domingo, 24 de abril de 2011

Semanario Nº 204º

 

Extraña curación de un drogadicto
El 20 de diciembre del 2000 Juan Pablo II aprobaba el milagro
atribuido a Juan Diego, el indio mejicano testigo de las apariciones
de la Virgen de Guadalupe en 1531. El hecho ocurrió el 6 de mayo de
1990 mientras el Papa beatificaba a Juan Diego y cambió para siempre
la vida del drogadicto Juan José Barragán Silva.
Tenia entonces Barragán 20 años y era consumidor habitual de marihuana
desde los quince. Aquel día, excitado bajo la influencia de la droga,
se apuñaló en presencia de su madre y se abalanzó hacia el
balcón para
lanzarse al vacío. La madre le sujetó por las piernas pero fue inútil:
se deshizo de ella y se arrojó a la calle de cabeza. El balcón estaba
a 10 metros de altura, el joven pesaba 70 kilos, y el ángulo de
impacto de la cabeza con el suelo fue de 70 grados.
Ingresó aún vivo en la unidad de cuidados intensivos del Hospital
Durango de Méjico. Fue tratado por J. H. Hernández Illescas, neurólogo
de fama internacional y por otros dos especialistas que describieron
el caso como «único, sorprendente, inconcebible, científicamente
inexplicable».
Y es que tres días después, de repente y de forma increíble, Barragán
estaba completamente curado. No quedaron secuelas neurológicas ni
psíquicas, ni el más mínimo asomo de minusvalía. Esperanza, madre del
muchacho, dijo que cuando vio que su hijo se lanzaba por la ventana lo
encomendó a Dios y a la Virgen de Guadalupe y dirigiéndose a Juan
Diego le suplicó: «Dame una prueba, ¡salva a mi hijo!».

Juan Diego nació en 1474 y su nombre de pila era Cuauhtlatoatzin hasta
que junto a su mujer fue bautizado por el misionero franciscano Fray
Toribio de Benavente. El 9 de diciembre de 1531 Juan Diego vio a la
Virgen María en el cerro de Tepeyac. Nuestra Señora le habló en su
lengua nativa, el náhuatl, y de forma cariñosa le suplicó dijera al
obispo que levantaran una iglesia en su honor. Según la tradición
fueron cinco las apariciones, la última de las cuales ocurrió el 12 de
diciembre, día en que curó a su tío gravemente enfermo y en que ordenó
que llevara al obispo Zumárraga un ramo de rosas silvestres en su
ayate o tilma. Al desplegar el poncho ante el obispo la imagen hoy
venerada apareció impresa en el tejido.

Un amigo es …
El que siendo leal y sincero, te comprende El que te acepta como eres
y tiene fe en ti.
El que sin envidia reconoce tus valores, te estimula y elogia sin adularte.
El que te ayuda desinteresadamente y no abusa de tu bondad.
El que con sabios consejos te ayuda a construir y pulir tu personalidad.
El que goza con las alegrías que llegan a tu corazón.
El que respetando tu intimidad, trata de conocer tu dificultad para ayudarte.
El que sin herirte te aclara lo que entendiste mal, o te saca de error.
El que levanta tu ánimo cuando estás caído.
El que con cuidados y atenciones quiere menguar el dolor de tu enfermedad.
El que te perdona con generosidad, olvidando tu ofensa.
El que ve en ti un ser human con alegrías, esperanzas, debilidades y luchas.
"Los amigos son la manera como Dios nos cuida”.

Jesús, mi salvador
Si me abrasa la fiebre, tú eres la fuente que refresca;
si me oprimen las culpas, tú rompes mis cadenas;
si necesito ayuda, tú eres mi fuerza y mi poder;
si tengo miedo a la muerte, tú eres la vida;
si deseo el cielo, tú me señalas el camino;
si huyo de las tinieblas, tú eres mi luz; y
si me falta alimento, tú eres el Pan vivo.

Gato y perro
- Escuche, vecino, tengo que pedirle disculpas: mi gato acaba de
destruir a su perro.
- ¡Imposible! ¡Mi perro es dóberman!
- Sí, pero mi gato es hidráulico.

Deportista prometedor
- Dígame, entrenador, ¿usted cree que mi hijo tiene futuro en el fútbol?
- Vea, señor, su hijo es muy prometedor.
- ¿Tiene talento?
- No, hace tres años que viene prometiendo que va a jugar bien.

