domingo, 30 de diciembre de 2012

Semanario  Nº 292


El sabio y su hijito

Cierto día, un niño de cinco años entró en la oficina donde su papá
estaba entregado al estudio. El científico, un poco fastidiado, pidió
a su hijito que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible
sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera ocuparlo. De repente
encontró una revista, donde había un mapamundi; justo lo que
precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y se lo
entregó, diciéndole: "como te gustan los rompecabezas, aquí tienes un
mapa para que lo armes sin ayuda de nadie".
Calculó que al pequeño le llevaría diez días componer el mapa. Pasadas
algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba: "Papá, papá, ya
hice todo, conseguí terminarlo”. Al principio el padre no creyó al
niño: imposible que a su edad hubiera conseguido recomponer un mapa
que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la
vista de sus anotaciones y, con gran sorpresa vio que el mapa estaba
completo.
Todos los pedazos estaban colocados en su debido lugar. – Pero hijito,
tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste? - Papá, yo no sabía
cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para
recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así
que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre. Cuando
conseguí armar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había puesto en
orden al mundo.

La taza de té

Debemos estar completamente atentos al presente para disfrutar de una
taza de té. Sólo siendo conscientes del presente, nuestras manos
sentirán el calor de la taza. Sólo en el presente, aspiraremos el
aroma del té, saborearemos su dulzura y llegaremos a apreciar su
exquisitez. Si estamos obsesionados por el pasado o preocupados por el
futuro, dejaremos escapar la oportunidad de disfrutar de una buena
taza de té. Cuando miremos el interior de la taza, su contenido ya
habrá desaparecido. Con la vida, ocurre lo mismo.
Si no vivimos plenamente el presente, en un abrir y cerrar de ojos, la
vida se nos habrá escapado. Habremos perdido sus sensaciones, su
aroma, su exquisitez y su belleza, y sentiremos que ha transcurrido a
toda velocidad. El pasado ya ha pasado. Aprendamos de él y dejémoslo
atrás. El futuro ni siquiera ha llegado. Hagamos planes para el
futuro, pero no perdamos el tiempo preocupándonos por él. Preocuparse
no sirve para nada. Cuando dejemos de pensar en lo que ya ha ocurrido,
cuando dejemos de preocuparnos por lo que todavía no ha pasado,
estaremos en el presente. Sólo entonces, empezaremos a experimentar la
alegría de vivir.

Oración de las cosas

Señor, ayúdame a encontrarte más cada día por el sendero de las cosas.
Dame ese sentido delicado que permite amar sabiamente a todas tus
criaturas, comprenderlas y aceptar sus dulces y fuertes lecciones.
Puesto que tú, Verbo de Dios, quisiste hacerte hombre, para parecerme
a ti no tendré que ser menos hombre, sino más y más divinamente
hombre. Con la santa sencillez cristiana, querría pasear mi oración
contigo, Señor, por todas las cosas de este mundo que es tuyo. Y en
ellas te encontraré; porque no es demasiado difícil saber dónde estás;
lo imposible es saber dónde no estás.
Me acostumbraré a mirar con admiración, interés y agradecimiento el
bosque y los trigos ondulados. Escucharé el murmullo del arroyo y el
canto del zorzal. Sentiré la frescura de la tierra recién arada y el
perfume de los campos. Tocaré delicadamente la rosa que se abre y el
fruto que madura. Aguzaré mis sentidos por la experiencia y la
observación, para llegar también por ellos hasta ti, Creador del
universo.

Futbolista cabezón

En la cancha desde la tribuna estaban cargando a un futbolista que era cabezón.
—¡Cabeza de zapallo!
—Tenés la cabeza como un globo terráqueo.
De pronto un señor le grita al cabezón:
—¡No le hagás caso! Vos tenés la cabeza común…
—¡Gracias, hermano! —exclamó el futbolista.
—…común camión!!!  Aplausos y carcajadas en la tribuna.

Entre vecinas
Estaban dos vecinas en la vereda y una le dice a la otra:
—Ay vecina, me da mucha pena que mi gallina haya destrozado tu jardín.
—No te preocupes, dice la otra, porque mi perro acaba de comerse tu gallina.
—Menos mal, dice la primera, porque mi coche acaba de matar a tu perro.

