domingo, 28 de septiembre de 2014

28 septiembre 2014 – Domingo 26º A – Se arrepintió y fue – Resonancias
Mateo 21, 28-32


El camino del gozo
La Reina de la Paz te ofrece hoy un mensaje para que encuentres la alegría profunda del corazón: te enseña el camino de la paz interior. Ponte en la presencia de tu dulce Madre y escucha sus palabras. Se percibe en ellas su preocupación por tu verdadera felicidad.

“¡Queridos hijos! Hoy deseo envolverlos con mi manto y conducirlos a todos hacia el camino de la conversión. Queridos hijos, les ruego, entreguen al Señor todo su pasado, todo el mal que se ha acumulado en sus corazones. Yo deseo que cada uno de ustedes sea feliz, pero con el pecado nadie puede serlo. Por tanto, queridos hijos, oren y en la oración, ustedes conocerán el nuevo camino del gozo. El gozo se manifestará en sus corazones y así podrán ser testigos gozosos de lo que Yo y mi Hijo deseamos de cada uno de ustedes. Yo los bendigo. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

María te está sugiriendo la actitud del niño que muestra con ingenuidad a su madre todas las heridas que se ha hecho en sus violentos juegos. Te ruega que lleves al Señor todo el mal acumulado en el corazón. Éste es el camino del gozo. El camino del perdón. Pero hay que comenzar con la oración. Que medites este alegre mensaje de paz. P. Natalio.

Intercede por las personas
Hay una devoción que consiste en rezar mil avemarías en la Asunción o Inmaculada Concepción de María, para obtener gracias imposibles. Beata María Romero Meneses, HMA (Nicaragua), estaba muy apenada porque su padre no comulgaba desde hacía más de un año. Ese 8 de diciembre se propuso arrancar a la Virgen María la gracia de su conversión.
Ella era la animadora musical del Colegio de María Auxiliadora. Ese día hubo dos misas solemnes a la mañana, a la tarde una celebración con cantos y la bendición con el Santísimo. Luego una función de gala en el teatro con varios números musicales. No se sabe cómo, pero Sor María Romero encontró tiempo para las mil avemarías. Cuando de noche salía del teatro con partituras bajo el brazo, el capellán al cruzarse con ella en el pórtico le dijo: “¿Adivina quién comulgó esta mañana? Tu padre”. La Virgen Inmaculada se había adelantado en concederle la tan ansiada gracia.

Tú también puedes interceder por las personas queridas para que el Señor, con su gracia, las acerque a él. Es éste un acto de exquisita caridad porque mira directamente a la salvación eterna, el bien más grande para el hombre. Por otra parte, “quien salva un alma, asegura la salvación de la suya”. P. Natalio.

Conversión de un rey
Jesús comenzó a predicar a la gente diciendo: “El tiempo se ha cumplido. El reino de Dios ha llegado. Conviértanse y crean en la buena noticia”. Estas palabras que resonaron como una clarinada para convocar al pueblo de Dios, siguen señalando el camino de la salvación: volver al Señor, abandonar nuestros caminos equivocados, purificar el corazón…

Cuando Clodoveo, rey de los francos, se preparaba un día para una difícil batalla, su esposa Clotilde, fervorosa cristiana, le dijo: “Si quieres obtener la victoria, invoca al Dios de los cristianos”. En lo más duro del combate, acosados los francos por todas partes, Clodoveo exclamó:Oh Cristo, a quien mi esposa invoca como hijo de Dios. Creo en ti. Si hoy me salvas de mis adversarios, recibiré el bautismo y entraré a tu religión". Desde ese momento su ejército se sobrepuso y venció a los agresores. El rey al volver victorioso, saludó a su esposa con estas palabras: "Clodoveo venció a sus enemigos, y tú venciste a Clodoveo". El terrible pagano empezó a estudiar la religión para hacerse bautizar. San Remigio, obispo misionero, preparó y bautizó al rey de los francos. En la celebración le dijo estas memorables palabras: "Valiente guerrero: desde ahora quema lo que has adorado, y adora lo que has quemado".

