domingo, 23 de junio de 2013

Semanario  Nº 317º
El pasado
San Antonio abad vivía en el desierto, cuando se aproximó un joven.
— Padre, vendí todo lo que tenía y di el dinero a los pobres. Solo
guardé unas pocas cosas para que me ayuden a sobrevivir aquí. Me
gustaría que me enseñara el camino de la salvación. San Antonio pidió
al muchacho que vendiese también las pocas cosas que había guardado y
con el dinero obtenido comprase carne en la ciudad. Al regreso, debía
traer la carne atada a su cuerpo. El muchacho obedeció. Al regresar,
fue atacado por perros y halcones, que querían un pedazo de carne.
— Ya estoy de vuelta – dijo el chico, mostrando el cuerpo arañado,
mordido y las ropas en jirones – ¿Por qué me mandó hacer esto?
— Para mostrarte que lo que trajiste de tu pasado no sirve en tu
presente. Cuando tengas que escoger un nuevo camino, no traigas
experiencias viejas. Aquellos que dan un paso nuevo pero quieren
mantener un poco de su antigua vida terminan desgarrados por los
propios recuerdos.

La vida es...

La vida es una oportunidad: aprovéchala. La vida es belleza: admírala.
 La vida es beatitud: saboréala. La vida es un sueño: hazlo realidad.
La vida es un reto: afróntalo.
La vida es un deber: cúmplelo. La vida es un juego: juégalo. La vida
es preciosa: cuídala. La vida es riqueza: consérvala. La vida es amor:
gózala. La vida es un misterio: desvélalo.
La vida es una promesa: cúmplela. La vida es tristeza: supérala. La
vida es un himno: acéptalo. La vida es una tragedia: domínala. La vida
es una aventura: vívela. La vida es felicidad: merécela. La vida es la
vida: defiéndela.  Madre Teresa de Calcuta

Libertad interior

Señor amado, quisiera entregarte todo para vivir con plena libertad
interior, sin apegarme a nada. Pero muchas veces me hago esclavo de
tantas cosas y no quiero renunciar a nada. Toca mi corazón, Dios mío,
y regálale un santo desprendimiento, para que no pierda la paz cuando
algo se termina. Te doy gracias, Señor, por todas las cosas bellas que
he vivido, porque tú me las has regalado. Y acepto que muchas cosas ya
se han terminado. Cuando algo se acaba, tú, Señor, me regalas algo
nuevo, me abres una puerta nueva, me ofreces una renovación. Dame la
gracia de descubrirlo. Quiero caminar más liviano, sin tantos pesos
sobre los hombros, sin estar atado a tantas cosas y personas. Dame esa
santa paz de la libertad interior. Amén. Víctor Fernández.

Vuelo automatizado

Un Jet volaba de Chicago a Los Ángeles. Cuando el gigantesco avión se
niveló a 40. 000 pies de altura los pasajeros oyeron que el altavoz
decía:
“Esta es una grabación. Ustedes gozan del privilegio de ser los
primeros que vuelan en un jet completamente automatizado. Este avión
despegó electrónicamente y ahora vuela a 40.000 pies de altura
electrónicamente y aterrizará en Los Ángeles electrónicamente. Este
avión no lleva piloto, ni copiloto, ni ingeniero de vuelo, pero no se
preocupen, nada puede fallar… fallar… fallar… fallar…fallar….”

Pensamientos

- Tenemos tanta vanidad que la estima de las cinco o seis personas que
nos rodean, nos llena de satisfacción y contento. Pascal.
- El que enseñase a los hombres a morir, les enseñaría a vivir. Montaigne.
- A donde tienda mis brazos me encontraré nadando en el esplendor de
Dios. Paul Claudel.
- Cada mañana, al despertar, comienza una nueva vida, fresca, dinámica
y llena de optimismo. Si el camino se vuelve difícil, sigue adelante
con el Señor, como los discípulos en el camino Emaús, y llegarás a la
meta. Nguyen Van Thuan.
- No estropeemos la flor abriéndola con los dedos. La flor se abrirá y
el fruto madurará en la estación y en la hora que sólo Dios sabe. A
nosotros nos toca sembrar, regar y esperar. George Chevrot
- El mejor fuego no es el que se enciende rápidamente. George Eliot.
- Si no tuviese defectos no me sería tan fácil ni tan agradable notar
los errores de los demás. La Rochefoucauld.

