domingo, 16 de diciembre de 2012

Semanario  Nº 290

Hay dos mares
En Palestina hay dos mares. El uno es dulce y abunda en peces. Prados,
bosques y huertos adornan sus orillas. Los árboles extienden sobre él
sus ramas y alargan las raíces sedientas para beber de sus aguas
saludables. En sus playas juegan nuestros niños como jugaban cuando
Jesús solía venir aquí. Él amaba este mar. Contemplando la plateada
superficie predicó muchas veces sus parábolas. Y en un valle cercano
dio de comer a cinco mil personas con cinco panes y unos pocos peces.
Las cristalinas aguas espumantes de un brazo del Jordán que descienden
saltando de los cerros, forman este mar que ríe y canta bajo la
caricia del sol. Y los hombres edifican sus casas cerca de él, y los
pájaros sus nidos. Y todo cuanto vive es dichoso con sólo estar en sus
orillas. El Jordán desemboca al sur en otro mar. Allí no hay chapoteo
de peces, ni susurro de hojas, ni cantos de pájaros, ni risas de
niños.

Los viajeros huyen de esa ruta a menos que la urgencia de sus negocios
les obligue a seguirla. Una atmósfera densa pesa sobre este mar cuyas
aguas ni el hombre, ni la bestia, ni el ave beben nunca. ¿A qué se
debe tan enorme diferencia entre estos dos mares vecinos? No se debe
al Jordán. Tan buena es el agua que vierte en el uno como la que
vierte en el otro. Ni al suelo que les sirve de lecho, ni a las
tierras que los circundan. La diferencia se debe a esto: el mar de
Galilea recibe las aguas del Jordán pero no las retiene. Por cada gota
que entra, una gota sale. El dar y recibir se cumplen allí en idéntica
medida. El otro mar es avaro y atesora celosamente lo que recibe.
Nunca es tentado por un generoso impulso a salir de sí mismo. Cada
gota que allí cae, allí se queda. El mar de Galilea da y vive. El otro
no da nada. Se le llama el “Mar Muerto”. Hay dos clases de gente en el
mundo como hay dos mares en Palestina. Bruce Barton.

Hazlo con lo que tienes

Comienza con lo que tienes, no con lo que te hace falta. Tú ya tienes
todo lo que necesitas para comenzar a crear tu futuro. Sin embargo, a
veces te encuentras diciendo: si tan sólo tuviera esto, si al menos
esto fuera distinto, si tuviera más dinero... No exageres la
importancia de las cosas que no tienes. Empieza con lo que tienes.
No permitas que aquello que no puedes hacer, te impida hacer lo que sí
puedes. La pasividad prolongada paraliza la iniciativa. Para la mente
que vacila, todo parece imposible. No esperes que existan
circunstancias extraordinarias para hacer el bien, hazlo en las
situaciones comunes. No necesitas más energía, habilidad ni mayores
oportunidades.
Lo que debes hacer es sacarle provecho a lo que ya tienes. Dedícate de
lleno a terminar la tarea que tienes en tus manos, sabiendo que el
correcto desenvolvimiento actual es la mejor preparación para tus años
venideros. Simplemente hazlo con lo que tienes.

Oración por los jóvenes

Señor, ayuda a los jóvenes.
Ellos poseen los tesoros del porvenir.
Son los maestros del entusiasmo y la esperanza.
Tienen sed de vivir un mundo
sin superhombres, y sin subhombres.
Tú sabes, Padre, que se trata de la juventud auténtica.
Ningún facilismo venga a corromper a nuestros jóvenes.
Que ninguna dificultad los desanime.
Que salgan victoriosos de las más terribles pruebas:
el peligro de instalarse, de perder el fuego,
de ser jóvenes por fuera, y viejos por dentro.

Se le cayó un diente

Un hombre rico pero muy avaro estaba llorando. Un amigo lo vio y se
acercó preocupado por su lamentable situación:
—Pero Samuel, ¿qué te pasa?
—Es que a mi peine se le ha roto un diente, y ahora tengo que
comprarme uno nuevo.
—Pero hombre, no es para tanto, total, puedes seguir peinándote con
ese peine aunque le falte un diente.
—No, no lo entiendes, es que era el último diente que le quedaba...

Pensamientos

- Casi nunca lo más necesario es lo más brillante. El trabajo de una
madre de familia o de un ama de casa no luce ni sale en los
periódicos. Pero es el más necesario para que el mundo siga adelante.
La nafta no luce en el coche, no se ve, pero lo hace andar. San Pío
Décimo.
- Nunca podemos saber qué dique derribamos cuando cedemos a las
tentaciones. J. Green.
- Si te gusta vivir, no malgastes los instantes de los que está
compuesta tu vida. B. Franklin.
- La desgracia descubre al alma luces que la prosperidad no llega a
percibir. Blas Pascal.
- Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer a todos los
que le siguen. Lincoln.
- Si puedes ser una estrella en el cielo, sé una estrella en el cielo.
Si no puedes ser una estrella en el cielo, sé una hoguera en la
montaña. Si no puedes ser una hoguera en la montaña, sé una lámpara en
tu casa. L. Eliot.
- Cuando a uno le gusta lo que hace, no se fatiga y si se fatiga, su
propio cansancio le sirve de alegría. San Agustín.

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