Clodoveo fue invitado a poner a Dios en el centro de su vida, amándolo realmente con todo el corazón y con toda el alma. Esto implicaba seguirlo, temerlo y observar sus preceptos, escuchar su voz, servirlo y serle fiel. Ése es el culto de verdadera adoración que también a ti te propone hoy la Palabra de Dios. Ésta es la buena noticia: el Señor nos invita a convertirnos porque es misericordioso. P. Natalio.

“Descubrí a Dios, ahora creo”
La Madre Teresa de Calcuta narra esta experiencia: “Un hombre vino a nuestra Casa del Moribundo cuando acabábamos de traer a un enfermo recogido en la calle. Tenían que haberlo recogido de una alcantarilla, porque estaba cubierto de gusanos. Sin saberse observada, una hermana acudió a atender al recién llegado. Aquel hombre se quedó mirando a la hermana: con qué delicadeza lo trataba, lo lavaba, le sonreía. En fin, todos los detalles. Aquel hombre, tras observar el espectáculo sin perderse un detalle, se dirigió a mí para decirme:

— Vine aquí sin Dios, con el corazón lleno de odio. Vine aquí... (y añadió todos los adjetivos que logró encontrar para calificar su estado de ánimo anterior). Ahora me voy lleno de Dios. He visto el amor de Dios en acción. A través de las manos de esa hermana, a través de su expresión, de su ternura tan llena de amor hacia aquel pobre infeliz, he visto descender el amor de Dios a aquel hombre por medio de la hermana. Ahora creo".

Médico judío convertido a la fe católica
El famoso doctor Bernard Nathanson, considerado rey del aborto, dirigió una enorme clínica en Nueva York, donde se realizaron 75.000 abortos, mientras estuvo como director. Había practicado él mismo más de 5.000. Fue uno de los principales promotores de la legalización del aborto a petición en Estados Unidos. Él mismo reconoció que utilizaron el engaño como arma para conseguir sus fines, asegurando, por ejemplo, que había cada año 5.000 muertes por abortos clandestinos, cuando sólo eran 300...

Pero Nathanson se arrepintió de sus errores y nos dice: Cuando, a principios de los años setenta, los ultrasonidos me mostraron a un embrión en el vientre materno, sencillamente perdí la fe en el aborto a petición... Quedé estremecido hasta el fondo del alma por lo que vi... Terminé editando un video ”El grito silencioso”, que tanto furor había de causar... “El grito silencioso” mostraba cómo se despedazaba en el útero al feto de doce semanas con una combinación de succión e instrumental de aplastamiento por parte del abortista... No consiguió cambiar la mente de los legisladores, pero creo, y lo digo humildemente, que ha salvado la vida de algunos bebés. Al menos, espero que así haya sido.

Dios le ha premiado sus esfuerzos dándole la gracia de la fe, pues se convirtió a la fe católica y se bautizó el 9 de diciembre de 1996 en la catedral de San Patricio de Nueva York. Bernard Nathanson se dedicó hasta su muerte a practicar la ginecología en las zonas más pobres de Nueva York para ayudar a los más necesitados. Un hombre que nació de nuevo por el bautismo y a quien Dios concedió una nueva oportunidad de ser feliz (P. Ángel Peña).

Los llamados misteriosos de Dios
En la Biblia y en la historia de los santos encontramos cómo Dios llama al hombre, de maneras muy diversas y desde distintas situaciones, a colaborar con él en un proyecto de salvación. A veces hay una sola llamada. Otras veces estas invitaciones se van especificando como en etapas que disponen a la persona a una fidelidad mayor. Aquí tienes unos ejemplos.

María Magdalena era una pecadora, antes de entregarse plenamente al amor de Dios. Agustín de Tagaste vivía atrapado por sus amoríos, antes de dedicarse al servicio del Señor. Camilo de Lelis era un jugador empedernido, antes de servir a Cristo en los enfermos.

