domingo, 28 de abril de 2013

Semanario  Nº 309º
Cadena de favores
Era un día frio, lluvioso y gris. Mientras manejaba su auto por la
ruta, Norberto, joven empleado, divisó a una anciana cuyo vehículo
averiado estaba detenido en la banquina. Estacionó su viejo Ami 8
delante del BMW de la anciana. La señora miró preocupada al hombre que
se le acercaba. Hacía más de una hora que estaba allí sin conseguir
ayuda, pero, quien se aproximaba no tenia muy buen aspecto, tal vez
podría tratarse de un delincuente. Con voz franca y serena Norberto le
dijo para tranquilizarla: "Vengo para ayudarla, señora. Entre al auto,
así no se moja, mientras yo veo qué puedo hacer”.

Sólo se trataba de una pinchadura, pero para la anciana era una
situación difícil. Norberto se metió abajo del auto buscando un lugar
donde poner el cricket y en la maniobra se lastimó varias veces los
nudillos. Estaba apretando las últimas tuercas, cuando la señora bajó
la ventanilla y comenzó a hablar con él. Le contó de dónde venia, que
tan solo estaba de paso por ahí, y que no sabia cómo agradecerle. El
joven sonreía mientras cerraba el baúl del coche guardando las
herramientas. Le preguntó cuánto le debía, pero él no quería dinero.
Más bien pensaba que ayudar a alguien en necesidad era la mejor forma
de pagar por las veces que a él, a su vez, lo habían ayudado.

“Señora, si desea pagarme, la próxima vez que vea a alguien en
necesidad, y esté a su alcance darle una mano, hágalo de manera
desinteresada, y entonces tan solo piense en mi...”  Agregó
despidiéndose. Unos kilómetros más adelante la señora divisó un
pequeño bar y se detuvo para quitarse el frío con una taza de café
bien caliente. El lugar era diminuto, muy pobre y precario. Una cortés
camarera se le acercó y le ofreció una toalla de papel para que secara
sus cabellos, empapados por la lluvia. Tenía un rostro agradable con
una hermosa sonrisa. La anciana notó que estaba embarazada. Y sin
embargo esto no le hacia cambiar su simpática actitud. Pensó en cómo,
gente que tenia tan poco, era tan amable con los extraños.

Entonces se acordó del buen samaritano del camino. Al terminar, pagó
con cien pesos. Cuando la muchacha regresó con el cambio constató que
la señora se había ido. Intentó alcanzarla, pero al pasar vio en la
mesa una servilleta de papel escrita junto a cuatro billetes de cien.
Los ojos se le llenaron de lágrimas al leer la nota: "Cuando tuve
necesidad, alguien me ayudó como hoy te estoy ayudando. Si querés
pagarme, no dejés de ayudar y ser bendición para otros como hoy lo
hago con vos. Seguí dando de tu cortesía y atención y no permitas que
nada rompa las bendiciones que sabés dar con tu bondadosa actitud."

Decálogo para vivir mejor

1. Cuida tu presentación todos los días. Arréglate como si fueras a
una fiesta, ¡que más fiesta que la vida!
2. Mantén vivo tu amor por la vida. Sal a la calle o al campo de
paseo. El agua estancada se pudre y la máquina inmóvil se enmohece.
3. Ama el ejercicio físico como a ti mismo. Un rato de gimnasia, una
caminata razonable dentro o fuera de casa. Contra inercia, diligencia.
4. Acéptate con dignidad. Cabizbajo, la espalda encorvada, los pies
arrastrándose, ¡no! Que la gente te diga un piropo cuando pases.
5. Habla de tu edad con orgullo y respeto. Nadie quiere oír historias
de hospitales. Deja de llamarte viejo y considerarte enfermo.
6. Cultiva el optimismo sobre todas las cosas. Sé positivo en los
juicios, de  buen humor en la palabra, alegre de rostro, amable en los
ademanes. Se tiene la edad que se ejerce, la vejez no es cuestión de
años sino de ánimo.
7. Sé útil a ti mismo. Si puedes, arréglatelas solo y ayuda con una
sonrisa, un consejo o un servicio a los demás.
8. Trabaja con tus manos y tu mente. La mejor bendición es el trabajo,
cualquier actividad laboral o artística es la medicina para todos los
males.
9. Mantén vivas y cordiales las relaciones humanas. Desde luego las
que anidan en el hogar, intégrate y convive con todos los miembros de
la familia: niños, jóvenes y adultos, el perfecto muestreo de la vida.
Luego ensancharás tu corazón a los amigos con tal de que ellos no sean
exclusivamente de tu edad.
10. Sé positivo siempre. Alégrate de que entre las espinas florecen
rosas. Sé como la luna, un cuerpo opaco destinado a dar luz.