domingo, 16 de junio de 2013

Semanario  Nº 316º
El pozo del desierto
Es una leyenda antigua contada por los monjes del desierto. En los
confines de Tebaida, dice la leyenda, había un pozo que apagaba la sed
de todos los peregrinos que pasaban por allí. Lo más curioso de ese
pozo era que el que bebía de su agua no volvía a tener sed. El
problema era que nadie sabía exactamente dónde estaba el pozo.
No obstante, un día, un investigador de los archivos monásticos
encontró, entre muchas cosas, un mapa antiguo que hablaba de ese pozo
y lo localizaba. Sin contárselo a nadie, el investigador escondió el
mapa para que nadie más supiera de su existencia y se puso a caminar,
desierto adentro, a la búsqueda del pozo. Pero pasaron los días… y el
hombre nunca más volvió. ¿Qué habría acontecido?
Algunos años más tarde, otro sabio encontró por azar el mapa
escondido, y también él lo escondió de nuevo, y se aventuró solo a la
búsqueda del deseado pozo. Pero tampoco él volvió jamás. Y una vez más
la historia del pozo que apagaba la sed de todo el mundo cayó en el
olvido.
Dice la leyenda que la historia se repitió varias veces, hasta que el
mapa fue a caer en las manos de un pobre trabajador. Sorprendido con
la novedad, en vez de esconder el mapa, habló de él a toda la gente y
del pozo escondido que apagaba la sed. La novedad era tan grande que
las personas no se lo creían. ¿Un pozo que apaga la sed? ¿Quién se lo
va a creer?
No obstante, un pequeño grupo estudió cuidadosamente el mapa y llegó a
la conclusión de que el mapa parecía auténtico. Y si el mapa era
verdadero, ¿por qué no podía ser verdadero el pozo? Se juntaron en un
grupo y decidieron ir a la búsqueda del pozo. Se prepararon para el
viaje y, un buen día, se pusieron en camino desierto adentro. El viaje
fue duro y difícil, pues el sol del desierto no perdonaba. Pero como
iban en grupo, se ayudaban los unos a los otros compartiendo la poca
agua que llevaban.
Después de largos días de viaje, cuando el desierto parecía no tener
fin, avistaron el pozo. Era verdad: el pozo no era un espejismo. Pero,
ante el asombro de todos, vieron junto al pozo centenares de
esqueletos humanos. Se acercaron, miraron dentro del pozo y vieron que
no se habían equivocado: abajo el agua brillaba. El problema era que
no tenían con que sacar el agua. Por eso, todos los que antes habían
buscado el pozo solos habían muerto de sed. Entonces el grupo se sentó
a reflexionar sobre cómo sacar el agua del pozo. No tenían ni cuerda
ni cubo y el pozo era profundo. Entonces, con las ropas que tenían
hicieron una cuerda larga, ataron en la punta un botijo y lo llevaron
al fondo del pozo. Y todos pudieron beber del agua del pozo. La verdad
era que, después de beber, nunca más tuvieron sed.
Cuando nosotros damos las manos, unimos las fuerzas y creamos
comunidad, no hay fuente que no podamos alcanzar ni sed que no se
pueda apagar.

Dame vuelta, Señor

Soñé que veía ante mí el mundo entero, y todo en él era pecado,
corrupción y perversión. Buscaba a Dios entre aquel caos,
entrecerrando los ojos para distinguirlo en la lejanía, pero era
incapaz de hallarlo. ¿Dónde estaba aquel Dios tan bueno? Me parecía
que una distancia inmensa me separaba de él, y lloraba amargamente por
la soledad y vacío al que ese Dios me condenaba.
Y, de pronto, algo me removió;  una inmensa fuerza más poderosa que
yo, me hizo girar en redondo. Y entonces vi que Dios estaba ahí, y que
jamás se había separado de mi lado. Si no lo veía, era porque miraba
en dirección contraria, dándole la espalda, pero eso no le había hecho
apartarse de mí, sino que siempre me había acompañado. Él se me
acercó, me abrazó y se me quedó mirando, con inmenso cariño. Y supe
que esa mirada no se apartaría ya de mí, y que esos ojos nunca
buscarían sino los míos. Sólo yo podría apartar la mirada de ellos.
Desperté envuelto en una inmensa paz. Y desde entonces, oro diciendo:
“Señor, dame vuelta. Quiero girarme y dejar de contemplar el pecado y
el mal, que sólo en apariencia son prueba de que no existes. Quiero
darle la espalda al demonio y a sus siervos, y contemplarte sólo a ti,
oh hermosísimo Jesús, el más hermoso de los hijos de Adán”.

Señor y salvador del hogar

Dios mío, te abro las puertas de mi hogar. Entra, para que estemos
juntos. Protege mi hogar de todo mal con tu presencia poderosa y
llénalo de armonía con tu divina luz. Señor, te pido que liberes mi
hogar de todo rencor, de toda agresividad, de todo espíritu de
envidia, de tristeza o negatividad. Derrama alegría, paciencia,
respeto, cariño. Te proclamo Señor y salvador de mi hogar y de todos
mis seres queridos y que tu paz reine en todos los que entren en mi
casa. Amén. Víctor Fernández.

