domingo, 23 de enero de 2011

Semanario Nº 191º

Violines especiales
Tres jóvenes vecinos, Salvatore, Julio y Antonino, vivían y jugaban en
Cremona, Italia, a mediados del siglo XVII. Salvatore tenía una voz
hermosa, y Julio lo acompañaba tocando el violín, mientras tocaban en
las plazas o llevaban serenatas a las prometidas de los novios
ocasionales que recurrían a sus servicios. Aunque a Antonino le
encantaba la música, su voz chirriante hacía que la gente se burlara
de él. No obstante, Antonino no carecía de talento. Su posesión más
valiosa era una navaja de bolsillo, con la que hacía unas preciosas
figuras en trozos de madera.
Un día de fiesta, los tres amigos salieron para la plaza de la
catedral. Mientras caminaban, Antonino reflexionaba respecto a su
incapacidad para cantar. Eso hacía llorar su corazón, porque amaba la
música tanto como los otros. Una vez en la plaza, Julio tomó el
violín, en tanto que Salvatore cantaba con su potente voz de tenor. La
gente se detenía a escucharlos, y la mayoría dejaba una o dos monedas
para los andrajosos muchachos. Un anciano salió de la multitud, los
felicitó y puso una brillante moneda en la mano de Salvatore.

El muchacho abrió la mano y exclamó: ¡Miren! es una moneda de oro. Los
tres muchachos estaban entusiasmados y se pasaban la moneda entre sí.
- Pero ese anciano muy bien puede permitirse dar limosnas de esa
cantidad -dijo Julio- es el gran Amati. - ¿Y quién es Amati?, ¿y por
qué es grande? - preguntó tímidamente Antonino. - Amati es el gran
"promotor de música" -respondió Salvatore-, él fabrica los mejores
violines de Italia, y vive en nuestra ciudad. Su corazón empezó a
latir fuertemente y una idea cruzó por su mente.
A la mañana siguiente, el joven salió de casa llevando consigo su
preciosa navaja y algunas cosas que con ella había hecho: un bello
pájaro, un cofre, una flauta, varias estatuillas y un precioso barco
de madera. Tocó a la puerta del gran maestro, y le dijo: - Traje estas
cosas para que usted las vea, señor -mientras mostraba el producto de
sus manos- ¿seré digno de ser su aprendiz?

El maestro Amati, con cuidado, recogió y examinó cada pieza,
deteniéndose en la exquisitez de los detalles del pequeño barco, e
invitó a Antonino a entrar a su casa. - ¿Y por qué quieres hacer
violines? Inquirió el anciano artista. • Porque amo la música, pero no
puedo cantar, pues mi voz suena como una bisagra que rechina. Ayer
usted dio una moneda a mis amigos, en la plaza de la Catedral. Yo
también quiero hacer que la música tome vida - concluyó Antonino.
En muy poco tiempo se convirtió en discípulo del gran artista. Después
de muchos años no había secreto en la fabricación de un violín, de sus
setenta diferentes partes, que él no conociera. Cuando cumplió 22 años
de edad, su maestro le permitió poner su propio nombre en un violín
que había fabricado. Durante su vida Antonino fabricó más de mil cien
de ellos, tratando de hacer cada uno mejor y más bello que el
anterior. Cualquier persona que posea un violín fabricado por Antonino
Stradivarius es dueño de un tesoro, de una obra maestra

Los niños aprenden lo que viven
Si un niño vive con tolerancia, aprenderá a ser paciente. Si un niño
vive con aliento, aprenderá a tener confianza. Si un niño vive entre
críticas, aprenderá a condenar. Si un niño vive entre hostilidad y
pleitos, aprenderá a pelear.
Si un niño vive en el ridículo, aprenderá a ser tímido. Si un niño
vive con vergüenza, aprenderá a sentirse culpable. Si un niño vive con
lástima, aprenderá a compadecerse de sí. Si un niño vive con celos,
aprenderá a ser inseguro y a desconfiar. Si un niño vive con miedo,
aprenderá a ser aprensivo. Si un niño vive con reconocimiento y
estímulo, aprenderá a apreciar y a tener un objetivo.
Si un niño vive con rectitud, aprenderá lo que es justicia. Si un niño
vive con seguridad, aprenderá a tener fe. Si un niño vive con
aprobación, aprenderá a quererse a sí mismo y a encontrar amor en el
mundo. Si un niño vive con amor y amistad, aprenderá a amar a los
demás.