Pensamientos

- Hoy todos se encierran en su egoísmo, lo mismo que el cangrejo en su
caparazón, intentando como él devorar a su vecino. Alexis Carrel.
- Todo lo que te guardes para ti mismo, acabará atrofiándose.
Rabindranath Tagore.
- Si nos preocupamos demasiado por nosotros mismos, no nos queda
tiempo para los demás. Si no se vive para los demás, la vida carece de
sentido. Beata Teresa de Calcuta.
- Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro. Platón.
- Tú ganas lo que das; lo que conservas, lo pierdes. Refrán chino.
- Cuando dejamos a un lado nuestra dicha y nos concentramos en hacer
dichosos a los demás, mágicamente nos envuelve también a nosotros la
felicidad. Jacinto Benavente.
- Si dices: cada uno a lo suyo, (mi familia, mis estudios, mi
porvenir, mi bienestar, etc.), no me ocupo de los demás, y perseveras
en esa actitud, no te realizarás jamás, y quedarás gravemente
menoscabado y atrofiado. Michel Quoist.
- Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra
preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos. Albert
Einstein.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Semanario  Nº 291

La raíz del laurel
Cerca de un arroyo de aguas frescas, había un pequeño bosque. Los
árboles eran muy variados. Todos gastaban las energías en ser más
altos y grandes, con muchas flores y perfumes, pero quedaban débiles y
tenían poca fuerza para echar raíz.
En cambio un laurel dijo: —Yo, mejor voy a invertir mi savia en tener
una buena raíz; así creceré y podré dar mis hojas a todos los que me
necesiten.

Los otros árboles estaban muy orgullosos de ser bellos; ¡en ningún
lado había tantos colores y perfumes! Y no dejaban de admirarse y de
hablar de los encantos de unos y otros, y así, todo el tiempo,
mirándose y riéndose de los demás. El laurel sufría a cada instante
esas burlas.
Se reían de él, presumiendo de sus flores, perfumes y abundante
ramaje. —¡Laurel!, — le decían— "¿para qué quieres tanta raíz? Mira, a
nosotros todos nos alaban porque tenemos poca raíz y mucha belleza.
¡Deja de pensar en los demás! ¡Preocúpate sólo de ti!”.

Pero el laurel estaba convencido de lo contrario; deseaba amar a los
demás y por eso tenía raíces fuertes. Un buen día, vino una gran
tormenta, y sacudió, sopló y resopló sobre el bosque. Los árboles más
grandes, que tenían un ramaje inmenso, se vieron tan fuertemente
golpeados que por más que gritaban no pudieron evitar que el viento
los tumbara. En cambio el pequeño laurel, como tenía pocas ramas y
mucha raíz, apenas sí perdió unas cuantas hojas.

Lo que nos mantiene firmes en los momentos difíciles no son las
apariencias, sino lo que está oculto en las raíces, dentro de tu
corazón... allí en tu alma.

Fácil y difícil

Fácil es dictar reglas. Difícil es seguirlas...
Fácil es soñar todas las noches. Difícil es luchar por un sueño.
Fácil es tropezar con una piedra. Difícil es levantarte...
Fácil es prometerle a alguien algo. Difícil es cumplirle esa promesa...
Fácil es decir que amamos. Difícil es demostrarlo todos los días...
Fácil es criticar a los demás. Difícil es mejorar uno mismo...
Fácil es cometer errores. Difícil es aprender de ellos...
Fácil es orar todas las noches. Difícil es encontrar a Dios en las
cosas pequeñas...

Cántico de las criaturas

Loado seas, mi Señor, por todas tus criaturas, en especial por nuestro
hermano sol, que nos da el día. Por él nos iluminas, y es bello y
radiante con gran esplendor. De ti, Altísimo, nos trae la imagen.
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana luna y por las estrellas.
Las has formado en el cielo claras, preciosas y bellas. Loados seas,
mi Señor, por nuestro hermano el viento y por el aire y nubes y calma
y todo tiempo…
Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana agua, que es muy útil y
humilde y preciosa y pura. Loado seas, mi Señor, por el hermano fuego.
Con él alumbras la noche, y es alegre y robusto y fuerte y bello… San
Francisco de Asís.

