Semanario Nº 248º
San Maximiliano Kolbe
Un día se fugó un preso del campo de concentración. La norma de los
alemanes era que por cada preso que se fugara tenían que morir diez de
sus compañeros. Mientras hacían la selección para echarlos a un bunker
a morirse de hambre, se oyó de pronto un grito del que había sido
señalado, y éste exclamó: "Dios mío, yo tengo esposa e hijos. ¿Quién
los va a cuidar?". De inmediato el padre Kolbe dijo al oficial: "Yo me
ofrezco para reemplazar al compañero designado a morir en el bunker".
El oficial le preguntó: -¿Y por qué? - Él tiene esposa e hijos que lo
necesitan. Yo soy soltero y solo, y nadie me necesita. El oficial dudó
un momento, pero luego aceptó. El prisionero Kolbe fue llevado con
otros nueve a morir de hambre en el subterráneo. Fueron días de
angustia y agonía. El santo sacerdote animaba y oraba con ellos. Al
final sólo quedó el P. Kolbe. Y como necesitaban el local para otros
presos, le inyectaron cianuro y murió. Era el 14 de agosto de 1941.
Cuando murió el P. Kolbe, su madre refirió que una vez siendo niño, lo
reprochó con severidad por una travesura: “Niño mío, ¡quién sabe lo
que será de ti!”. Después, no pensé más, pero observé que había
cambiado radicalmente. Lo veía que rezaba llorando ante un altarcito
escondido en un rincón. Como esto me preocupaba, le pregunté: “¿Te
pasa algo? ¡Has de contar todo a tu mamita!”. Muy emocionado me dijo:
"Mamá, cuando me reprochaste, pedí a la Virgen me dijera lo que sería
de mí. Entonces se me apareció con dos
coronas en las manos: una blanca y otra roja. Me miró con cariño y me
preguntó si quería esas dos coronas: la blanca de la pureza y la roja
del martirio. Contesté que las aceptaba... Entonces la Virgen me miró
con dulzura y desapareció".
Amar es servir
Amar es decidirse a servir, porque servir es la exigencia imperiosa de
la dinámica del amor; por eso es fácil descubrir sin temor a
engañarnos, si amamos de veras o si somos falsos en nuestras protestas
de amor.
Cuando uno se cansa de servir es porque se ha cansado de amar; cuando
uno deja de amar es porque previamente ha dejado de servir. Para
aumentar el amor hay que mantener una actitud de servicio, pero
teniendo presente que si hay que amar a todos, —que es el primer
precepto de la Ley—, también hay que estar en disposición de servir a
todos, sin excepción, porque a todos debemos amar.
El amor nunca puede fallar, y si nos parece que falla, debemos
examinar detenidamente y con sinceridad si primero no hemos fallado en
el servicio.
Cristo está conmigo
Cristo está conmigo, junto a mí va el Señor;
me acompaña siempre en mi vida hasta el fin.
Ya no temo, Señor, la tristeza, ya no temo, Señor, la soledad;
orque eres, Señor, mi alegría, tengo siempre tu amistad.
Ya no temo, Señor, a la noche, ya no temo, Señor, la oscuridad;
porque brilla tu luz en las sombras, ya no hay noche, tú eres luz.
Ya no temo, Señor, los fracasos, ya no temo, Señor, la ingratitud;
porque el triunfo, Señor, en la vida tú lo tienes, tú lo das.
Ya no temo, Señor, los abismos, ya no temo, Señor, la inmensidad;
porque eres, Señor, el camino y la vida, la verdad. Amén.
¿Trajo el envase?
Un borracho va al almacén; y dice al que atiende:
- Tio, ¿tiene vino de cinco libros?
- Sí, sí tengo, ¿trajo el envase?
- Sí, con él estái hablando.
Pensamientos
- La mayor obstáculo de la vida es la espera del mañana y la pérdida
del día de hoy. Séneca.
- La vida consiste no en tener buenas cartas, sino en jugar bien las
que uno tiene. Josh Billings.
- Todo hombre paga su grandeza con muchas pequeñeces, su victoria con
muchas derrotas, su riqueza con múltiples quiebras. Giovanni Papini.
- Vivimos en una época peligrosa. El ser humano ha aprendido a dominar
la naturaleza mucho antes de haber aprendido a dominarse a sí mismo.
Albert Schweitzer.
- Se teme demasiado perder los bienes de este mundo, y demasiado poco
el peligro de pecar y perder para siempre los bienes eternos. San
Francisco de Sales.
- Aquel que quiere viajar feliz, debe viajar con reducido bagaje.
Antoine de Saint-Exupery..
- La vida es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la
continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir. Milan Kundera.
- Basta con olvidarnos de nosotros mismos, para pensar mucho en los
demás. Estaunié
- Lo ideal no es una vida confortable; nuestra entrega a los demás es
lo único por lo que vale la
pena vivir. Pasteur.