Pensamientos
- No te dejes contaminar por la superficialidad. Esta enfermedad causa
la muerte gradual de la voluntad. Sus síntomas son un continuo cambio
de opiniones y de actividades. Cardenal Van Thuán.
- El día en que todos los hombres decidieran ser tiranos consigo
mismos, de allí en adelante no habría más revoluciones ni leyes, y
todos serían perfectamente libres. Jacinto Benavente.
- Mientras el río no vuelve a su lecho es imposible trabajar en la
zona inundada. Si tu sensibilidad se desborda y te invade, impedirá tu
reflexión, tu juicio y la conducta de toda tu vida, mientras no la
pongas en su lugar. Michel Quoist.
- La humildad no consiste en creerse peor o más mediocre de lo que
somos, sino en conocer claramente todo lo que nos falta. Lacordaire.
- Concédeme, Señor, buen humor para que sepa gozar de un poco de
felicidad en esta vida y para ayudar a otros a gozar de ella. Santo
Tomás Moro.
- Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y
guarniciones. El plato principal nunca lo conocen. Ortega y Gasset.
- El hábito de la crítica es uno de los obstáculos más grandes del
crecimiento espiritual. El hablar mal de los otros no hace más que
irritarlos y cultivar amargura en tu corazón. Nguyen Van Thuan.

domingo, 17 de abril de 2011

Semanario Nº 203º
 

El corcho y la maestra
Hace años, un supervisor visitó una escuela primaria. En su recorrida
observó algo que le llamó poderosamente la atención: una maestra
estaba atrincherada atrás de su escritorio, los alumnos hacían gran
desorden; el cuadro era caótico. Decidió presentarse: —Permiso, soy el
supervisor de turno... ¿algún problema?
—Estoy abrumada, señor, no se qué hacer con estos chicos... No tengo
láminas, el Ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada
nuevo que mostrarles ni qué decirles...

El supervisor, que era un docente de alma, vio un corcho en el
desordenado escritorio. Lo tomó y con aplomo se dirigió a los chicos:
—¿Qué es esto?"
—Un corcho, señor, —gritaron los alumnos sorprendidos. —Bien, ¿de
dónde sale el corcho?"
—De la botella, señor. Lo coloca una máquina. —Del alcornoque, de un
árbol. —De la madera, —respondían animosos los niños. —¿Y qué se
puede hacer con madera?, —continuaba entusiasta el docente.
—"Sillas...", "una mesa...", "un barco..."
—Bien, tenemos un barco. ¿Quién lo dibuja? ¿Quién hace un mapa en el
pizarrón y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito?
Escriban a qué provincia argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro
puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que
allí nació? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de
este lugar? —Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música,
economía, literatura, religión, etc.
La maestra quedó impresionada. Al terminar la clase le dijo conmovida:
—Señor, nunca olvidaré lo que me enseñó hoy. Muchas Gracias.

Pasó el tiempo. El supervisor volvió a la escuela y buscó a la
maestra. Estaba acurrucada atrás de su escritorio, los alumnos otra
vez en total desorden.
—Señorita, ¿qué pasó? ¿No se acuerda de mí? —Sí, señor, ¡cómo
olvidarme! Qué suerte que regresó. No encuentro el corcho ¿Dónde lo
dejó?

Compartir la luz
Un maestro, contó a sus discípulos la siguiente historia:
- Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura
caverna, donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de
ellos logró encender una pequeña antorcha. Pero la luz que daba era
tan escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo,
se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás
prendiera su propia antorcha, y así compartiendo la llama con todos,
la caverna se iluminó.

Uno de los discípulos preguntó al maestro: - ¿Qué nos enseña, maestro,
este relato? Y el maestro contestó: - Nos enseña que nuestra luz
sigue siendo oscuridad si no la compartimos con el prójimo. Y también
nos dice que el compartir nuestra luz no la desvanece, sino que por el
contrario la hace crecer.
El compartir nos enriquece en vez de hacernos más pobres. Los
momentos de más felicidad son aquellos que hemos podido compartir. Que
Dios nos dé siempre la luz para iluminar a todos los que pasen a
nuestro lado.