Oración de las cosas
Señor, ayúdame a encontrarte más cada día por el sendero de las cosas.
Dame ese sentido delicado que permite amar sabiamente a todas tus
criaturas, comprenderlas y aceptar sus dulces y fuertes lecciones.
Puesto que tú, Verbo de Dios, quisiste hacerte hombre, para parecerme
a ti no tendré que ser menos hombre, sino más y más divinamente
hombre. Con la santa sencillez cristiana, querría pasear mi oración
contigo, Señor, por todas las cosas de este mundo que es tuyo. Y en
ellas te encontraré; porque no es demasiado difícil saber dónde estás;
lo imposible es saber dónde no estás.
Me acostumbraré a mirar con admiración, interés y agradecimiento el
bosque y los trigos ondulados. Escucharé el murmullo del arroyo y el
canto del zorzal. Sentiré la frescura de la tierra recién arada y el
perfume de los campos. Tocaré delicadamente la rosa que se abre y el
fruto que madura. Aguzaré mis sentidos por la experiencia y la
observación, para llegar también por ellos hasta ti, Creador del
universo.

¿Electricista o mago?
- Mamá, mamá mi papá es mago.
- No, hijito, es electricista.
- Mamá, mamá, mi papá es mago.
- No, hijito, es electricista.
- ¡Mamá, mamá, mi papá es mago!
- Está bien, hijo, ¿por qué lo dices?
- Porque juntó dos cables, ¡hechó chispitas y desapareció....!

Pensamientos
- Decir que somos sinceros no transforma en bueno lo que es malo.
Mons. Fulton Sheen
- Los que creen que el dinero lo consigue todo, son capaces de todo
con tal de conseguirlo. Dante Alighieri.
- El que espera tener algo de sobra para dárselo a los pobres, nunca
les dará nada. Refrán chino.
- Sufrimos demasiado por lo poco que nos falta, y gozamos poco por lo
mucho que tenemos. Sakespeare.
- La capacidad de una persona se pone de manifiesto cuando se mide con
el obstáculo. Saint- Exupéry.
- El hombre necesita a Dios como necesita agua y oxígeno. Alexis Carrel.
- El sol no es más que la sombra de Dios. Miguel Ángel.
- No intenten evitar a sus hijos las dificultades de la vida:
enséñenles a superarlas. Pasteur.
- Lo mismo que resulta desagradable volver a una casa abandonada y en
ruinas, también cuesta volver a nuestro mundo interior cuando está
frío, lleno de polvo y telarañas. Lacordaire.

domingo, 16 de enero de 2011

Semanario Nº 190º

Amor para siempre
La historia verídica de un verdadero y eterno amor. Esto sucedió en
Monterrey, Nuevo León, México. El había fallecido hacía un año, y se
acercaba una fecha importante, el día de San Valentín. Todos los años,
él le enviaba un ramo de rosas a su esposa, con una tarjeta que decía:
"Te amo más que el año pasado; mi amor crecerá más cada año". Este
sería el primer año en que Rosa no las recibiría.

Estaba extrañando esos momentos, cuando llamaron a su puerta y, para
su sorpresa, al abrir estaba un ramo de rosas frente a ella, con una
tarjeta que decía: "Te Amo". Por supuesto, se molestó pensando que
había sido una broma de mal gusto. Llamó a la florería para reclamar
el hecho. Amablemente el dueño le dijo saber del fallecimiento de su
esposo el año pasado, y le preguntó si había leído el contenido de la
tarjeta; le explicó que esas rosas las había pagado su esposo por
adelantado, así como todas la demás, para todos los años, por el resto
de su vida.

Al colgar el teléfono, a Rosa se le llenaron sus ojos de lágrimas, y
al abrir la tarjeta vio que estaba escrita por su esposo, y decía:
"Hola, mi amor, sé que ha sido un año difícil para ti, espero te
puedas reponer pronto, pero quería decirte que te amaré por el resto
de los tiempos, y que volveremos a estar juntos otra vez. Se te
enviarán rosas todos los años; el día que no contesten a la puerta
harán cinco intentos en el día, y si aún no contestas, estarán seguros
de llevarlas a donde tú estés, que será junto a mí. Te ama, tu
esposo". Este hecho nos hace reflexionar y ver que cuando se ama a
alguien, no importa dónde estés, todo es posible.