Se escapó el león

En un zoológico se escapó un león y, te imaginas, los visitantes
llenos de pánico, corrían enloquecidos para todos lados. Entre la
gente había un paralítico en su silla de ruedas. Todos gritaban:
 —¡Uy, uy! ¡El paralítico! ¡El paralítico!
Entonces el lisiado exclamó haciéndose oír por todos:
 —¡Por favor, déjenlo elegir a él!

Pensamientos

- Cada paso que da el zorro lo acerca más a la peletería. Proverbio chino
- La escalera ha de barrerse empezando por arriba. Proverbio rumano.
- Una vez terminado el juego el rey y el peón vuelven a la misma caja.
Refrán italiano.
- Urbanidad y buenos modales abren puertas principales. Refrán español.
- Dios, si te cierra una puerta, te abre un portón. Refrán italiano.
- Dime con quién andas y te diré quién eres. Proverbio español.
- Del escuchar procede la sabiduría, y del hablar el arrepentimiento.
Refrán italiano.
- Un libro es como un jardín que se lleva en el bolsillo. Proverbio árabe.
- Las palabras mueven, los ejemplos arrastran. Proverbio latino.
- Antes de iniciar la reforma del mundo, da tres vueltas por tu propia
casa.  Proverbio chino.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Semanario  Nº 290

Hay dos mares
En Palestina hay dos mares. El uno es dulce y abunda en peces. Prados,
bosques y huertos adornan sus orillas. Los árboles extienden sobre él
sus ramas y alargan las raíces sedientas para beber de sus aguas
saludables. En sus playas juegan nuestros niños como jugaban cuando
Jesús solía venir aquí. Él amaba este mar. Contemplando la plateada
superficie predicó muchas veces sus parábolas. Y en un valle cercano
dio de comer a cinco mil personas con cinco panes y unos pocos peces.
Las cristalinas aguas espumantes de un brazo del Jordán que descienden
saltando de los cerros, forman este mar que ríe y canta bajo la
caricia del sol. Y los hombres edifican sus casas cerca de él, y los
pájaros sus nidos. Y todo cuanto vive es dichoso con sólo estar en sus
orillas. El Jordán desemboca al sur en otro mar. Allí no hay chapoteo
de peces, ni susurro de hojas, ni cantos de pájaros, ni risas de
niños.

Los viajeros huyen de esa ruta a menos que la urgencia de sus negocios
les obligue a seguirla. Una atmósfera densa pesa sobre este mar cuyas
aguas ni el hombre, ni la bestia, ni el ave beben nunca. ¿A qué se
debe tan enorme diferencia entre estos dos mares vecinos? No se debe
al Jordán. Tan buena es el agua que vierte en el uno como la que
vierte en el otro. Ni al suelo que les sirve de lecho, ni a las
tierras que los circundan. La diferencia se debe a esto: el mar de
Galilea recibe las aguas del Jordán pero no las retiene. Por cada gota
que entra, una gota sale. El dar y recibir se cumplen allí en idéntica
medida. El otro mar es avaro y atesora celosamente lo que recibe.
Nunca es tentado por un generoso impulso a salir de sí mismo. Cada
gota que allí cae, allí se queda. El mar de Galilea da y vive. El otro
no da nada. Se le llama el “Mar Muerto”. Hay dos clases de gente en el
mundo como hay dos mares en Palestina. Bruce Barton.