Oración de santa Faustina Kowalska
Oh Señor, deseo transformarme toda en tu misericordia y ser un vivo
reflejo de ti. Que tu insondable misericordia, pase a través de mi
corazón al prójimo.
Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos, para que yo
jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello
en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.
Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean misericordiosos, para que tome
en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus
penas y gemidos.
Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa, para que jamás
hable negativamente de mi prójimo, sino que tenga una palabra de
consuelo y de perdón para todos.
Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de
buenas obras, para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargue
sobre mí las tareas más difíciles y más penosas.
Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos, para que
siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia
fatiga y cansancio.
Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso, para que yo
sienta todos los sufrimientos de mi prójimo. A nadie le rehusaré mi
corazón. Seré sincera incluso con aquellos de los cuales sé que
abusarán de mi bondad. Y yo misma me encerraré en el
misericordiosísimo Corazón de Jesús. Soportaré mis propios
sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh Señor mío, repose
dentro de mí. Amén.

Inasistencias
Cuando iniciamos un curso complementario, nos insistieron sobre la
puntualidad, los permisos y las inasistencias. El docente recalcó
varias veces las consecuencias de ausentarse frecuentemente. Luego
preguntó a todos los presentes:
—Por favor, quiero saber quiénes son los que más faltan.
Desde el fondo del aula una voz, sonora y profunda, explicó:
—¡Hoy no están!

Pensamientos
- El tirano a quien maldecimos es quizá la mano de Dios que nos pone
en el recto camino. Mahatma Gandhi,
- Los mayores éxitos han sido para los que han aceptado los mayores
riesgos. Bergson.
- No hay madera de santo en un alma melancólica; la alegría es como un
misionero que predica a Dios haciéndolo amar. P. Federico Faber.
- He aquí las cuatro virtudes cristianas: la fe, la esperanza, la
caridad y el buen humor. Mons.Benson.
- Dadme un hombre que cante mientras trabaja. Seguro que trabajará
más, que trabajará mejor, que trabajará por más tiempo. Tomas Carlyle.
- Confía en el Señor con toda el alma, no te fíes de tu propia
inteligencia, en todos tus caminos piensa en Dios y él allanará tus
sendas. Salomón.
- Nunca consideres el estudio como una obligación, sino como una
oportunidad para penetrar en el bello y maravilloso mundo del saber.
Albert Einstein.
- Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podremos guiar a otros
en la búsqueda de su propia paz. Confucio.
- La verdad sencilla es siempre la defensa más segura, la espada más
tajante, el camino más recto para llegar al fin. Mahatma Ghandi.

domingo, 10 de abril de 2011

Semanario Nº 202º

Asamblea en la carpintería
Cuentan que en la carpintería, hubo una vez una extraña asamblea de
herramientas. El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le
notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? Hacía demasiado ruido.
Aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo;
dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Eltornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija,porque era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los
demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado
el metro, que se la pasaba midiendo a los demás, como si fuera elúnico perfecto.

En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.
Utilizó el martillo, el tornillo, la lija y el metro. Finalmente, la
tosca madera inicial, se convirtió en un fino mueble. Cuando la
carpintería quedó completamente sola, la asamblea reanudó la
deliberación. Tomó la palabra el serrucho y dijo:

“Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el
carpintero trabaja con nuestras capacidades. Eso, es lo que nos hace
valiosos. No pensemos ya en nuestros límites, y concentrémonos en la
utilidad de nuestras aptitudes”.

La asamblea encontró que el martillo era fuerte, el tornillo unía y
daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas, y
observaron que el metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un
equipo capaz de producir muebles de calidad, orgullosos de sus
fortalezas y de trabajar juntos ¿Nos sentimos dispuestos a poner en
común lo mejor que tenernos, para que cada comunidad salga adelante y
prospere?

Educar
No educas cuando impones tus convicciones, sino cuando suscitas
convicciones personales.
No educas cuando impones conductas, sino cuando propones valores que motivan.
No educas cuando impones caminos, sino cuando enseñas a caminar.
No educas cuando impones la sumisión, sino cuando despiertas el coraje
de ser libres.
No educas cuando impones tus ideas, sino cuando fomentas la capacidad
de pensar por cuenta propia.

No educas cuando impones el terror que aísla, sino cuando liberas el
amor que acerca y comunica.
No educas cuando impones tu autoridad, sino cuando cultivas la
autonomía del otro.
No educas cuando impones la uniformidad que adocena, sino cuando
respetas la originalidad que diferencia.
No educas cuando impones la verdad, sino cuando enseñas a buscarla
honestamente.
No educas cuando impones un castigo, sino cuando ayudas a aceptar una sanción.