Fracaso
Fracaso... no significa que somos unos fracasados. Significa que
todavía no hemos tenido éxito.
Fracaso… no significa que no hemos logrado nada. Significa que hemos
aprendido algo.
Fracaso… no significa que hemos actuado como necios. Significa que
hemos tenido mucha fe.
Fracaso… no significa que hemos sufrido el descrédito. Significa que
estuvimos dispuestos a probar.
Fracaso… no significa falta de capacidad. Significa que debemos hacer
las cosas de distinta manera.
Fracaso… no significa que somos inferiores. Significa que no somos perfectos.
Fracaso... no significa que hemos perdido nuestra vida. Significa que
tenemos buenas razones para empezar de nuevo.
Fracaso... no significa que debemos echarnos para atrás. Significa que
tenemos que luchar con mayor ahínco.
Fracaso... no significa que jamás lograremos nuestras metas. Significa
que tardaremos un poco más en alcanzarlas.
Fracaso... no significa que Dios nos ha abandonado. ¡Significa que
Dios tiene una idea mejor!

Ante la naturaleza
Padre, tú has creado este universo para que me ayude a conocerte mejor
y a amarte mejor. Cada rayo de luz, cada flor, cada nuevo paisaje a la
vuelta del camino es un mensajero oportuno que me invita, por senderos
fáciles, a subir hasta ti.
El rocío de la noche y el gallo que canta por la mañana, el viento que
murmura al pasar y el pan sobre la mesa, todo me habla de tu bondad.
Pero me falta la atención del corazón para encontrarte en todas las
cosas. Consérvame un alma vibrante, entusiasta, un alma joven, que no
se canse de leer el poema de la Naturaleza. Ayúdame a encontrar bajo
los colores y los sonidos tu pensamiento divino, como el lector
encuentra, bajo las letras del libro, el pensamiento del autor.
¡Que la Naturaleza sea para mí un templo grandioso, donde cada detalle
me revele tu gloria, tu poder y tu bondad!

Humor para la semana
- Juanito dime una palabra que tenga varias «oes».
- Goloso.
- Muy bien, ahora tú Pablo.
- Horroroso.
- Muy bien, te toca Jaimito.
- ¡Gooooool!

Pensamientos
- Nadie debe tocar una herida, si no tiene con qué curarla. Ernesto Hello.
- Hay fe cuando se le habla a Dios como a un hombre. San Juan B. Vianney.
- Todo pensamiento peligroso tenemos que sacudirlo inmediatamente lo
mismo que una chispa que cae sobre el traje. San Alfonso.
- Debemos ser como un promontorio en el que sin cesar se rompen las
olas. Marco Aurelio.
- Hay bendiciones de Dios que entran en casa rompiendo los cristales.
Louis Veuillot.
- No pidas que las cosas sean como tú deseas; deséalas como son. Epitecto.
- Se amasa la fortuna con esfuerzo, se la guarda con inquietud y se la
pierde con dolor. San Bernardo. 1

domingo, 9 de enero de 2011

Semanario Nº 189º


La canción del hermanito
Como cualquier madre, cuando Karen supo que un bebé estaba en camino,
hizo todo lo posible para ayudar a su otro hijo, Miguel, de tres años
de edad, a prepararse para la llegada. Los exámenes mostraban que era
una niña, y todos los días Miguel cantaba cerca de la panza de su
mamá. El ya amaba a su hermanita, aún antes de que ella naciera. El
embarazo se desarrolló normalmente.
En el tiempo exacto vinieron las contracciones. Primero cada cinco
minutos, después cada tres, y luego cada minuto. Entretanto, surgieron
algunas complicaciones, y el trabajo de parto de Karen demoró horas.
Todos discutían la necesidad probable de una cesárea. Hasta que al
fin, después de mucho tiempo, la hermanita de Miguel nació. Sólo que
ella estaba muy mal. Con la sirena a todo volumen, la ambulancia llevó
a la recién nacida hasta la unidad de terapia intensiva neonatal del
Hospital Saint Mary. Los días pasaban y la pequeñita empeoraba. Los
médicos dijeron a los padres que se prepararan para lo peor, dado que
había pocas esperanzas.

