domingo, 1 de marzo de 2015



1º marzo 2015 – Cuaresma 2º A – Transfiguración – Resonancias
Marcos 9, 2 – 10


Aprende a volar
Un rey recibió como obsequio, dos pequeños halcones, y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Luego de varios meses, el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía qué le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó. A la mañana siguiente el monarca pudo observar por la ventana que, en efecto, el ave continuaba inmóvil en la misma rama.
Entonces decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. Pasado sólo un día, con agradable sorpresa vio al halcón volando ágilmente por los jardines del palacio. El rey mandó buscar al autor de ese milagro. Le trajeron un campesino, a quien el rey le preguntó:
¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo lograste? ¿Eres acaso mago?  
Fue fácil, mi rey – respondió tímidamente –  sólo corté la rama, y el halcón voló, se dio cuenta que tenía alas y se lanzó a volar…

¿A qué te estás aferrando para no desplegar las alas del espíritu? Con un poco de coraje y de ilusión, tú puedes realizar el sueño que Dios tuvo al crearte…

Detrás de una moneda…
El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás.encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no vale nada.

Conversaba un hombre rico y alejado de la fe con un sacerdote, que no era otro que el futuro Cardenal Newman, ya convertido del anglicanismo a Roma. El rico se ufanaba de sus riquezas y de su indiferencia religiosa. Newman tomó una hoja de papel y escribió: «Dios».
¿Ve lo que he escrito en la hoja? El avaro contestó afirmativamente. Entonces el sacerdote tomó una moneda de oro, la acomodó sobre la palabra escrita y preguntó de nuevo:
¿Ve usted ahora lo que he escrito hace un momento?
No, ahora sólo veo el dinero.
En efecto, la riqueza ciega, impide ver a Dios, ¿no le parece?

La cuaresma es un regalo anual de Dios que anhela verte caminar en la dirección correcta. La Iglesia te invita a mejor tu relación con Dios por la oración, la meditación de su Palabra y el control de ti mismo; y te anima a practicar con generosidad las obras de misericordia espirituales y corporales. La Madre Teresa de Calcuta proponía dar “hasta que te duela el bolsillo”. P. Natalio.

De victoria en victoria
Te ofrezco hoy un mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz. Ella te asegura que la oración, al acercarte a Dios, te purifica con su luz y su santidad, y te lleva, de victoria en victoria, a extender su reino en medio de las “tinieblas y sombras de muerte” que nos rodean.

“¡Queridos hijos! Deseo compartir con ustedes mi gozo. En mi Corazón Inmaculado siento que son muchos los que se me han acercado y que llevan de una manera especial en sus corazones la victoria de mi Corazón Inmaculado, al orar y convertirse. Deseo agradecerles y alentarlos para que, con el amor y la fuerza del Espíritu Santo, trabajen aún más para Dios y Su reino. Yo estoy con ustedes y los bendigo con mi bendición maternal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

La conversión es un cambio de mentalidad para darle a cada cosa la importancia relativa que tiene, y poner siempre a Dios en el primer lugar. La conversión es un giro del alma que desea encontrarse con el Señor. Es un impulso del Espíritu a dejar un itinerario equivocado o inferior y seguir un camino mejor y más feliz: el de Jesús, que dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida.

Estrangulada por un criminal
Candice Lee, cuando tenía 21 años, fue asaltada y estrangulada por un criminal, mientras esperaba a su esposo a la puerta del night club donde trabajaba. Dice: Pasé por un túnel hasta el final, donde se veía una luz muy brillante... Los ángeles me llevaron a un lugar donde estaba Jesús. Yo me arrodillé y los ángeles se colocaron a mis costados de pie. Jesús se acercó a mí y me dijo: “Regresa, todavía no es tu hora. Tú debes enseñar”. Jesús estaba brillante. Era pura luz, pero yo podía ver su cuerpo. Vestía ropas blancas y su rostro era luminoso como una luz incandescente. No hay nada en el mundo más hermoso. Estaba lleno de amor. Se podía sentir su amor. Cuando Jesús me dijo que debía regresar, me encontré de nuevo en el túnel y desperté en mi cuerpo.
En esta experiencia del más allá la joven Candice describe a Jesús de manera semejante al texto del Evangelio que meditamos hoy: la transfiguración del Señor. Ella ha recibido la misión de regresar y dar testimonio de que el cielo existe y esta lleno de un amor indescriptible.

“Dios tiene un plan para mí”
Antonio trabajaba en tareas de rescate en toda clase de emergencias. Una vez se contagió de sida a sus 36 años por haberse hincado accidentalmente con una aguja durante la tarea de resucitación de una víctima. Y decidió suicidarse. Dice:

Yo tomé muchas píldoras y me llevaron al hospital. Allí vi que mi cuerpo flotaba en una oscuridad. No podía ver nada, no podía moverme ni hacer nada por mí mismo. Era terrible. Oía sonidos horrorosos en mis oídos. Yo pensé: “Estoy en el infierno y no puedo salir. Estoy atrapado”. Entonces, oí una voz y supe que era Dios. Era una voz tranquila y calmada, que me dijo: “Si esto es lo que tú quieres hacer, aquí es adonde vas a venir”. Yo pensé: “Es demasiado tarde, ya estoy muerto”. De pronto, todo desapareció y estaba de nuevo en mi cuerpo. Fue como si me hubieran vuelto de nuevo las ganas de vivir. Es como si Dios me hubiera dicho: “Si quieres suicidarte, irás al infierno”. Ahora sé que Dios tiene un plan para mí, que es ayudar a otra gente con sida.

A más ocupación, más oración
Un hombre de gobierno, ocupadísimo, preguntaba a un obispo, también cargado de ocupaciones:
¿Cuál es el secreto de la serenidad de su espíritu y del admirable resultado de sus obras?
A todas tus ocupaciones, mi querido amigo, le dijo el obispo añade todas las mañanas media hora de oración-meditación. Despacharás más fácilmente tus asuntos, y aún podrás afrontar algunos más. El labrador no pierde el tiempo cuando prepara las herramientas, dice un viejo refrán castellano. El tiempo que emplea en esa tarea, lo gana con creces después... A la oración vamos a ponernos a punto nosotros mismos. Y nosotros somos la principal herramienta en nuestro trabajo.

El Espíritu Santo te ilumine para captar la profundidad y solidez de este mensaje: los que alimentan su fe y amor a Dios fuente de paz, de energía y poder, “renovarán sus fuerzas, desplegarán alas como las águilas; correrán y no se agotarán, avanzarán y no se fatigarán”. (Isaías 40, 31). Tú también puedes experimentar el poder dinamizador de la meditación en tu propia vida.  

Tu presencia me envuelve
Señor, tú eres vida, tú eres necesario para mí como el aire que respiro. Te doy gracias por el don de la vida, porque es maravilloso existir. Te adoro, Señor, porque así como el aire me rodea y penetra en mí, así también estoy rodeado por ti, me envuelves con tu presencia, lleno de vida y de alegría, me penetras con tu gracia y me transformas con tu presencia. Y junto con el aire que sale de mis pulmones, llévate todo lo que no me hace feliz, arroja fuera de mí toda impureza espiritual, expulsa todas mis angustias y tristezas, todos mis rencores y malos recuerdos, todo egoísmo y toda mala intención. Llévate todo, Dios mío, y déjame sólo tu gracia, tu vida. Quédate tú invadiendo todo mi ser y reinando en mí con tu gozo en medio de mis tareas. Amén. (Víctor M. Fernández).


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