Única respuesta

— ¿Va todo bien en la escuela? —pregunta el padre al hijo.
—Sí, papá. Hoy fui el único que respondí al profesor.
—Muy bien. ¿Y qué te preguntó?
—Quería saber quien rompió el vidrio de la ventana...
En una boletería
—Hace diez minutos que estoy delante de esta ventanilla —dice un señor
enojado al empleado.
—Y yo hace treinta años que estoy detrás de ella.

Pensamientos

- Los que nunca se retractan, es porque se aman a sí mismos más que a
la verdad. Joubert.
- No tengas miedo a la muerte, porque sólo es un paso por un
desfiladero angosto, oscuro, pero que se abre sobre la llanura de la
luz y de la paz. René Bazin.
- Aún sin saberlo, lo bello es bueno: las rosas han hecho más personas
honradas que las leyes. Augusto Vacquerie.
- El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe
adónde va. Saint Exupery.
- El que dice que está en la luz y no ama a su hermano, está todavía
en las tinieblas. El que ama a su hermano permanece en la luz y nada
lo hace tropezar. Pero el que no ama a su hermano, está en las
tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las
tinieblas lo han enceguecido. 1Juan 2, 9-11
- Me quejé de no tener zapatos hasta que vi a un hombre que no tenía
pies. Refrán chino.

domingo, 9 de junio de 2013

Semanario  Nº 315º
El camello
Había una vez un árabe que viajaba de noche. Sus esclavos, a la hora
del descanso, se encontraron que no tenían más que 19 estacas para
atar a sus 20 camellos. Cuando consultaron al amo, éste les dijo:
“Simulen que clavan una estaca. Cuando llegan al camello número 20
creerá que está atado."
Así lo hicieron y, efectivamente, a la mañana siguiente todos los
camellos estaban en su sitio, y el número 20, al lado de lo que se
imaginaba, sin moverse de allí. Al desatarlos para marcharse, todos se
pusieron en movimiento menos el número 20 que seguía quieto sin
moverse. Entonces el amo dijo: "Hagan el gesto de desatar la estaca de
la cuerda, pues el tonto aún se cree atado". Así lo hicieron, y el
camello entonces se paró y se puso a caminar con los demás.
¿Cuáles son las falsas ataduras que te impiden ser tú mismo? ¿Habrá
otros que te amarran a tu inautenticidad por la cual no aspiras ser tú
mismo? Y, ¿por qué no tratar de aprovechar al máximo tus inmensas
potencialidades aspirando ser tú mismo? ¡Decídete a cambiar y a
progresar para que no se aplique el cuento del camello a tí mismo!

Cuida tus pensamientos

Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras.
Cuida tus palabras porque se volverán actos.
Cuida tus actos porque se harán costumbres.
Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter.
Cuida tu carácter porque formará tu destino.
Y tu destino será tu vida. Mahatma Gandhi

Nuestras vidas son la obra de nuestros pensamientos.
Sí, si tenemos pensamientos felices, seremos felices.
Si tenemos pensamientos desdichados, seremos desdichados.
Si tenemos pensamientos temerosos, tendremos miedo.
Si pensamos en el fracaso, seguramente fracasaremos.
Según un hombre piensa en su corazón, así es él.

Ser instrumento de tu amor

Te doy gracias, Señor, porque me diste capacidades y creatividad para
hacer cosas. Te doy gracias porque puedo hacer algo por este mundo.
Siempre puedo aportar algo con mis pequeños esfuerzos de cada día y
con mi sencilla oración. Porque me has llamado a ser un instrumento de
tu luz, de tu fuerza y de tu amor. Te ofrezco todos mis trabajos y mis
tareas, Señor. Quiero que sean para tu gloria. Que todo lo bueno que
pueda hacer sea para adorarte a ti, mi Señor amado, ya que todo lo he
recibido de tu amor inmenso. Enséñame a convertir cada tarea en un
acto de amor y de adoración, para que pueda vivirla con profundidad y
gozo. Amén.
Víctor Fernández.

Varias grageas

El médico repetía sus instrucciones:
—Las grageas amarillas son para el estómago; las rojas para el hígado
y las blancas para el corazón. ¿Lo entiende usted bien?
—Sí, perfectamente, doctor. Sólo espero que ellas sepan también a
dónde tienen que ir.
Truco fotográfico
—Quisiera sacarme una foto, pero tengo la boca muy grande —dice  una
clienta a un fotógrafo.
—No importa —contesta éste—. Cuando yo diga «ya», usted dice «confitura».
—Sí señor.
— ¡Ya!
—Mermelada...