No educas cuando impones disciplina, sino cuando formas personas responsables.
No educas cuando impones autoritariamente el respeto, sino cuando lo
ganas con tu autoridad de persona respetable.
No educas cuando impones el miedo que paraliza, sino cuando logras la
admiración que estimula.
No educas cuando impones información a la memoria, sino cuando
muestras el sentido de la vida.

Antes de un examen
Señor, voy a rendir un examen, dame tu paz y ven conmigo. Concédeme la
simplicidad y la alegría de cosechar el fruto de las semillas que
sembré en largas horas de silencio y de estudio.
Que este examen sea el amén de todo este esfuerzo de estudiar cada
día, poniéndolo ante tus ojos como ofrenda y oración. Que no me
enorgullezca el saber mucho, ni me paralice el terror de olvidar lo
aprendido. No te pido milagros, sólo la lucidez que dinamice y dé
fuerzas a mi corazón, y que te vengas conmigo.
Y de paso, tú que más de una vez fuiste puesto a prueba, concédeme que
quienes han de examinarme sean razonables y justos; que se acuerden de
que la historia trasciende sus materias; y hasta gocen poniendo un
toque de buen humor. Porque ellos y yo sabemos que un examen no decide
la vida, y es apenas un instante especial de la misma. Señor, mi único
Maestro, escúchame y ven conmigo. Amén.

¡Bendito sea Dios!
Todas las mañanas una mujer salía a la puerta de su casa y gritaba;
— ¡Bendito sea Dios!
Y el ateo que tenía como vecino respondía:
— ¿Dios no existe!
Un día la mujer suplica: Señor, ¡tengo hambre! Por favor, dame comida.
A la mañana siguiente encuentra una enorme caja, llena de alimentos,
junto a su puerta.
— ¡Bendito sea Dios!, exclama.
— ¡Le he dicho diez mil veces que Dios no existe! – grita el vecino
mientras aparece detrás de un arbusto –. Yo compré todos esos
productos.
— ¡Bendito sea Dios! –dice la mujer–. No sólo me regaló comida, sino
que hizo que el mismo Satanás la pagara.

Pensamientos
- El aburrimiento es la enfermedad de las personas afortunadas; los
desgraciados no se aburren, tienen demasiado que hacer. A. Dufresnes
- La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de
Dios, e imperfecciones para probar que sólo es una imagen. Blaise
Pascal.
- Si hablas de ti que sea en beneficio de los demás, para aclararles
algo, tranquilizarlos, pero nunca para hacerte notar, para eclipsar,
para desanimar, para aplastar. Michel Quoist.
- Si se rompe un vaso en tu casa, conserva la misma calma que cuando
se rompe en la casa de otro. Proverbio.
- ¿Quién sirve y obedece a Jesús con tanto empeño y constancia como se
sirve al mundo y a sus dueños? Avergüénzate, alma mía, indolente y
quejumbrosa, de que aquéllos sean más solícitos para su perdición que
tú para la vida. Tomás Kempis.
- Podrás pisotear una o varias flores, pero nunca podrás detener la
primavera. Anónimo.
- El justo debe imitar a la madera del sándalo, que perfuma el hacha
que lo hiere. Proverbio indio.

domingo, 3 de abril de 2011

Semanario Nº 201º

Las semillas del rey
En un pueblo lejano, el rey convocó a todos los jóvenes a una
audiencia privada con él, en donde les daría un importante mensaje.
Muchos jóvenes asistieron y el rey les dijo: "Os voy a dar una semilla
diferente a cada uno de vosotros, al cabo de 6 meses deberán traerme
en una maceta la planta que haya crecido, y la planta más bella ganará
la mano de mi hija y, además, el reino". Así se hizo, pero había un
joven que plantó su semilla y ésta no germinaba; mientras tanto, todoslos demás jóvenes del reino no paraban de hablar y mostrar las
hermosas plantas y flores que habían sembrado en sus macetas.

Llegaron los seis meses y todos los jóvenes desfilaban hacia el
castillo con hermosísimas y exóticas plantas. El joven esta­ba
demasiado triste pues su semilla nunca germinó, ni siquiera quería ir
al palacio, pero su madre insistía en que debía ir pues era un
participante y debía estar alli. Con la cabeza baja y muy avergonzado,
desfiló al último hacia el palacio, con su maceta vacía. Todos los
jóvenes hablaban de sus plantas, y al ver a nuestro amigo soltaron las
risas y burlas; en ese momento el alboroto fue interrumpido por el
ingreso del rey, todos hicieron su respectiva reverencia mientras el
rey se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas.