Tomás Beckett no era un modelo de virtudes cuando el rey Enrique II lo nombró Arzobispo de Cantórbery en el año 1162, pensando que, con el nombramiento de este viejo amigo suyo, podría manejarlo a su antojo y, con él, a toda la Iglesia. Es entonces cuando Tomás descubre su llamado a defender el honor de Dios y aceptó ese querer divino hasta morir mártir por orden del nefasto rey.

domingo, 21 de septiembre de 2014

21 septiembre 2014 – Domingo 25º A – Obreros de la última hora – Resonancias
Mateo 19, 30 20, 16

Racionalista, masón y ateo
“Yo era racionalista, masón y ateo. Tampoco estaba bautizado, pero mi mujer Claude estaba enferma y decidimos ir a Lourdes. Mientras ella estaba en las piscinas, el frío me obligó a refugiarme en la cripta, donde asistí, con interés, a la primera misa de mi vida. Cuando el cura, al leer el Evangelio, dijo: ‘Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá’, se produjo una conmoción tremenda en mí, porque esta frase la oí el día de mi iniciación en el grado de Aprendiz y la solía repetir cuando, ya Venerable, iniciaba a los profanos en la masonería.
En el silencio posterior -pues no había homilía- oí claramente una voz que me decía: `Bien. Pides la curación de Claude. Pero, ¿qué ofreces?´. Instantáneamente, y seguro de haber sido interpe-lado por Dios mismo, sólo me tenía a mí mismo para ofrecer. Al final de la misa acudí a la sacristía y pedí inmediatamente el bautismo al cura.
Éste, estupefacto, cuando le conté mi pertenencia masónica y mis prácticas ocultistas, me dijo que fuera a ver al arzobispo de Rennes. Ese fue el inicio de mi itinerario espiritual” (Cf. Confesiones de un antiguo masón, ZENIT 6.11.2008). Un obrero de la última hora.

Famoso médico abortista
Stojan Adasevic durante 26 años fue el ginecólogo abortista más famoso de Belgrado, en Serbia. Llegó a practicar más de 48 mil abortos durante el régimen comunista y ni el ultrasonido que le permitía ver al feto le hizo cambiar su opinión y sus prácticas.
Pero, una noche soñó “con un hermoso campo, lleno de niños y de jóvenes que jugaban y reían, de 4 a 24 años, pero que huían aterrados de él”. En sus sueños también veía a un hombre de hábito blanco y negro que le miraba. Y el sueño se repitió muchas noches. Al fin, en uno de esos sueños, el monje le dijo que era Tomás de Aquino. Stojan jamás había oído hablar del santo dominico. “¿Por qué no me preguntas quiénes son estos niños? –le dijo Tomás–. Son los niños que tú has ayudado a abortar”.
A partir de ese momento Adasevic jamás volvió a hacer ningún aborto. Pero le seguían viniendo presiones para que lo hiciera. Dos años más tarde, Tomás de Aquino, según dice Adasevic, se le volvió a aparecer en sueños para animarlo a perseverar. Otro obrero de la última hora.

La hormiga y el escarabajo
Llegado el verano, una hormiga que rondaba por el campo recogía los granos de trigo y cebada, guardándolos para alimentarse durante el invierno. La vio un escarabajo y se asombró de verla tan ocupada en una época en que todos los animales, descuidando sus trabajos, se abandonan a la buena vida. Nada respondió la hormiga por el momento; pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia deshacía las boñigas, el escarabajo hambriento fue a pedirle a la hormiga una limosna de comida. Entonces sí respondió la hormiga: Mira escarabajo, si hubieras trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas de mí, ahora no te faltaría el alimento. (Esopo).

Aprecia la virtud de la laboriosidad. Laboriosa es la persona que ama el trabajo y trata de hacerlo bien. La laboriosidad lleva consigo la decisión de aprovechar el tiempo, de concentrarte en el trabajo y de no abandonar actividades a medio hacer. Haz hoy tu trabajo con entusiasmo, de buena gana, con empeño, y así crecerás en esta virtud con traje de faena. No te quedes ocioso todo el día

El trabajo es salud
 Saluda con gozo y agradecimiento el don inapreciable de este nuevo día. Trata con ternura cada hora porque no retornará jamás. Elude con empeño todo aquello que mata el tiempo. No escuches a labios ociosos, ni te quedes donde hay manos inactivas”, (Mandino). Valiosos consejos para evitar la pereza que frustra tus propósitos y aleja tus mejores metas. Una visión de santa Faustina Kowalska te puede motivar más.