Súplica de vida intensa

Señor, a veces me siento débil. Fortalece cada fibra de mi cuerpo y de
mi interior. Así yo sé que nada podrá derribarme, porque ningún poder
humano, ningún problema, ninguna enfermedad y ninguna dificultad
pueden ser más fuertes que tu amor. Lléname de tu vida intensa, Señor,
infunde tu dinamismo en mis acciones, inunda de vitalidad todo mi ser,
renueva mis deseos de vivir. Ayúdame para que una vez más pueda elegir
la vida en lugar de la muerte, la alegría en lugar de la melancolía,
la esperanza en lugar del desánimo, el empeño en lugar de los
lamentos. Tú que eres pura vida, inúndame, Señor. Amén. Víctor
Fernández.

Carta pedigüeña

-¿Te dijo mi primo si había recibido mis cartas?
- Una sí, pero aquella en que le pedías mil dólares prestados, dice que no...
Paciente desesperada
-¡Ah, doctor, esto es demasiado sufrir! ¡Hágame usted  morir, por
caridad!  - dice la desesperada paciente al médico.
-¡No necesito ningún consejo de nadie! – replica el especialista –
Conozco bien mi oficio.

Pensamientos

- Hay que apoyarse en el obstáculo para lanzarse con más fuerza hacia
delante. Lamartine
- Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto
de mi vida.  Woody Allen.
- Procuremos siempre mirar las virtudes y cosas buenas que vemos en
los otros y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados. Tengamos
a todos por mejores que nosotros. Santa Teresa de Ávila.
- ¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo
de volar? Helen Keller
- Es una cosa vana e inútil alegrarse o entristecerse de antemano por
algo que quizá no ha de suceder jamás. Tomás Kempis.
- Si a cambio de mi amor a la lectura viera a mis pies los tronos del
mundo, rehusaría el cambio. Fenelon.
- Serás plenamente adulto cuando hayas decidido a detenerte con
regularidad para contemplar lealmente tu vida, juzgarla con los ojos
del espíritu y decidirte luego a vivirla. Michel Quoist.

domingo, 21 de abril de 2013

Semanario  Nº 308º
Puedes ser un buen samaritano
Alberto conducía su nuevo automóvil, un gran Mercedes, a mucha
velocidad, porque ese día iba a llegar tarde al trabajo. Estaba
disfrutando el andar majestuoso de su flamante Mercedes Benz, rojo
brillante, una de sus más apreciadas posesiones, cuando, de repente,
un ladrillo se estrelló en la puerta de atrás. Alberto frenó el coche
con un chirrido de cubiertas nuevas y dio marcha atrás hasta el lugar
de donde había salido el ladrillo. Se bajó del auto y  vio a un niño
en la banquina, lo agarró, lo sacudió y le gritó muy enojado:
—¿Qué demonios andás haciendo? ¡Te va a costar caro lo que le hiciste
a mi auto! ¿Por qué largaste el ladrillo?
El niño llorando, le contestó: —Lo siento, señor, pero no sabía qué
hacer, mi hermano se cayó de su silla de ruedas y está lastimado... no
lo puedo levantar yo solo.  ¡Nadie quería detenerse a ayudarme!

Alberto sintió un nudo en la garganta y fue a levantar al joven y
ponerlo en su silla de ruedas, y miró con detenimiento sus
lastimaduras. Vio que sus raspaduras eran menores, y que no estaba en
peligro.
Mientras el pequeño de 7 años empujaba a su hermano en la silla
rodante hacia su casa, Alberto se dirigió lentamente a su Mercedes,
pensando con seriedad en lo que le había sucedido.
Pasaron días y semanas, pero no quiso llevar el coche a repararlo,
dejó la puerta como estaba, para recordarse siempre que no debía ir
por la vida tan de prisa, que alguien tuviera que tirarle un ladrillo
para llamar su atención.
¿Qué tal contigo? ¿Has recibido algún ladrillo últimamente de alguno
que está tal vez muy cercano a ti y que necesita tu ayuda?

