domingo, 14 de abril de 2013

Semanario  Nº 307º
La avidez es mala consejera
Cuentan que a la sombra de una frondosa higuera llena de maduros
frutos, una joven de veintidós años meditaba día tras día. Un futuro
dorado se le presentaba ante su imaginación, representado en los
maduros higos que escondía en lo alto la fecunda higuera. Uno de los
higos era un esposo con un hogar feliz, animado por los juegos y la
alegría de los hijos. Otro de los higos era llegar a ser una célebre
poetisa, otro una brillante profesora, otro era visitar Europa, y
también África, y las islas del Caribe, otro higo… Quedaban así muchos
higos para disfrutar que en verdad era imposible contar.
Mientras tanto la jovencita volvía cada tarde a sentarse bajo la
higuera, muriéndose de hambre, porque no acababa de decidirse a elegir
algunos de los higos. Quería comerlos a todos pero, elegir algunos
significaba perder muchos otros; y seguía pensando en innumerables
posibilidades, incapaz de tomar una decisión, mientras los higos
comenzaban a arrugarse, a podrirse y a caer uno por uno a sus pies.
Es triste morir de hambre en medio de la abundancia. Una buena
elección significa crecimiento, aunque también renuncia.

¿Eres afortunado?
Tienes comida en el refrigerador, ropa para cubrirte, un techo sobre
la cabeza y un sitio donde dormir... eres más rico que el 75% de las
personas de este mundo. Si tienes dinero en el banco, o en tu cartera
y guardas cambio en un plato o vasija en alguna parte... estás entre
el 8% de las personas con fortuna en el mundo. Si te levantaste esta
mañana con más salud que enfermedad... eres más bendito que el millón
de personas que no sobrevivirán esta semana.

Si nunca has experimentado el peligro de la batalla, la soledad del
encierro, la agonía de la tortura o las convulsiones de la hambruna...
estás por encima de 500 millones de personas en el mundo. Si puedes ir
a un templo sin miedo a persecución, arresto, tortura o muerte...
tienes más bendiciones que 3000 millones de personas en el mundo. Si
tus padres aún viven y están casados... eres un ser muy extraño. Si
mantienes en alto tu cabeza con una sonrisa en tu rostro y eres
agradecido... tienes la bendición divina porque la mayoría, pudiendo,
no lo hace.

Si puedes sostener la mano de alguien, abrazarlo y hasta tocarlo en el
hombro... eres afortunado porque puedes ofrecer sanación. Si puedes
leer esto, has recibido una bendición doble... porque eres más bendito
que dos millones de personas que ni siquiera saben leer. Que tengas un
excelente día. Enumera tus bendiciones... y tu fortuna... y agradece a
Dios.

Que no decaiga mi fe, Señor

Señor, aunque a veces no vea claro, yo sé que siempre estás presente.
Permites que tenga problemas, pero no para hacerme sufrir, sino para
que pueda madurar y crecer, para que aprenda a superarme y para que
pueda entrar en las profundidades del Espíritu. A veces no me concedes
lo que te pido porque no es el momento, o porque no es lo mejor para
mí. Pero tarde o temprano me darás lo que más necesita mi corazón. No
me lo darás como yo lo imagino, pero me lo regalarás de la manera que
sea más conveniente para mí. Creo que de todo lo que me está pasando
sacarás algo bueno para mí, algo bello, algo que mi corazón necesita.
A veces no te descubro a mi lado porque mi mente y mis sentimientos
son muy pequeños y no te pueden abarcar. Pero nunca permitas que
decaiga mi fe. Creo, Señor. Aumenta mi poca fe. Amén.” Víctor
Fernández.

Después del café

—Bautista, dice la señora de la casa al criado,  —advierta a los
invitados que después del café les cantaré un tango.
—Ya lo hice señora.
—¿Y qué han dicho?
—Que no tomarán café…
Un secreto…
En la cárcel, durante un apagón de luz eléctrica, un preso dice a otro:
—Oye, te voy a decir un secreto: esta noche pienso escaparme. ¿Te
vienes conmigo?
—Lo siento, pero me es imposible. Te voy a revelar otro secreto: soy
un guardián.

Pensamientos

- Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla. Proverbio ruso
- Si todos los años extirpáramos un solo vicio, pronto llegaríamos a
ser hombres perfectos. Tomás de Kempis.
- Si por casualidad caes en una falta, apénate más por haber ofendido
a Dios, que por la humillación de haberla cometido. León XIII.
- Un corazón sin ideal es como un cielo sin estrellas.
- ¿Qué es nuestra imaginación comparada con la de un niño que intenta
hacer un ferrocarril con espárragos? Jules Renard.
- Si no plantamos el árbol de la sabiduría cuando somos jóvenes, no
podrá prestarnos su sombra en la edad madura. Lord Chesterfield.
- El buen lector hace el buen libro. Emerson.
- Necesitamos tener una habitación interior a donde poder retirarnos
cuando lo necesitemos. Un lugar agradable, lleno de esas riquezas
intangibles que nos renuevan: serenidad, energías positivas y una
firme ilusión de vivir. Ignacio Larrañaga.

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