En cierta ocasión vi a Satanás que tenía prisa y estaba buscando a alguien entre las hermanas, pero no la encontraba. Sentí en el alma la inspiración de ordenarle en nombre de Dios que me dijera a quién buscaba entre las hermanas. Y confesó, aunque de mala gana: "Busco las almas perezosas". Cuando volví a ordenarle en nombre de Dios que me dijera a qué almas del convento tenía el acceso más fácil, me confesó otra vez de mala gana que: "A las almas perezosas y ociosas". Que se alegren las almas fatigadas y abrumadas por el trabajo.

El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los vicios, y nos proporciona lo necesario para vivir. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de mucha acción.

El escarabajo y el picaflor
En el trabajo, en los grupos humanos, en las luchas políticas y sindicales, en el mundo profesional y artístico la envidia es la yerba más amarga y frondosa de las relaciones humanas. Probablemente, es la causa principal por la que más sufre la gente. Lo que pasa es que ella se disfraza como víbora bajo el follaje de razones y explicaciones.

Cada uno, en este mundo, tiene su modo de ser, sus cualidades y sus defectos. El escarabajo es útil como estercolero, el picaflor es bonito. Pero el escarabajo envidiaba al picaflor, de quien todos ponderaban la gracia y la gentileza, la hermosura y el brillante plumaje. Es un haragán presumido –decía–, incapaz de trabajar; saquea a las flores, pero no sabe hacer miel. Dicen que es bonito; será, pero no piensa sino en lucirse. Yo no soy así –agregaba–,  siempre trabajo calladito, sin tratar de lucirme  Pero  todo el mundo sabe que un escarabajo vale más que un picaflor. Y así lo creía él. (G. Daireaux – adaptación).

Es fundamental convencerme que si quiero ser yo mismo, el único punto de referencia para superarme soy yo. No necesito compararme con nadie más. Lo correcto es conocer mis talentos y habilidades, alegrarme de lo que tengo y cultivarlo. Aceptaré, por otra parte, mis límites y carencias. Piénsalo… y vive en armonía y paz tu propia realidad.  

La luciérnaga y las arañas
No envidies a los poderosos, o a las estrellas o astros del cine, del deporte, o de la vida social. La envidia es como un resentimiento irracional causado por desear el bien ajeno, un disgusto oscuro que provoca la elevada posición de una persona. Detrás de la envidia hay una incapacidad de reconocer en paz los propios límites y carencias. 

Una luciérnaga, entre los yuyos, brillaba, y esta luz ofuscaba a las arañas escondidas en sus rincones obscuros. Tácitamente se coaligaron las envidiosas para siquiera tapar, ya que no la podían apagar, esa lámpara molesta. Sin ruido, la fueron envolviendo poco a poco con tantas y tan espesas telas, que, aunque siguiese prendida, no podían sus rayos traspasar el velo, y que para todos quedó como si no existiera. El silencio suele ser a veces arma tan malévola como la maledicencia. Gustavo Daireaux.

El envidioso no percibe que su infelicidad no proviene de lo que no tiene, sino de la falta de aprecio por lo que sí posee. Hay además una falta de compromiso y responsabilidad con la propia vida, porque el celoso, pendiente de la vida de otros, no asume la propia con sus fortalezas y posibilidades reales. El Señor te libre de la dañosa envidia.  

El Señor es cariñoso con todos
Una vez vino a visitar a la M. Teresa de Calcuta un padre de familia, desesperado, porque su hijo estaba gravemente enfermo y para curarse necesitaba una medicina muy cara que sólo se encontraba en Inglaterra. Todavía estaba hablando, cuando le regalaron una cesta de medicinas y... ¡Qué alegría! Precisamente, encima de todas, estaba la medicina que necesitaba aquel hombre para su hijo. La M. Teresa comentaba: “Hay tantos millones de niños en el mundo y, sin embargo, Dios tiene tiempo para pensar en este pequeñito”. Así es nuestro Dios, bueno y “cariñoso con todas sus criaturas” (Sal 145,9). Él te ama a ti también y “Él te colmará de gracia y de ternura” (Sal 103,4). El dueño de la viña pagó con generosidad al obrero de la última hora.

domingo, 14 de septiembre de 2014

14 septiembre 2014 – Fiesta patronal : Capilla Ntra. Sra. Consolación – Resonancias

Entrada al Paraíso
Vivencias de santos sobre el Rosario: “En el Rosario he hallado los atractivos más dulces, más suaves, más eficaces y más poderosos para unirme con Dios”, santa Teresa de Jesús. “Si ustedes desean paz en sus corazones y en sus hogares, recen diariamente el Rosario”, san Pío X.Cuando digo el Avemaría, los cielos sonríen, los ángeles cantan y los demonios tiemblan y huyen”, san Francisco de Asís.

