácalas de aquella tenebrosa cárcel y llévalas a la gloria
del Paraíso. Te recomiendo particularmente las almas de mis parientes,
de mis bienhechores espirituales y temporales, y en especial de
aquéllas que, con mi mal ejemplo, hayan podido recibir ocasión de
pecado. Virgen Santísima, Madre de piedad, consuelo de los afligidos,
intercede por esas almas, a fin de que por tu intercesión potentísima,
vuelen al cielo para gozar de la gloria que les está preparada. Amén.

Consulta al abogado

Es un hecho real que se puede ganar una o muchas batallas, pero
terminar perdiendo la guerra. Es lo que dicen con claridad estos
refranes castellanos: “El que ríe último, ríe mejor”, “No cantes
victoria antes de gloria” y “No te duermas sobre los laureles”. Todos
estimulan a perseverar en el esfuerzo y la vigilancia. Un
universitario no puede contentarse con aprobar una o varias
asignaturas, sino todas para obtener su título de arquitecto, médico o
ingeniero.

Un carnicero acude al  despacho de su vecino abogado y le formula una

consulta, —¿Se puede denunciar al dueño de un perro que ha entrado en
la carnicería y se ha llevado un bife?
—Claro, responde el abogado. — Y ¿a cuánto ascendería la multa que le
podría caer al dueño del perro? El abogado responde:  —A trescientos
€. —Pues, es usted dueño del perro, —responde el carnicero —tengo
varios testigos que pueden certificarlo. Ya me está pagando esa
cantidad si no quiere que formule la denuncia. El abogado, sin
inmutarse, le entrega los billetes. Al día siguiente, el carnicero
recibe una nota que indica lo siguiente: "Por consulta al abogado,
factura 600 €".

Se cuenta en la historia de Grecia y Roma que Pirro, rey de Epiro, en

una expedición contra los romanos, gracias a la sorpresa que causaron
sus elefantes salió vencedor. Pero le resultó tan caro el triunfo que
respondió a los generales que lo felicitaban: “Con otra victoria como
ésta, estoy perdido”. Cuídate de estos triunfos a lo Pirro, como el
del carnicero. P. Natalio.

Pensamientos

- El aburrimiento ha entrado en el mundo por la puerta de la pereza. La Bruyère.
- Los animales son buenos amigos, no hacen preguntas y tampoco
critican. George Eliot.
- Debemos amar a Dios porque Él es Dios, y la medida de nuestro amor
debe ser amarlo sin medida. San Bernardo.
- Los ojos y las alas de una mariposa bastan para aplastar a un ateo. Diderot.
- Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces,
pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como
hermanos. Martin Luther King.
- Suavizar las penas de los otros es olvidar las propias. Abrahán Lincoln.
- Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te
ahorrarás disgustos. Confucio.
Gracias por tu visita!!!