domingo, 21 de abril de 2013

Semanario  Nº 308º
Puedes ser un buen samaritano
Alberto conducía su nuevo automóvil, un gran Mercedes, a mucha
velocidad, porque ese día iba a llegar tarde al trabajo. Estaba
disfrutando el andar majestuoso de su flamante Mercedes Benz, rojo
brillante, una de sus más apreciadas posesiones, cuando, de repente,
un ladrillo se estrelló en la puerta de atrás. Alberto frenó el coche
con un chirrido de cubiertas nuevas y dio marcha atrás hasta el lugar
de donde había salido el ladrillo. Se bajó del auto y  vio a un niño
en la banquina, lo agarró, lo sacudió y le gritó muy enojado:
—¿Qué demonios andás haciendo? ¡Te va a costar caro lo que le hiciste
a mi auto! ¿Por qué largaste el ladrillo?
El niño llorando, le contestó: —Lo siento, señor, pero no sabía qué
hacer, mi hermano se cayó de su silla de ruedas y está lastimado... no
lo puedo levantar yo solo.  ¡Nadie quería detenerse a ayudarme!

Alberto sintió un nudo en la garganta y fue a levantar al joven y
ponerlo en su silla de ruedas, y miró con detenimiento sus
lastimaduras. Vio que sus raspaduras eran menores, y que no estaba en
peligro.
Mientras el pequeño de 7 años empujaba a su hermano en la silla
rodante hacia su casa, Alberto se dirigió lentamente a su Mercedes,
pensando con seriedad en lo que le había sucedido.
Pasaron días y semanas, pero no quiso llevar el coche a repararlo,
dejó la puerta como estaba, para recordarse siempre que no debía ir
por la vida tan de prisa, que alguien tuviera que tirarle un ladrillo
para llamar su atención.
¿Qué tal contigo? ¿Has recibido algún ladrillo últimamente de alguno
que está tal vez muy cercano a ti y que necesita tu ayuda?

Sigue sonriendo
Aférrate a tus sueños, y no los abandones jamás. Muéstrale al mundo lo
que yo bien sé: ¡Lo maravilloso que eres! Confía en las posibilidades
de la vida, y no te apresures a juzgar a los demás. Confía en la
estrella que brilla en tu cielo. Encara tus problemas uno por uno para
vencerlos. No huyas de aquellos que traen amor a tu vida. Mira lo
bueno en la vida y no sucumbas en las adversidades. Muéstrate tal como
eres, pues tienes cualidades especiales que te han sostenido hasta
ahora, y que siempre te sostendrán. No pierdas el valor. Llena tu
corazón de felicidad y ¡espárcela en todo lo que hagas! Confía en toda
tu fuerza interior que Dios te ha dado. Confíale todo a Dios.

Antes de tomar decisiones
Señor, tú eres la verdadera luz. Tú me conoces a fondo y sabes
perfectamente para qué estoy hecho y qué es lo que me conviene. Yo
muchas veces me confundo, o tomo decisiones apresuradas que luego me
perjudican o perjudican a los demás. No quiero caminar a oscuras, como
si la luz no existiera, no quiero una vida sin sentido y sin
orientación. Prefiero caminar según tu proyecto y cumplir tu sueño
para mi vida. Dame la gracia de aprender a consultarte para no
desgastar mi vida inútilmente. Ilumina mis pasos y guíame por el
camino correcto. Víctor Fernández.

Medio tonto

— Tu padre me tiene por medio tonto  –dice un joven a su novia.
— No te preocupes  –exclama ésta- es que sólo te conoce a medias.
Agua fresca
—¿Qué desea el señor?
— Un vaso de agua fresca.
— Lo siento, pero no se puede ocupar una mesa por un solo vaso de agua.
— Bueno, si es así, tráigame dos.

Pensamientos

- A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan
cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso. José Ingenieros.
- La sensualidad le prepara el lecho a la incredulidad. Julien Green.
- Es signo evidente de la perfección de un alma el querer ser
corregida. Éste es el primer fruto de la humildad, que nos hace
comprender que tenemos siempre necesidad de superarnos. San Francisco
de Sales.
- Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el
viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada,
se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía. Saint Exupery.
- Todo lo que una persona puede imaginar, otros pueden hacerlo
realidad. Julio Verne.
- No importa cuánto se viva sino cómo se vive. Si se vive bien y se
muere joven, se puede haber contribuido más que otra persona
preocupada hasta los ochenta años sólo de sí misma. Martin L. King.
- Los que saben ocuparse en cualquiera lectura útil y agradable, jamás
sienten el tedio que devora a los demás hombres en medio de las
delicias. Fenelon.

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