Una vez fue a visitar al P. Pío un obispo acompañado por un general del ejército italiano. El obispo le presentó a su amigo que fue recibido con gran amabilidad por el santo. Después de hablar sobre temas del momento, el obispo con una sonrisa de picardía dijo al P. Pío que el general había venido con él para hacerle un pedido importante. — ¿De qué se trata? Preguntó intrigado el P. Pío, prestando mucha atención. —Algo que para usted es muy fácil. Respondió el obispo mientras intercambiaba miradas y risitas con el general. Y prosiguió: —¡Bueno! Mi gran amigo desea que le consiga una entrada gratis al Paraíso. —¡Oh, mire qué pedido! Y sacando rápidamente del bolsillo su rosario, el santo lo puso en manos del general diciéndole: —Apreciado general, aquí tiene la entrada al Cielo. Récelo cada día con su familia y le garantizo que no va a equivocar el camino.

“El Rosario es el instrumento con el cual se vence al demonio y se obtienen todas las gracias. Es la síntesis de nuestra fe, el sostén de nuestra esperanza, la expresión y crecimiento de nuestra caridad”, san Pío de Pietrelcina. Pide la gracia de apreciar esta devoción.  

Poderosa protección
Cuando en 1945 explotó la bomba atómica sobre Hiroshima, de una pequeña comunidad de ocho sacerdotes jesuitas, situada en una casa parroquial distante sólo ocho manzanas del lugar de la explosión de la bomba, todos quedaron ilesos junto con la casa, mientras que no se salvó ninguna persona en el radio de un kilómetro y medio del centro de la explosión.
El Padre Schiffer contó en el Congreso Eucarístico de Filadelfia, en 1976, cuando aún vivían los ocho miembros supervivientes, que 200 científicos y expertos investigaron durante varios años las causas científicas por las cuales la casa parroquial y sus habitantes no habían sido tocados en medio de la destrucción de toda clase de vida… Él decía que en aquella casa había una cosa distinta a las demás que fueron destruidas: se rezaba el Rosario diariamente en comunidad…

Cosas de mamá...
Se cuenta que san Pedro, muy preocupado al notar la presencia de algunas almas a las cuales no recordaba haberlas hecho pasar al cielo, se puso a investigar y encontró un lugar por donde entraban. Fue entonces ante el Señor y le dijo:
Señor Jesús, hace algún tiempo que venía observando que hay aquí algunas almas a las que no recuerdo haberles abierto las puertas para que entraran a gozar de la eterna felicidad. Hice algunas investigaciones y hallé un hueco por donde entran. Yo quisiera que lo vieras... Aceptó Jesús acompañarlo y vio que del hoyo descubierto colgaba hacia la tierra un inmenso rosario, por donde constantemente subían muchas almas. Alarmado, le dijo san Pedro:
Creo, Señor, que debemos cerrar esa entrada.
No, no, le respondió Jesús, ¡déjalo así!... Esas son cosas de mamá...

No consiste en vanas repeticiones
Scott Hahn, un gran teólogo presbiteriano convertido al catolicismo, un día rezó su primer rosario. Y dice: Lo recé muchas veces más y, tres meses más tarde, me di cuenta de que desde el día en que yo había comenzado a rezar el rosario, aquella situación mía, aparentemente imposible, había cambiado. ¡Mi petición había sido escuchada! Y volví a tomar el rosario, que no he dejado de rezar desde aquel día.

