domingo, 13 de marzo de 2011

Semanario Nº 198º

Entre luces y sombras
Un filósofo llevó a sus discípulos a una habitación oscura. - ¿Qué ven? - les preguntó. Nada, maestro –le respondieron-. La oscuridad es absoluta y no nos deja ver. El filósofo dio una palmada, y se encendieron al mismo tiempo mil lámparas de intensa luz. - ¿Qué ven ahora? – les preguntó otra vez. Nada, tampoco -dijeron los discípulos-. Esta luz cegadora nos impide abrir los ojos para ver. - Aprendan, pues, -les enseñó el maestro-, que ni en la luminosidad absoluta ni en la completa oscuridad, el hombre puede ver. Por eso estamos hechos de luces y sombras, para podernos ver los unos a los otros. ¡Ay de aquél que no perdone la oscuridad que hay en el alma de su hermano, pues no lo podrá ver y estará solo! Y ¡ay de aquél que no busque poner luces en su oscuridad, pues a sí mismo se perderá! Así dijo el sabio, y concluyó: - Estamos hechos de sombras. ¿Dónde mejor que en nosotros puede brillar la luz?


La bondad: el primer valor
La primera persona a quien has de con­vencer de tu bondad eres tú mismo. Tu conciencia no te engañará. Y cuando ella te diga que eres bueno, cuando esa voz de adentro te lo afirme, tu corazón desbor­dará de gozo. Porque tú serás dueño de decidirte entre muchos oficios y profesiones y ad­quirirás, acaso, una habilidad especial que te destaque; pero nada hay en el mundo que supere a la bondad. Cuando dicen de un hombre: "Es un gran ingeniero", de otro que es un herrero muy hábil, de otro: "Es un pintor famoso", queda por saber lo principal: si es bueno. Ser bueno es la gran tarea, la más noble profesión, el tesoro inagotable, la mayor sabiduría, el mejor negocio, la ver­dadera gloria, la felicidad suprema.


Sorprendente oración de un niño
Señor, no quiero pedirte nada especial ni inalcanzable, como ocurre con otros niños que se dirigen ti cada noche. Eres bueno y proteges a todos los niños de la Tierra. Hoy quiero pedirte un gran favor sin que se enteren mis padres. Transfórmame en un televisor, para que mis padres me cuiden como cuidan al televisor.
Para que me miren con el mismo interés que mi madre mira las telenovelas preferidas o mi padre un programa deportivo. Quiero hablar como ciertos animadores, que cuando lo hacen, toda mi familia se calla para escucharlos con atención y sin interrumpirlos. Quiero ver a mi madre suspirar frente a mí, como lo hace frente a los desfiles de moda; o poder hacer reír a mi padre como lo logran ciertos programas humorísticos o simplemente, que me crean cuando les cuento mis fantasías, sin necesidad de decir: ¡Es cierto! Yo lo escuché en la tele.
Quiero representar al televisor para ser el rey de la casa, el centro de atención, que ocupa el mejor lugar, para que todas las miradas se dirijan a mí. Quiero sentir sobre mí la preocupación que experimentan mis padres cuando el televisor comienza a fallar y rápidamente llaman al técnico Quiero ser televisor para ser el mejor amigo de mis padres, el que más influya en sus vidas, el que recuerde que soy su hijo y el que ojalá les mostrara más la paz que la violencia. Señor, por favor, déjame ser televisor aunque solo sea por un solo día. (Diario “La Época, Santiago de Chile).


Tomados de la mano
Caminaba una señora por el centro comercial de una pequeña ciudad, cuando se cruzó con una pareja ya entrada en años, que paseaban felices tomados de la mano. Les expresó su satisfacción de verlos tan contentos, manifestando su cariño con ese sencillo gesto de amor.
—Hace treinta y cinco años que tomo la mano de mi esposa al salir de paseo –contestó el señor, pero añadió enseguida bajando la voz–. Debo hacerlo siempre, porque si me olvido, se me va de compras…


Pensamientos
- No son las riquezas ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo, los que proporcionan la felicidad. Thomas Jefferson.
- Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia. Elbert Hubbard.
- ¿Quieres ayudar? Ayúdate primero. Los que tienen conflictos provocan conflictos a su alrededor. Los que no se aceptan no pueden aceptar a los demás. Los fracasados necesitan ver fracasar a los demás. Los resentidos siembran violencia. Ignacio Larrañaga.
- Vigila para que tu imaginación y tu mente te obedezcan tan dócilmente como un perro bien entrenado a quien no le permites saltar alrededor tuyo, ni husmear en la basura ni revolcarse en el arroyo. Padres del desierto.
- Muchas veces nos imaginamos que las cosas son imposibles, sólo para excusarnos a nosotros mismos”. La Rochefoucauld.

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