domingo, 20 de octubre de 2013

Semanario  Nº 334º
Extraño joven pide comida

Un joven macilento, en harapos y descalzo se presentó en la puerta del
convento atendida en aquella ocasión por santa Faustina. Era un día
muy frío y lluvioso y el mendigo parecía congelado por el riguroso
invierno. Pidió algo caliente para comer… Corrió la portera a la
cocina, pero no encontró nada para los pobres. Sin embargo, después de
buscar un rato encontró un poco de sopa que enseguida calentó,
poniendo en ella un poco de pan desmigajado. Volvió contenta y se lo
dio al pordiosero que lo comió ávidamente.
En el momento que le retiraba el tazón, una voz interior le dijo que
era el mismo Jesús, Señor de cielo y tierra, a quien había socorrido.
Pero en cuanto lo vio tal como es, desapareció de su vista. Cuando se
dirigía hacia el interior del convento, pensando en lo que había
sucedido, oyó estas palabras en el alma: Hija mía, han llegado a mis
oídos las bendiciones de los pobres que, alejándose de la puerta me
bendicen y me ha agradado esta misericordia tuya dentro de los límites
de la obediencia, y por eso he bajado del trono para gustar del fruto
de tu misericordia. Santa Faustina algo había presentido, cuando
observando al joven se preguntaba a sí misma: ¿Qué clase de pobre es
éste del cual se transparenta tanta modestia?

Actitud positiva

Normalmente encontramos dos clases de personas en la vida: las que
siempre esperan lo peor en cualquier situación, y las que imaginan lo
mejor y esperan lo positivo. ¿En cuál grupo estás? ¿Con los pesimistas
o con los optimistas? Ojalá seas de aquellos que, cuando se propone
algo bueno, comienzan a generar ideas para ver cómo se puede hacer. En
efecto, es desesperante tratar a los que buscan razones y sinrazones
para mostrar que algo no se puede hacer. Que un día lluvioso sea para
ti un día diferente y no un día terrible, que veas en cada obstáculo
un desafío y no un problema. Está demostrado que atraemos lo que
pensamos. De ahí que si esperas lo peor vas a encontrarlo. Elige
concentrarte en lo positivo. Pobre de ti si en cada heridita ves ya
una hinchazón, en cada resfriado una pulmonía y en cada llovizna una
tempestad. Ten presente que el optimista siempre gana, ya que él nunca
anticipa dolores ni angustias posibles o probables. Tú también elige
contemplar la cara risueña de la existencia.

¡Ven, Espíritu Santo!

¡Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el fuego de tu amor!
Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida.
Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos. Dios Padre nuestro,
que iluminaste los corazones de tus fieles
con la luz de tu Espíritu Santo,
haz que –guiados por ese mismo Espíritu–
sepamos discernir lo que es recto
y gocemos siempre de su alegría. Por JC nuestro Señor. Amén.

Humor en el fútbol

En la cancha desde la tribuna estaban cargando a un futbolista que era cabezón.
—¡Cabeza de zapallo!
—Tenés la cabeza como un globo terráqueo.
De pronto un señor le grita al cabezón:
—¡No le hagás caso! Vos tenés la cabeza común…
—¡Gracias, hermano! —exclamó el futbolista.
—…común camión!!!  Aplausos y carcajadas en la tribuna.

Pensamientos

- Solamente una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.
Albert Einstein.
- La paciencia en un momento de enojo evitará cien días de dolor.
Proverbio Tibetano
- Los hombres fraternales son la salud del mundo. José Alzin.
- Haz todo el bien que puedas; por todos los medios que puedas; de
todas las maneras que puedas; en todos los lugares que puedas; tantas
veces como puedas; a todas las personas que puedas, por todo el tiempo
que puedas. John Wesley.
- El silencio es el ambiente en el que crecen todas las grandes
realizaciones. Carlyle
- Ser sincero no es decir todo lo que se piensa, sino no decir nunca
lo contrario de lo que se piensa. André Maurois
- Todos para uno y uno para todos. Alejandro Dumas
- Un camino de mil millas comienza con un paso. Benjamín Franklin.
- El fracaso fortifica a los fuertes. Saint Exupery.

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