Muchos hermanos protestantes dicen que el rezo del rosario no es bíblico, porque Jesús prohibió repetir oraciones. Y citan el texto de Mateo 6, 7; donde Jesús dice que cuando oren, no sean habladores como los gentiles, que piensan que serán escuchados por su mucho hablar. Algunos traducen como vana repetición, en vez de no sean habladores. Pero, al rezar el rosario, no hacemos vanas repeticiones, sino repeticiones útiles y maravillosas con las mismas palabras divinas que Dios nos enseña en el padrenuestro y en la primera parte del avemaría. ¿Será vana repetición el repetir palabras divinas que Dios mismo nos ha enseñado?

Por eso, dice Scott Hahn: Mi mujer nunca se cansa de oírme decir “te quiero”. Mi madre no se cansa de oír que le agradezco que me haya criado... Dios tampoco se cansa nunca de oírnos repetir toda la serie de frases, que han sido veneradas como oraciones por la Escritura y la Tradición cristiana. Los no católicos repiten mucho las palabras: Amén, Aleluya y Alabad al Señor.

Ampère rezaba el Rosario
Cuando Federico Ozanam, fundador de las Conferencias de san Vicente de Paúl, tenía 19 años, fue enviado por sus padres a estudiar a la universidad de París. Allí tuvo la suerte de conocer al gran científico André Ampère. Y dice: Un día, en que estaba triste y abrumado por mis problemas, entré en la iglesia de san Esteban para tranquilizarme. La iglesia estaba en silencio y casi vacía. Arrodillado humildemente delante del altar, estaba un hombre rezando el rosario. Me acerqué y pude reconocer a Ampère. Después de contemplarle unos momentos, me retiré, profundamente conmovido y más cerca de Dios. El rosario de Ampère me había convencido más que mil sermones de la importancia de Dios y de la oración. Y así pude volver a recobrar mi fe perdida

Juan Pablo II dice del Santo Rosario:
- Meditar con el Rosario significa poner nuestros afanes en los corazones misericordiosos de Cristo y de su Madre.
- Es una alabanza constante a Cristo: “Bendito el fruto de tu vientre, Jesús”.
- La repetición del avemaría se dirige directamente a María, pero el acto de amor con ella y por ella, se dirige a Jesús. La repetición favorece el deseo de una configuración cada vez más plena con Cristo: verdadero programa de la vida cristiana.
- El Rosario bien rezado es realmente un itinerario espiritual en el que María se hace madre, maestra, guía, y sostiene al fiel con su poderosa intercesión.
- El Rosario tiene la sencillez de una oración popular, pero también la profundidad teológica de una oración adecuada para quien siente la exigencia de una contemplación más intensa.
- La Iglesia ha visto siempre en esta oración una particular eficacia, confiando las causas más difíciles a su recitación comunitaria y a su práctica constante.

El alcázar de Toledo salvado
En la guerra civil española (1936-1939), la ciudad de Toledo había sido ocupada por los comunistas; pero quedaba por dominar el Alcázar de Toledo, que había sido la Academia militar para oficiales. Allí se refugiaron un total de 1.100 hombres con 800 mujeres y niños. Los atacantes los cercaron con 10.000 soldados, pero no pudieron vencerlos. ¿Por qué? Los 1.100 hombres del Alcázar eran soldados de María, se habían consagrado junto con su coronel Moscardó a María y Ella, la vencedora de mil batallas, los defendió hasta el último momento.
Humanamente, es inexplicable cómo pudieron resistir 71 días de asedio. Pero María velaba por ellos. Organizaron el rosario perpetuo, día y noche, ante la imagen de la Virgen. Dos veces al día se reunía toda la guarnición para rezar el rosario y así pudieron resistir a pesar de que dinamitaron el Alcázar con cargas explosivas subterráneas, a pesar de la falta de agua y de alimento y de que se acababan las municiones. A los 72 días de asedio, el general Franco les mandó ayuda y fueron liberados. Al ser preguntado el coronel Moscardó cómo había sido posible vencer en lucha tan desigual, decía: Preguntádselo a María. Ella era la Generala del Alcázar. Ella daba valor a nuestros corazones. Ella fue la que nos salvó.