Hazlo con lo que tienes

Comienza con lo que tienes, no con lo que te hace falta. Tú ya tienes
todo lo que necesitas para comenzar a crear tu futuro. Sin embargo, a
veces te encuentras diciendo: si tan sólo tuviera esto, si al menos
esto fuera distinto, si tuviera más dinero... No exageres la
importancia de las cosas que no tienes. Empieza con lo que tienes.
No permitas que aquello que no puedes hacer, te impida hacer lo que sí
puedes. La pasividad prolongada paraliza la iniciativa. Para la mente
que vacila, todo parece imposible. No esperes que existan
circunstancias extraordinarias para hacer el bien, hazlo en las
situaciones comunes. No necesitas más energía, habilidad ni mayores
oportunidades.
Lo que debes hacer es sacarle provecho a lo que ya tienes. Dedícate de
lleno a terminar la tarea que tienes en tus manos, sabiendo que el
correcto desenvolvimiento actual es la mejor preparación para tus años
venideros. Simplemente hazlo con lo que tienes.

Oración por los jóvenes

Señor, ayuda a los jóvenes.
Ellos poseen los tesoros del porvenir.
Son los maestros del entusiasmo y la esperanza.
Tienen sed de vivir un mundo
sin superhombres, y sin subhombres.
Tú sabes, Padre, que se trata de la juventud auténtica.
Ningún facilismo venga a corromper a nuestros jóvenes.
Que ninguna dificultad los desanime.
Que salgan victoriosos de las más terribles pruebas:
el peligro de instalarse, de perder el fuego,
de ser jóvenes por fuera, y viejos por dentro.

Se le cayó un diente

Un hombre rico pero muy avaro estaba llorando. Un amigo lo vio y se
acercó preocupado por su lamentable situación:
—Pero Samuel, ¿qué te pasa?
—Es que a mi peine se le ha roto un diente, y ahora tengo que
comprarme uno nuevo.
—Pero hombre, no es para tanto, total, puedes seguir peinándote con
ese peine aunque le falte un diente.
—No, no lo entiendes, es que era el último diente que le quedaba...

Pensamientos

- Casi nunca lo más necesario es lo más brillante. El trabajo de una
madre de familia o de un ama de casa no luce ni sale en los
periódicos. Pero es el más necesario para que el mundo siga adelante.
La nafta no luce en el coche, no se ve, pero lo hace andar. San Pío
Décimo.
- Nunca podemos saber qué dique derribamos cuando cedemos a las
tentaciones. J. Green.
- Si te gusta vivir, no malgastes los instantes de los que está
compuesta tu vida. B. Franklin.
- La desgracia descubre al alma luces que la prosperidad no llega a
percibir. Blas Pascal.
- Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer a todos los
que le siguen. Lincoln.
- Si puedes ser una estrella en el cielo, sé una estrella en el cielo.
Si no puedes ser una estrella en el cielo, sé una hoguera en la
montaña. Si no puedes ser una hoguera en la montaña, sé una lámpara en
tu casa. L. Eliot.
- Cuando a uno le gusta lo que hace, no se fatiga y si se fatiga, su
propio cansancio le sirve de alegría. San Agustín.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Semanario  Nº 289

El tesoro oculto
Cerca del río Indo había un persa llamado Alí Hafed. Era dueño de una
enorme hacienda en la que vivía cómodamente con su familia. Sin
embargo, el hombre, aunque rico, sentía que su existencia carecía de
sentido y tenía el legítimo deseo de superarse aún más... Un día
cierto viajero le mostró un diamante y le dijo cuánto valía. El hombre
rico obsesionado con la idea de volverse multimillonario vendió la
granja, dejó a su esposa e hijos con un familiar y salió en pos de su
anhelo. Alí se gastó cuanto dinero tenía buscando diamantes en todas
las playas y ríos de arenas claras, hasta entonces conocidos. Ya en la
miseria volvió anónimamente a su ciudad después de varios años, pero
su familia se había mudado. Como un vagabundo fracasado, desalentado y
perdido, se adentró en el mar y se suicidó...
Lo verdaderamente trágico de la historia es esto: El hombre que compró
la granja de Alí Hafed, una mañana que estaba dando de beber a sus
camellos en el arroyo que pasaba por su terreno, vio una piedra negra
que emitía un destello de luz. La limpió y descubrió un cristal
precioso. Escarbó en las aguas del riachuelo y casi a flor del suelo
halló gemas más hermosas y grandes aún.  De esta forma y en ese
preciso lugar, se descubrió el yacimiento de diamantes más grande del
mundo: La mina "Golconda". Las gemas más maravillosas que se han
hallado provienen de la que fue la granja despreciada de Alí Hafed.