Sigue sonriendo
Aférrate a tus sueños, y no los abandones jamás. Muéstrale al mundo lo
que yo bien sé: ¡Lo maravilloso que eres! Confía en las posibilidades
de la vida, y no te apresures a juzgar a los demás. Confía en la
estrella que brilla en tu cielo. Encara tus problemas uno por uno para
vencerlos. No huyas de aquellos que traen amor a tu vida. Mira lo
bueno en la vida y no sucumbas en las adversidades. Muéstrate tal como
eres, pues tienes cualidades especiales que te han sostenido hasta
ahora, y que siempre te sostendrán. No pierdas el valor. Llena tu
corazón de felicidad y ¡espárcela en todo lo que hagas! Confía en toda
tu fuerza interior que Dios te ha dado. Confíale todo a Dios.

Antes de tomar decisiones
Señor, tú eres la verdadera luz. Tú me conoces a fondo y sabes
perfectamente para qué estoy hecho y qué es lo que me conviene. Yo
muchas veces me confundo, o tomo decisiones apresuradas que luego me
perjudican o perjudican a los demás. No quiero caminar a oscuras, como
si la luz no existiera, no quiero una vida sin sentido y sin
orientación. Prefiero caminar según tu proyecto y cumplir tu sueño
para mi vida. Dame la gracia de aprender a consultarte para no
desgastar mi vida inútilmente. Ilumina mis pasos y guíame por el
camino correcto. Víctor Fernández.

Medio tonto

— Tu padre me tiene por medio tonto  –dice un joven a su novia.
— No te preocupes  –exclama ésta- es que sólo te conoce a medias.
Agua fresca
—¿Qué desea el señor?
— Un vaso de agua fresca.
— Lo siento, pero no se puede ocupar una mesa por un solo vaso de agua.
— Bueno, si es así, tráigame dos.

Pensamientos

- A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan
cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso. José Ingenieros.
- La sensualidad le prepara el lecho a la incredulidad. Julien Green.
- Es signo evidente de la perfección de un alma el querer ser
corregida. Éste es el primer fruto de la humildad, que nos hace
comprender que tenemos siempre necesidad de superarnos. San Francisco
de Sales.
- Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el
viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada,
se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía. Saint Exupery.
- Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo
realidad. Julio Verne.
- No importa cuánto se viva sino cómo se vive. Si se vive bien y se
muere joven, se puede haber contribuido más que otra persona
preocupada hasta los ochenta años sólo de sí misma. Martin L. King.
- Los que saben ocuparse en cualquiera lectura útil y agradable, jamás
sienten el tedio que devora a los demás hombres en medio de las
delicias. Fenelon.

domingo, 14 de abril de 2013

Semanario  Nº 307º
La avidez es mala consejera
Cuentan que a la sombra de una frondosa higuera llena de maduros
frutos, una joven de veintidós años meditaba día tras día. Un futuro
dorado se le presentaba ante su imaginación, representado en los
maduros higos que escondía en lo alto la fecunda higuera. Uno de los
higos era un esposo con un hogar feliz, animado por los juegos y la
alegría de los hijos. Otro de los higos era llegar a ser una célebre
poetisa, otro una brillante profesora, otro era visitar Europa, y
también África, y las islas del Caribe, otro higo… Quedaban así muchos
higos para disfrutar que en verdad era imposible contar.
Mientras tanto la jovencita volvía cada tarde a sentarse bajo la
higuera, muriéndose de hambre, porque no acababa de decidirse a elegir
algunos de los higos. Quería comerlos a todos pero, elegir algunos
significaba perder muchos otros; y seguía pensando en innumerables
posibilidades, incapaz de tomar una decisión, mientras los higos
comenzaban a arrugarse, a podrirse y a caer uno por uno a sus pies.
Es triste morir de hambre en medio de la abundancia. Una buena
elección significa crecimiento, aunque también renuncia.