El amor a María nos une
En el diario francés La Croix del 12 de septiembre de 1915, salía la siguiente noticia: En el campo de batalla yacía gravemente herido un soldado francés y, junto a él, también gravemente herido un soldado alemán. El francés sacó, con mucho esfuerzo, un crucifijo de su bolsillo, lo besó y empezó a rezar el avemaría en latín. El alemán también se unió y rezó el avemaría con él. Después, el francés le tendió el crucifijo, el alemán lo besó, se dieron la mano y así unidos y rezando el avemaría murieron. El amor a María había unido en la muerte a dos enemigos, que murieron como hermanos, hijos de la misma madre.

domingo, 7 de septiembre de 2014

7 septiembre 2014 – Domingo 23º A – Corrección constructiva – Resonancias


La corrección: ayuda valiosa
Con frecuencia Dios, por sus profetas, invitó a Israel a revisar su estilo de vida para hacer los necesarios reajustes que exigía la alianza solemnemente pactada. La Palabra de Dios sigue invitándonos a cambiar y corregirnos, y nos motiva con sabiduría a dar pasos de crecimiento espiritual. Ábrete a su mensaje y aprovecha su fuerza renovadora.

Agradécele a Dios haber puesto en tu camino personas buenas que corrigen tus defectos. Quienes nos corrigen demuestran mucho amor, porque hay otros que, en lugar de corregirnos, utilizan nuestras faltas y errores para comentarlos con sus amigos, pero nada más. Si quieres mejorar de verdad, decídete aceptar las correcciones que te hagan, sin poner defensas, excusas o pretextos. Ante una crítica, reflexiona por qué te la dicen y si en verdad se justifica. A pesar de que algunos se consideran intachables, todos tenemos defectos. Y aunque estemos llenos de ellos, el Espíritu Santo nos da discernimiento para notar las virtudes que también poseemos.

“Si yo corrigiera mi manera de pensar de los otros, me sentiría sereno. Si yo corrigiera mi manera de actuar ante los demás, los haría felices. Si yo aceptara a todos como son, sufriría menos. Si yo me aceptara tal cual soy y corrigiera mis defectos, ¡cuánto mejoraría mi hogar y mi entorno! Si yo cambiara... ¡cambiaría el mundo!”. Anímate a dar pasos decididos. P. Natalio.

Decálogo de la crítica sana
- La crítica ha de hacerse siempre “cara a cara”.
- La crítica ha de hacerse a la persona interesada y en privado. 
- Nunca se debe criticar comparando con otra persona.
- Se deben criticar los hechos, jamás las intenciones.
- La crítica debe ser específica, no generalizadora; objetiva, no exagerada.
- Hay que criticar una sola cosa cada vez. .
- No se debe, en principio, repetir las críticas una vez formuladas.
- Hay que saber elegir bien el momento para criticar.
- Nunca se debe criticar lo que no se ha comprobado bien.
- Antes de criticar hay que ponerse en las circunstancias del criticado. López Caballero.

El loro y el hornero
Cuando comienzan las dificultades y reveses en tu vida, no pierdas el ánimo, porque hay dentro de ti fuerzas insospechadas. Entre todas sobresale una que debes valorar, entrenar y servirte de ella: la voluntad. El éxito comienza siempre con una voluntad decidida a permanecer firme en desalojar los defectos y mejorar los buenos hábitos.

Un loro, iba por todas partes, diciendo que su nido estaba deshecho sin compostura, y tan sucio que ya no se podía vivir en él. El hornero, extrañaba que pudiera uno hablar tan mal de su propio nido; y un día, le preguntó al loro por qué no trataba de componer el suyo.
Si no tiene más remedio, amigo –le contestó el loro–; los loros somos así; luego de hacer algo, lo destruimos; nuestra raza es una raza despreciable.
Haces mal, loro, en hablar así de tu hogar y de los tuyos –le dijo el hornero–; sería mejor, no ensuciar, ni destruir tu nido; pero todo mal tiene compostura, menos para el que se figura que no la tiene. Godofredo Daireaux

Busca siempre la faz luminosa y positiva de todos los obstáculos y reveses que te presente cada día. No olvides que puedes desarrollar la escondida sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en resurrección y vida.