Karen y su marido comenzaron entonces con los preparativos para el
funeral. Algunos días atrás, estaban arreglando el cuarto para esperar
al nuevo bebé. Hoy los planes eran otros. Mientras esto sucedía,
Miguel todos los días les pedía a sus padres que lo llevaran a conocer
a su hermanita. - Yo quiero cantar para ella - les decía. Cuando
llevaba dos semanas la bebé en la UTI, se esperaba que no sobreviviera
esa tarde. Miguel continuaba insistiendo con sus padres que lo dejaran
cantarle a su hermanita, pero en la UTI no se permitían niños.
Entonces Karen se decidió; ella llevaría a Miguel al hospital de
cualquier forma. El todavía no había visto a su hermanita, y si no era
ese día, tal vez no la vería viva. Ella vistió a Miguel con una ropa
un poco mayor para disfrazar su edad, y se encaminó al hospital. La
enfermera no le permitió entrar, y le exigió se retirara. Pero Karen
insistió: - Él no se irá hasta que vea a su hermanita. Karen llevó a
Miguel a la incubadora. El miró hacia aquel trocito de persona que
perdía
La batalla por la vida. Después de algunos segundos mirando, él
comenzó a cantar con voz suavecita.

- Tú eres mi sol, mi único sol, tú me haces feliz, aun cuando el cielo
está oscuro... En ese momento, la bebé pareció reaccionar. Las
pulsaciones comenzaron a bajar y se estabilizó. Karen alentó a Miguel
a continuar cantando. - Tú no sabes querida, cuánto yo te amo, por
favor no te lleves mi sol... Mientras Miguel cantaba la respiración
difícil de la bebé se fue volviendo suave. - ¡Continúa, querido! - le
pidió Karen visiblemente emocionada, y su cara empapada en llanto. -
Otra noche, querida, yo soñé que tú estabas en mis brazos... La bebé
comenzó a relajarse. -¡Canta un poco más, Miguel! La enfermera comenzó
a llorar también. - Tú eres mi sol, mi único sol, tú me haces feliz,
aun cuando el cielo está oscuro... ¡por favor no te lleves mi sol...!
Al día siguiente, la hermana de Miguel ya se había recuperado y en
pocos días fue llevada a su casa. La revista Woman's Day llamó a esta
historia: "el milagro de la canción del hermano"; los médicos lo
llamaron simplemente milagro. Karen lo llamó: "¡El milagro del amor de
Dios!"

Esfuérzate
Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con
una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo. Nadie
camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces... nadie recoge
la cosecha sin probar muchos sinsabores, enterrar muchas semillas y
abonar mucha tierra. Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas
ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega
a puerto sin remar muchas veces.

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin
sentir sus espinas. Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio,
ni cultiva la amistad sin renunciar a sí mismo... ¡ni se hace hombre
sin sentir a Dios! Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario
de Dios.

Nadie puede juzgar, sin conocer primero su propia debilidad. Nadie
consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un
imposible. Nadie conoce la oportunidad, hasta que ésta pasa por su
lado y la deja ir. Nadie encuentra el pozo de Dios, hasta caminar por
la sed del desierto.

Pero nadie deja de llegar cuando se tiene la claridad de un don, el
crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para
realizarse y el impulso de Dios. Nadie deja de arder con fuego
adentro... nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone. Si
sacas todo lo que tienes... ¡Vas a llegar!

Ante el fuego del campamento
Señor, mira la llama que se eleva. Primeramente era débil y tímida.
Después, animándose, la he visto crecer, encarnizarse en su presa,
subir, saltar, y abrirse camino, por fin, maravillosa y triunfal. ¡Qué
ardiente es y qué bienhechora, cuando reparte a su alrededor luz y
calor!
Señor, tu dijiste a tus discípulos: “¡Fuego he venido a traer a la
tierra, y quiero que se incendie!” Señor, repíteme a mí que no se
puede ser tu discípulo si no se tiene llama, si no se tiene ardor.
Señor, yo quiero ser como esa llama, contagioso y conquistador; quiero
ser como ella, avanzar y subir siempre, infatigable y gozoso.
Quiero arrojar en tu corazón ardiente, cada hora de cada día, cada una
de mis obras: mis horas de trabajo y mis horas de descanso, mis horas
de juego y mis horas de oración, para que toda mi vida quede abrasada
en tu amor. Quiero con tu gracia realizar sencillamente lo que pedías
a tus discípulos: ¡ser llama ardiente!