¿Eres afortunado?
Tienes comida en el refrigerador, ropa para cubrirte, un techo sobre
la cabeza y un sitio donde dormir... eres más rico que el 75% de las
personas de este mundo. Si tienes dinero en el banco, o en tu cartera
y guardas cambio en un plato o vasija en alguna parte... estás entre
el 8% de las personas con fortuna en el mundo. Si te levantaste esta
mañana con más salud que enfermedad... eres más bendito que el millón
de personas que no sobrevivirán esta semana.

Si nunca has experimentado el peligro de la batalla, la soledad del
encierro, la agonía de la tortura o las convulsiones de la hambruna...
estás por encima de 500 millones de personas en el mundo. Si puedes ir
a un templo sin miedo a persecución, arresto, tortura o muerte...
tienes más bendiciones que 3000 millones de personas en el mundo. Si
tus padres aún viven y están casados... eres un ser muy extraño. Si
mantienes en alto tu cabeza con una sonrisa en tu rostro y eres
agradecido... tienes la bendición divina porque la mayoría, pudiendo,
no lo hace.

Si puedes sostener la mano de alguien, abrazarlo y hasta tocarlo en el
hombro... eres afortunado porque puedes ofrecer sanación. Si puedes
leer esto, has recibido una bendición doble... porque eres más bendito
que dos millones de personas que ni siquiera saben leer. Que tengas un
excelente día. Enumera tus bendiciones... y tu fortuna... y agradece a
Dios.

Que no decaiga mi fe, Señor

Señor, aunque a veces no vea claro, yo sé que siempre estás presente.
Permites que tenga problemas, pero no para hacerme sufrir, sino para
que pueda madurar y crecer, para que aprenda a superarme y para que
pueda entrar en las profundidades del Espíritu. A veces no me concedes
lo que te pido porque no es el momento, o porque no es lo mejor para
mí. Pero tarde o temprano me darás lo que más necesita mi corazón. No
me lo darás como yo lo imagino, pero me lo regalarás de la manera que
sea más conveniente para mí. Creo que de todo lo que me está pasando
sacarás algo bueno para mí, algo bello, algo que mi corazón necesita.
A veces no te descubro a mi lado porque mi mente y mis sentimientos
son muy pequeños y no te pueden abarcar. Pero nunca permitas que
decaiga mi fe. Creo, Señor. Aumenta mi poca fe. Amén.” Víctor
Fernández.

Después del café

—Bautista, dice la señora de la casa al criado,  —advierta a los
invitados que después del café les cantaré un tango.
—Ya lo hice señora.
—¿Y qué han dicho?
—Que no tomarán café…
Un secreto…
En la cárcel, durante un apagón de luz eléctrica, un preso dice a otro:
—Oye, te voy a decir un secreto: esta noche pienso escaparme. ¿Te
vienes conmigo?
—Lo siento, pero me es imposible. Te voy a revelar otro secreto: soy
un guardián.

Pensamientos

- Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla. Proverbio ruso
- Si todos los años extirpáramos un solo vicio, pronto llegaríamos a
ser hombres perfectos. Tomás de Kempis.
- Si por casualidad caes en una falta, apénate más por haber ofendido
a Dios, que por la humillación de haberla cometido. León XIII.
- Un corazón sin ideal es como un cielo sin estrellas.
- ¿Qué es nuestra imaginación comparada con la de un niño que intenta
hacer un ferrocarril con espárragos? Jules Renard.
- Si no plantamos el árbol de la sabiduría cuando somos jóvenes, no
podrá prestarnos su sombra en la edad madura. Lord Chesterfield.
- El buen lector hace el buen libro. Emerson.
- Necesitamos tener una habitación interior a donde poder retirarnos
cuando lo necesitemos. Un lugar agradable, lleno de esas riquezas
intangibles que nos renuevan: serenidad, energías positivas y una
firme ilusión de vivir. Ignacio Larrañaga.