Empieza por ti mismo
Siendo joven, yo era un revolucionario, y mi oración a Dios era:
Señor, dame la energía para cambiar al mundo. Al llegar a los cuarenta y advertir que la mitad de mi vida se había ido sin que yo hubiese cambiado una sola persona, modifiqué mi oración:Señor, dame la gracia para cambiar a todos aquellos con quienes tengo contacto, solamente mi familia y mis amigos y estaré satisfecho.
Ahora, que ya soy un anciano y mis días están contados, mi única oración es:
Señor, dame la gracia de cambiarme a mí mismo. ¡Si hubiera orado de esta forma desde el principio, no hubiese desperdiciado mi vida!

“Cambiarse a sí mismo”, es en verdad lo más accesible y cercano para comenzar. Pero también es cuestión de lealtad consigo mismo y los demás. Jesús señaló esto en los fariseos de su tiempo. No practicaban lo que aconsejaban a los otros. “Las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”. Para cambiar el mundo, comienza por ti. .

Las dos ranas
Vivía una rana felizmente en un pantano profundo, alejado del camino, mientras su vecina vivía muy orgullosa en una charca en el centro del camino. La del pantano le insistía a su amiga que se fuera a vivir al lado de ella, alejada del camino; que allí estaría mejor y más segura. Pero no se dejó convencer, diciendo que le era muy difícil abandonar un lugar donde ya estaba establecida y satisfecha. Y sucedió que un día pasó por el camino, sobre la charca, un carretón, y aplastó a la pobre rana que no había querido aceptar un cambio oportuno.

¿Quién tiene derecho a criticar?
No tiene derecho a criticar el que no elogia habitualmente. Un padre que jamás alaba las cosas que su hijo hace bien – y todo el mundo hace muchas cosas bien -, ¿qué derecho tendría a reprenderlo cuando se equivoca? Un jefe que jamás estimula a sus colaboradores, ¿no se despoja de razón para corregir cuando estos fallan? El que en política jamás encuentra nada válido en sus gobernantes, ¿no demuestra en sus críticas que, o es neurótico o tiene anteojeras políticas para reprocharlos? La crítica valiosa es la de quien, estando en principio siempre dispuesto al elogio, se ve, en algún caso, obligado a criticar.

Critica siempre con delicadeza y amor
No se debe criticar nada que no se ame. Si toda crítica va dirigida a conseguir el bien y no a destruir, ¿no es lógico que sólo se critique aquello cuyo bien se quiere? Criticamos con derecho a los gobernantes cuando de hecho queremos a nuestro país, y lo demostramos a diario con nuestro trabajo. Tenemos derecho a criticar a la Iglesia si la amamos. Y con tanta más razón criticamos al hijo o al esposo cuanto más les demostremos constantemente nuestro amor. La crítica del enemigo ni crea nada, ni nada aporta. Lógicamente, cuando se critica lo que se ama se critica con amor, con tanta delicadeza como la que se emplea al curar una herida. Por ello, en una crítica rebozada de ironías o sarcasmos, puede haber un desahogo del que critica, no una esperanza de verdadera mejoría.


¿Cómo criticar sin agresividad?
Nunca se debe formular una crítica sin que, antes, el propio crítico se haya preguntado por la parte de la responsabilidad que él tiene en lo que reprocha. La verdad es que cuando algo marcha mal, nadie de los que rodean ese mal puede estar seguro de tener limpias sus manos. ¿Cómo criticar a un país que produce poco, si no empezamos todos a cumplir nuestro deber? ¿Criticar a la jerarquía por la mala marcha de la Iglesia, no será una excusa para tapar nuestros errores? ¿Retar a un hijo porque llega tarde a casa no es un autoengaño cuando no se ha empezado por hacer llevadera la convivencia adentro? Lógicamente se critica de manera distinta cuando uno se siente corresponsable de lo que se discute. Y en rigor, sólo debería criticarse “desde dentro”, comenzando por la confesión de nuestra propia culpa. El criticado entenderá mucho mejor su error si empezamos a compartir con él el nuestro. Porque no entenderá la crítica como una agresión hecha desde afuera, sino como una colaboración practicada desde dentro. Desde dentro del corazón.

NB. Las tres últimas notas están en “El arte de criticar”, de José Luis Martín Descalzo, sacerdote periodista y autor de “Vida y misterio de Jesús de Nazaret”, Ediciones Sígueme, Salamanca 1990.
Gracias por tu visita!!!