Cuando falta amor
Un niño que sufría por las riñas y conflictos diarios de sus padres,
preguntó un día a su papá cómo comenzaban las guerras. El papá,
pacientemente, se sentó y empezó a explicarle: —Imaginemos que México
se enoja con Guatemala... La mamá, que oía la plática, le interrumpió
bruscamente: —Pero México y Guatemala no están enojados. El papá: —Lo
sé, pero es un caso hipotético. La mamá: —Pero así confundes al niño.
El papá: —¡No, mujer, no! La mamá: —¡Sí hombre, sí, no me contradigas!
El niño:
—Papá. ¡Ya entendí cómo comienza una guerra!

Pensamientos
- No dejes que el enojo ocupe el más mínimo lugar de tu corazón.
Deséchalo por completo, aún cuando parezca justificado y razonable.
Porque una vez que entra en tu corazón, es difícil desarraigarlo. San
Francisco de Sales.
- Alabar sinceramente una buena acción es una manera de participar en
ella. La Roche-foucauld.
- El aburrimiento es la flauta en la que el demonio se complace en
tararear sus temas preferidos. Julien Green.
- El que sabe devolver bien por mal, ése es el único que ha vivido. M. Gandhi.
- Yo he visto pasar a Dios delante de mi telescopio. Isaac Newton.
- Con las piedras que me arrojen, edificaré mi morada. A. D. Sertillanges.
- La única e irremediable desgracia es la de encontrarse algún día sin
habernos arrepentido delante de un Dios que perdona. Bernanos.
- Quedarse lejos de Dios no es escaparse de su poder, sino únicamente
de su amor. Cardenal Newman.

domingo, 2 de enero de 2011

Semanario Nº 188º

Lucha hasta vencer
En una pequeña escuelita rural había una vieja estufa de carbón muy
anticuada. Un chiquito tenía asignada la tarea de llegar al colegio
temprano todos los días, para encender el fuego y calentar el aula
antes del que llegaran su maestra y sus compañeros. Una mañana,
llegaron y encontraron la escuela envuelta en llamas. Sacaron al niño
inconsciente, más muerto que vivo del edificio. Tenía quemaduras
graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron de urgencia al
hospital del condado. En su cama, el niño, horriblemente quemado y
semi-inconsciente, oía al médico que hablaba con su madre. Le decía
que seguramente su hijo moriría, pues el fuego había destruido la
parte inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir. Decidió que sobreviviría. De
alguna manera, para gran sorpresa del médico, sobrevivió. Una vez
superado el peligro de muerte, volvió a oír a su madre y al médico
hablando despacito. Dado que el fuego había dañado en gran manera las
extremidades inferiores de su cuerpo, le decía el médico a la madre,
habría sido mucho mejor que muriera, ya que estaba condenado a ser un
inválido toda la vida, sin la posibilidad de usar sus piernas.

Una vez más, el valiente niño tomó una decisión. No sería un inválido;
caminaría. Pero desgraciadamente, de la cintura para abajo, no tenía
capacidad motriz. Sus delgadas piernas colgaban sin vida. Finalmente,
le dieron de alta. Todos los días, su madre le masajeaba las piernas,
pero no había sensación, ni control; nada. No obstante, su
determinación de caminar era más fuerte que nunca. Cuando no estaba en
la cama, estaba confinado a una silla de ruedas.
Una mañana soleada, la madre lo llevó al patio para que tomara aire
fresco. Ese día, en lugar de quedarse sentado, se tiró de la silla. Se
impulsó sobre el césped arrastrando las piernas. Llegó hasta el cerco
de postes blancos que rodeaba el jardín de su casa. Con gran esfuerzo,
se subió al cerco. Allí, poste por poste, empezó a avanzar por el
cerco, decidido a caminar. Empezó a hacer lo mismo todos los días
hasta, que hizo una pequeña huella junto al cerco. Nada quería más que
darle vida a esas dos piernas.
Por fin, gracias a las oraciones fervientes de su madre y sus masajes
diarios, su persistencia férrea y su resuelta determinación,
desarrolló la capacidad, primero de pararse, luego de caminar
tambaleándose, por fin, logró caminar solo y finalmente correr. Empezó
a ir caminando al colegio, después corriendo, por el simple placer de
correr. Más adelante, en la universidad, formó parte del equipo de
cañera sobre pista.
Y aún después, en el Madison Square Carden, este joven que no tenía
esperanzas de que sobreviviera, que nunca caminaría, que nunca tendría
la posibilidad de correr, este joven determinado, Glenn Cunningham,
llegó a ser el atleta estadounidense que ¡corrió el kilómetro más
veloz el mundo!