Pensamientos

- Cuando bebas agua, recuerda la fuente.  Proverbio chino.
- De bien nacidos es ser agradecidos.  Refrán español.
- Nada es tan vulgar como creerse superior. Lanza del Vasto.
- Hay un único medio de no fracasar en la vida: sumergirse
íntegramente en el momento presente, respondiendo al Amor infinito que
invita desde el hueco de cada uno de esos momentos. Michel Quoist.
- La muerte tan sólo tiene importancia en la medida en que nos hace
reflexionar sobre el valor de la vida. Antonio Machado.
- El evangelio y la naturaleza: dos libros para mi alma. José Alzin.
- Mantente fiel a tus ideales espirituales, aunque seas objeto de
burla de parte de aquellos que han abandonado sus ideales por
doblegarse a la aceptación social. Epitecto
- Odiar es un despilfarro del corazón, y el corazón es nuestro mayor
tesoro. Noel Clarasó.

domingo, 2 de junio de 2013

Semanario  Nº 314º
Comenzar de nuevo
Las grandes industrias Edison, de West Orange, en Nueva Jersey,
quedaron casi destruidas en un incendio en 1914. En una sola noche
Tomás Edison había perdido dos millones de dólares (de entonces) en
equipos y las llamas habían consumido gran parte de los documentos
referen-tes a la obra de toda su vida.
Su hijo Carlos corría angustiado buscando al padre. Al fin lo encontró
junto al lugar del desastre, el rostro iluminado por el resplandor
rojizo de las llamas, con su cabellera blanca flotando al viento
invernal. “Me partía el corazón verlo —contaba después Carlos—. Ya no
era joven, y todo aquello iba a quedar reducido a cenizas. Al verme me
gritó: ¿Dónde está tu madre? Corre a buscarla y tráela aquí. Jamás
volverá a ver un espectáculo semejante.
Al día siguiente, caminando entre los ennegrecidos escombros de tantas
de sus ilusiones y esperanzas, Edison, que contaba entonces 67 años de
edad, observó: “Los desastres tienen un gran valor: se queman todos
nuestros errores. Gracias a Dios podemos comenzar de nuevo”.

¡Cuánto te ama Dios!

Si Dios tuviera una heladera, tu fotografía estaría pegada a su puerta.
Si él tuviera una billetera, llevaría en ella tu foto.
Él te envía flores cada primavera. Él te regala un amanecer soleado
cada mañana.
Las veces que deseas hablar, él te escucha.
Él puede vivir en cualquier parte del universo, pero eligió... tu corazón.
Reconócelo como amigo. ¡Él está loco por ti!
Dios no prometió días sin dolor, risas sin penas, sol sin lluvias;
pero prometió fortaleza para el día, consuelo para las lágrimas, y luz
para el camino.
Tanto te ama que murió por ti. Ahora mismo,  abre tu corazón y déjate
amar por Dios.

Purificación de los recuerdos

Pasa, Señor, por mi memoria, porque tú la creaste para que recordara
tu amor y tus regalos. Despierta los buenos recuerdos, que me motivan
a seguir adelante. Quema con tu fuego toda vergüenza y toda angustia
que venga de los malos recuerdos. Purifica esos recuerdos, para que ya
no me lastimen ni me inquieten. Señor, tú que eres puro amor, tú que
perdonabas a los que te crucificaban, quita de mi interior todo el
veneno de los recuerdos que me llenan de rencor y de tristeza. Derrama
en mi interior el deseo de perdonar y la gracia del perdón. Con tu
amor me perdono a mí mismo por mis errores pasados. Quiero mirarme a
mí mismo con tu compasión y misericordia. Reina, Señor, en este mundo
de mis recuerdos, y pacifícalos con tu presencia luminosa. Amén.
Víctor Fernández.

Una frenada especial

Un conductor viaja por una calle resbaladiza debido a la abundante
lluvia. De pronto al pasar un semáforo éste se pone rojo y el
conductor frena, pero el coche patina en dirección contraria
desviándose y yendo a parar delante de un agente de tráfico… Para
despistar, le pregunta:
—¡Por favor! ¿Cómo se va al hospital?
—Siga conduciendo como hasta ahora —le contesta el policía— y llegará rápido…

Pensamientos

- Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una
vida bien realizada genera una dulce muerte. Leonardo Da Vinci.
- Hay más sabiduría en la naturaleza que en los libros. San Bernardo.
- Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el
viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada,
se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía. Saint Exupery.
- Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro
de nosotros. Hermann Hesse.
- En vez de lamentarte de que las rosas tengan espinas, alégrate de
que las espinas estén coronadas de rosas. Proverbio.
- La costumbre de lamentarse es una epidemia contagiosa cuyos síntomas
son el pesimismo, la pérdida de la paz, la duda y la disminución de
ese entusiasmo, que proviene de estar unido a Dios. Nguyen Van Thuan.
Gracias por tu visita!!!