Cuántas veces sucede esta situación en nuestras vidas. No sabemos
valorar lo que tenemos. Por el contrario, nunca estamos conformes con
lo que poseemos: nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro hogar, nuestro
trabajo, nuestra familia, nuestra capacidad, nuestras virtudes,
nuestra vida, nuestra comunidad, nuestro país, nuestro planeta.
Buscamos las cosas super-fluas, olvidando el verdadero tesoro que cada
uno tiene a su  alrededor y dentro de si mismo. Como bien lo decía
Daniel Defoe, en su novela Robinson Crusoe: "Si somos desdichados a
causa de lo que nos falta, es porque no sabemos agradecer lo que
tenemos".

Cada día de tu vida
Intercambia una palabra amable con un amigo. Regala una sonrisa.
Revela un secreto. Escucha lo que alguien trata de decir. Escucha de
corazón lo que alguien no puede expresar. Intenta algo nuevo. Perdona
a alguien que te haya herido. Perdónate tus errores pasados. Date
cuenta de tus imperfecciones. Descubre tus posibilidades. Haz un nuevo
amigo. Acepta la responsabilidad de todo lo que haces. Rechaza la
responsabilidad de las acciones de los demás. Sueña un sueño.
Contempla la puesta de sol. Valora lo que tienes. Valora lo que eres.
Ama tu vida. Es un regalo que Dios te ha hecho.

Gracias, Pan del Cielo
Gracias, Jesús, Pan del Cielo, que ofreces al que te come todo deleite
y virtualidad.
Si necesito sabiduría, tú eres el mismo Verbo eterno, sabiduría de Dios.
Si necesito amor, tú me diste la prueba más grande de amor.
Si necesito fortaleza, tú padeciste terribles sufrimientos sin quejarte.
Si necesito paciencia, tú dijiste: “Aprendan de mí que soy manso y paciente”.
Si necesito paz, tú eres nuestra paz y reconciliación.
Si necesito alegría, tú vives la alegría y el gozo del Espíritu.
Si necesito el don de la oración, tú pasabas noches enteras en oración
con el Padre.
Si necesito confianza, tú te abandonaste enteramente a la voluntad del Padre.
Si necesito humildad, tú tienes un corazón manso y humilde.
Si necesito perseverancia, tú antes de expirar dijiste en la cruz:
“Todo está cumplido”.

Su padre era sastre
El dramaturgo irlandés Bernardo Shaw tenía muchos enemigos en la alta
sociedad inglesa. En una reunión que se realizaba en la corte, uno de
ellos se le acercó y le preguntó con cierta sorna:
—¿No era sastre su padre? El escritor hizo un ademán afirmativo y dijo:
—Es cierto.
—¿Y por qué no se ha hecho sastre usted también? Shaw sonrió, y a
continuación planteó a su interlocutor esta pregunta:
—¿No era su padre un caballero?
—Sí, lo era en efecto, —replicó el otro.
—Entonces, ¿por qué no lo es usted también?

Pensamientos
- Los auténticos guías de la humanidad no son los que la dominan por
la fuerza, sino los que con dedicación se entregan a su servicio.
Pasteur.
- El que no pide nunca consejo al silencio y a lo invisible, jamás
producirá nada real en el campo de lo visible y de lo expresado. Tomás
Carlyle.
- No hables demasiado, ni te entregues a distracciones. Ama la pureza
de conciencia. Entrégate a la oración. Ama la soledad, si quieres
llegar un día a la morada de la sabiduría. Santo Tomás de Aquino.
- Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de
los años. Abrahán Lincoln.
- Las tres cosas más difíciles de esta vida son: guardar un secreto,
perdonar un agravio y aprovechar el tiempo. Benjamín Franklin.
- Haz todo el bien que puedas; por todos los medios que puedas; de
todas las maneras que puedas; en todos los lugares que puedas; tantas
veces como puedas; a todas las personas que puedas; por todo el tiempo
que puedas. John Wesley.
- El trabajo nos aparta de nuestros tres males: el aburrimiento, el
vicio y la necesidad. Voltaire.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Semanario  Nº 288