Autenticidad – Dejar huellas
Un hombre que acababa de encontrarse con Jesús resucitado, iba a toda
prisa por el camino de la vida, mirando por todas partes y buscando.
Se acercó a un anciano que estaba sentado al borde del camino, y le
preguntó: - Por favor, señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún
cristiano? El anciano, encogiéndose de hombros, le contestó: Depende
del tipo de cristiano que ande buscando.

Perdone, -dijo contrariado el hombre- pero soy nuevo en esto y no
conozco los tipos que hay. Sólo conozco a Jesús. Y el anciano añadió:
Pues sí, amigo; hay de muchos tipos y maneras. Los hay para todos los
gustos: hay cristianos por cumplimiento, cristianos por tradición,
cristianos por costumbres, cristianos por superstición, cristianos por
obligación, cristianos por conveniencia, cristianos auténticos..."
¡Los auténticos!, ¡ésos son los que yo busco! ¡los de verdad! -
exclamó el hombre emocionado.

- ¡Vaya!, -dijo el anciano con voz grave-. Esos son los más difíciles
de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí, y
precisamente me preguntó lo mismo que usted. - ¿Cómo podré
reconocerlo? Y el anciano contestó tranquilamente: - No se preocupe,
amigo. No tendrá dificultad en reconocerlo. Un cristiano de verdad, no
pasa desapercibido en este mundo de sabios y engreídos. Lo reconocerá
por sus obras. Allí donde van, siempre dejan huellas.

Oración al comenzar el año
Al inicio de este año te pido, Señor, suficiente felicidad para
mantenerme sereno, suficientes problemas para mantenerme fuerte,
suficientes penas para mantenerme humano, suficientes esperanzas para
mantenerme feliz, suficientes fracasos para mantenerme humilde,
suficientes éxitos para mantenerme animoso, suficientes amigos para
recibir consuelos, suficiente fortuna para cubrir mis necesidades,
suficiente entusiasmo para mirar adelante, suficiente fe para
liberarme de las depresiones, suficiente determinación para ser cada
día mejor.

Cuando falta amor
Una niña sufría por las riñas y conflictos diarios de sus padre» Un
día, acompañó a su madre al cementerio y quedó sorprendida. —Mamá -le
dijo- todas las tumbas están llenas de flores, y en todas se lee lo
mismo: "A mi querido esposo", "A mis queridos padres"... ¿Significa
que tenemos que morirnos para empezar a amarnos?

Pensamientos
- Si nos preocupamos demasiado por nosotros mismos, no nos queda
tiempo para los demás. Si no se vive para los demás, la vida carece de
sentido. Teresa de Calcuta.
- Los años enseñan muchas cosas que los días jamás llegan a conocer.
Ralph Waldo Emerson.
- Cuantos más vicios, más tiranos; la inocencia es la libertad. Alcuino.
- Quien no ha tenido tribulaciones que soportar, es que no ha
comenzado a ser cristiano de verdad. San Agustín.
- La ocasión de ser valientes se nos presenta solamente tres o cuatro
veces en la vida; la de no ser cobardes se nos presenta cada día. René
Bazin
- El camino del hombre hacia la verdad es, en un noventa por ciento,
tarea de descubrir mentiras. Jesús Arellano
- Los hombres aman sus vicios y al mismo tiempo los odian. Lucio Anneo Séneca.
Gracias por tu visita!!!