domingo, 7 de abril de 2013

Semanario  Nº 306º

Auxilio en la lluvia

 Una noche, a las 23.30, una mujer de edad avanzada estaba parada a un
costado de una autopista, tratando de soportar una fuerte tormenta. Su
coche se había descompuesto y ella necesitaba desesperadamente que la
llevaran. Toda mojada, ella decidió detener el próximo coche. Un joven
se detuvo a ayudarla, a pesar de la fuerte lluvia. El joven la llevó a
un lugar seguro, la orientó a obtener asistencia y la puso en un taxi.
La mujer parecía estar bastante apurada, pero anotó la dirección del
joven, le agradeció y se fue.
Siete días más tarde el joven salió a la puerta porque habían llamado.
Para su sorpresa, un televisor pantalla gigante a color le fue
entregado por correo en su casa. Había una nota especial adjunta al
paquete, que decía así: Muchísimas gracias por ayudarme en la
autopista la otra noche. La lluvia  no solo dejó mi ropa completamente
mojada sino deprimió mi espíritu. Entonces apareció usted. Gracias a
usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo
antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y por servir a
otros desinteresadamente. Señora Fernández
Lucas 10, 36-37: ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo
del hombre asaltado por los ladrones?». «El que tuvo compasión de él»,
le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y procede tú de la misma
manera».

Arriésgate
Reír es arriesgarse a parecer un tonto. Llorar es arriesgarse a
parecer un sentimental. Buscar al otro es arriesgarse a comprometerse.
Expresar los sentimientos es arriesgarse a ser rechazado.
Exponer los sueños ante una multitud es arriesgarse a ser ridículo.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido. Avanzar ante obstáculos
abrumadores es arriesgarse a fracasar. Pero se deben correr los
riesgos porque el peligro más grande en la vida es no arriesgar nada.
La persona que no arriesga nada, no hace nada, no tiene nada, no es
nada.  Podrá evitar el sufrimiento y la tristeza, pero no puede
aprender, sentir, cambiar, crecer ni amar.

Que no decaiga mi fe, Señor
Señor, aunque a veces no vea claro, yo sé que siempre estás presente.
Permites que tenga problemas, pero no para hacerme sufrir, sino para
que pueda madurar y crecer, para que aprenda a superarme y para que
pueda entrar en las profundidades del Espíritu. A veces no me concedes
lo que te pido porque no es el momento, o porque no es lo mejor para
mí. Pero tarde o temprano me darás lo que más necesita mi corazón. No
me lo darás como yo lo imagino, pero me lo regalarás de la manera que
sea más conveniente para mí. Creo que de todo lo que me está pasando
sacarás algo bueno para mí, algo bello, algo que mi corazón necesita.
A veces no te descubro a mi lado porque mi mente y mis sentimientos
son muy pequeños y no te pueden abarcar. Pero nunca permitas que
decaiga mi fe. Creo, Señor. Aumenta mi poca fe. Amén.” Víctor
Fernández.

Dentista del siglo 21

Una mujer telefoneó a su dentista al recibir la factura sumamente
alta. —¡Estoy atónita!, se quejó la mujer. —Esa cantidad es tres veces
lo que usted acostumbra a cobrarme.” —”Sí, lo sé,” le contestó el
dentista. “Pero, fue porque usted gritó tan fuerte que me asustó a dos
pacientes, que se retiraron de la sala de espera”.

Pensamientos

- Cuando se siente herida, la ostra hace una perla. Emerson.
- Cuantos más vicios, más tiranos; la inocencia es la libertad. Alcuino.
- Si el Señor ama tanto a los humildes es porque aman la verdad. Santa Teresa.
- Ver lo divino del hombre y referirlo a Dios, no es orgullo sino
humildad en la verdad. San Buenaventura.
- Si quieres mantener tu surco derecho, ata tu arado a una estrella. M. Hebrard.
- El que tiene imaginación, con qué facilidad saca de la nada un
mundo. Gustavo Bécquer.
- Seguiréis siendo jóvenes, mientras sigáis siendo receptivos de todo
lo hermoso, de todo lo bueno, de todo lo grande. Mac Arthur .
- En muchas ocasiones la lectura de un libro ha abierto el camino del
éxito a un hombre, decidiendo el curso de su vida. Emerson.
- Aun en la vida cotidiana más afanosa y complicada, estoy seguro que
es posible reservarse algunos momentos de silencio, si lo deseamos de
verdad, para retomar la conciencia de sí mismo y mirar desde ahí
alrededor. Mons. Carlos Martini.
Gracias por tu visita!!!