Lección de la guerra
Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y
en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Daniel. Mientras se
encaminaban a recoger el equipaje, Daniel se separó del visitante en
tres ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta; luego
para cargar a dos pequeños a fin de que pudieran ver a Papá Noel, y
después para orientar a una persona. Cada vez regresaba con una
sonrisa en el rostro. "¿Dónde aprendió a comportarse así?", —le
preguntó el profesor. "En la guerra", —contestó Daniel.
Entonces le contó su experiencia en Vietnam. Allá su misión había sido
limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios
amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura. "Me
acostumbré a vivir paso a paso" —explicó. "Nunca sabía si el siguiente
iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible
del momento  que transcurría entre alzar un pie y volver a apoyarlo en
el suelo. Me parecía que cada paso era toda una vida”.
Nadie puede saber lo que habrá de suceder mañana. Qué triste sería el
mundo si lo supiéramos. Toda la emoción de vivir se perdería, nuestra
vida sería como una película que ya vimos. Ninguna sorpresa, ninguna
emoción. Pienso que lo que se requiere es ver la vida como lo que es:
una gran aventura. Al final, no importará quién ha acumulado más
riqueza ni quién ha llegado más lejos. Lo único que importará es quién
vivió en plenitud cada día.


Cada día
Cada día hagamos algo de lo que podamos sentirnos orgullosos al día
siguiente. Cada día, pensemos que es el primero, para vivirlo con
sorpresa; y el último, para aprovecharlo como nuestra última
oportunidad. Cada día, busquemos nuestra felicidad haciendo más feliz
a algún otro. Sembremos una semilla de cuyos frutos podamos vivir al
día siguiente. Renovemos nuestro corazón de tal manera que no quede
amargura alguna para el día siguiente. No guardemos nuestras sonrisas
de hoy para mañana. Sólo podremos sonreír mañana, si hemos sonreído
hoy.

Oración al Espíritu Santo
Ven, Espíritu Santo, y envía desde el cielo un rayo de tu luz.
Ven, Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz.
Consolador, lleno de bondad, dulce huésped del alma, suave alivio de
los hombres.
Tú eres descanso en el trabajo, templanza de las pasiones, alegría en
nuestro llanto.
Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles.
Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente.
Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, cura nuestras heridas.
Suaviza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad, corrige
nuestros desvíos.
Concede a tus fieles, que confían en ti, tus siete sagrados dones.
Premia nuestra virtud, salva nuestras almas, danos la eterna alegría. Amén.

Humor para la semana

El médico después de haber revisado minuciosamente a un joven alto y
robusto, de piel bronceada y poderosa voz, le dijo:
—Usted, joven, sólo tiene una depresión nerviosa, pero debe cuidarse.
¿Qué profesión tiene? El vigoroso joven con estentórea voz exclamó:
—¡Terrorista! Sin inmutarse en lo más mínimo, el médico le contestó:
—¡Muy bien! Nada de bombas, por lo menos en tres meses.

Pensamientos

- Me quejé de no tener zapatos hasta que vi a un hombre que no tenía
pies. Refrán chino.
- El optimista descubre una oportunidad en toda calamidad, mientras el
pesimista señala una calamidad en toda oportunidad. Winston Churcill.
- Orar es tratar de amistad con quien sabemos que nos ama… No es
pensar mucho, sino amar mucho. Santa Teresa de Ávila.
- La serenidad no es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la
paz en medio de ella. Tomás de Kempis.
- No existe un medio tan rápido de llegar al corazón de Dios como orar
con los salmos. Ellos son portadores de una densa carga experimental
de Dios. Ignacio Larrañaga.
- Señor, ayúdame a hacer de mi vida una cosa sencilla y recta,
parecida a una flauta de caña que se llena de música. Rabindranath
Tagore.
- Si tu mal tiene remedio ¿por qué te quejas? Si no lo tiene ¿por qué
te quejas? Proverbio oriental
Gracias por tu visita!!!