Finalizada la inspección hizo llamar a su hija, y llamó de entre todos
al joven que llevó su maceta vacía; atónitos, todos esperaban la
explicación de aquella acción. El rey dijo entonces: "Éste es el nuevo
heredero del trono y se casará con mi hija, pues a todos ustedes se
les dio una semilla infértil, y todos trataron de engañarme plantando
otras plantas; pero este joven tuvo el valor de presentarse y mostrar
su maceta vacía, siendo sincero y valiente, cualidades que un futuro
rey debe tener y que mi hija merece".

Espero unas palabras…
¡Hola ! Cuando te levantaste esta mañana, te observaba y esperaba que
me dijeras aunque solo fuera unas pocas palabras, preguntando mi
opinión o agradeciéndome por algo bueno que te haya sucedido ayer.
Pero noté que estabas muy ocupado buscando la ropa adecuada para ir al
trabajo. Seguí esperando. Mientras corrías por la casa arreglándote,
supe que habría unos cuantos minutos para que te detuvieras y me
dijeras ¡Hola!, pero estabas demasiado ocupado.
Te observé mientras ibas rumbo al trabajo y espeté pacientemente todo
el día. Con todas tus actividades supongo que estabas demasiado
concentrado para decirme algo. Pero está bien, aún queda mucho tiempo.
Después encendiste el televisor. Esperé pacientemente mientras veías
el televisor y cenabas, pero de nuevo te olvidaste de hablar conmigo y
nada.
A la hora de dormir, creo que ya estabas muy cansado. Después de
decirle buenas noches a tu familia, caíste en tu cama y casi de
inmediato te dormiste. No hay problema, porque quizás no te das cuenta
de que siempre estoy ahí para ti. Tengo más paciencia de la que te
imaginas. Te amo tanto que espero todos los días una oración, un
pensamiento o un poco de gratitud de tu corazón. Bueno, te estás
levantando de nuevo, y otra vez esperaré sin nada más que mi amor por
ti, esperando que el día de hoy me dediques un poco de tiempo. ¡Que
tengas un buen día! Tu amigo, Jesús.

Antes de un examen
Señor, voy a rendir un examen, dame tu paz y ven conmigo. Concédeme la
simplicidad y la alegría de cosechar el fruto de las semillas que
sembré en largas horas de silencio y de estudio. Que este examen sea
el amén de todo este esfuerzo de estudiar cada día, poniéndolo ante
tus ojos como ofrenda y oración. Que no me enorgullezca el saber
mucho, ni me paralice el terror de olvidar lo aprendido. No te pido
milagros, sólo la lucidez que dinamice y dé fuerzas a mi corazón, y
que te vengas conmigo. Y de paso, tú que más de una vez fuiste puesto
a prueba, concédeme que quienes han de examinarme sean razonables y
justos; que se acuerden de que la historia trasciende sus materias; y
hasta gocen poniendo un toque de buen humor. Porque ellos y yo sabemos
que un examen no decide la vida, y es apenas un instante especial de
la misma. Señor, mi único Maestro, escúchame y ven conmigo.

Jugando a las cartas
Un señor entra en un bar y observa que en una mesa hay tres hombres y
un perro jugando a las cartas. Muy admirado se acerca a la mesa y
pregunta:
—Este dálmata, ¿puede realmente jugar a las cartas?
—Sí.
— ¡Es algo impresionante!
—No crea. Cada vez que le tocan buenas cartas, mueve la cola y todos
nos damos cuenta.

Pensamientos
- Hay muchos que se quejan de que no logran hallar la felicidad. Y es
que no la buscan donde está: la única manera de conseguir la propia
felicidad, es vivir para darse a los demás. Alfonso Milagro.
- El azar, la casualidad, son quizá seudónimos de Dios, cuando no
quiere firmar con su nombre. Teófilo Gautier.
- Hay que abandonar el pasado a la misericordia de Dios, el presente a
nuestra fidelidad, y el porvenir a la divina providencia. San
Francisco de Sales.
- Una prueba es una ocasión ofrecida a un ser libre para sacrificarse
ante el deber o para sacrificar el deber ante los propios caprichos.
Lacordaire.
- No pidas que las cosas sean como tú deseas; deséalas como son. Epicteto.
- No hay nubarrón tan sombrío que no esté forrado de plata. Proverbio inglés.
- De nada sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo
único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos. Thomas Carlyle.
Gracias por tu visita!!!