domingo, 11 de septiembre de 2011

Semanario Nº 224º

El terreno baldío
Mi hermano era muy haragán. Mi padre, que había tratado inútilmente de
corregirlo, le ordenó un día que fuera a un terreno baldío cercano a
nuestra casa y tomara nota de lo que hubiera allí. Si no lo hacía,
perdería el almuerzo de ese día. Al regreso, mi hermano había anotado:
"Clavos, papeles, latas, tapones, vidrios, alambres, botones,
botellas, etc...” –¿Sirven para algo esas cosas? -le preguntó mi
padre. – No, -respondió mi hermano- son cosas inútiles, sucias y
rotas. –¿Y en los otros terrenos del barrio, qué hay? – Casas y
jardines. –¿Por qué se han acumulado en ese terreno tantas cosas
inútiles? –insistió mi padre. – Porque está vacío -explicó mi hermano.
A lo cual agregó en el acto mi padre:
– Porque no se aprovecha para nada, se ha convertido en un depósito de
basura. Tu vida ha sido hasta hoy, igual a ese terreno. No la
aprovechas para nada y se está llenando de cosas inservibles. Una vida
ociosa, como un terreno baldío, recoge todo lo malo. En el hombre
trabajador no hay lugar para los vicios, las tonterías y las
malda-des.
Mi hermano comprendió muy bien esa lección, y fue desde entonces un
mucha-cho laborioso, que aprovechó perfectamente su tiempo.

El secreto más grande
Saludaré este día con amor en mi corazón, porque este es el secreto
más grande del éxito. La fuerza muscular podrá partir un escudo y aún
destruir la vida, pero solo el poder invisible del amor puede abrir el
corazón del hombre. De aquí en adelante contemplaré todas las cosas
con amor y naceré de nuevo. Amaré al sol porque calienta mis huesos,
pero también amaré la lluvia porque purifica mi espíritu.
Amaré la luz porque me enseña el camino, pero también amaré la
oscuridad porque me enseña las estrellas. Acogeré la felicidad porque
engrandece mi corazón, pero también soportaré la tristeza porque
descubre mi alma. Recordaré la recompensa porque constituye mi pago,
pero también daré acogida a los obstáculos porque constituyen para mí
un desafío. Saludaré con amor este día en mi corazón.
Amaré a toda clase de personas porque cada una tiene cualidades
dignas de ser admiradas aunque estén ocultas. Derribaré la muralla de
odio que han construido alrededor de sus corazones y en su lugar
edificaré puentes para llegar por ellos a sus almas...

Mensaje de Jesús para ti
“¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor. Cuando te
abandones en mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis
designios.
No desesperes; no me dirijas una oración agitada, como si quisieras
exigirme el cumplimiento de tus deseos. Déjame ser Dios y actuar con
libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja en mis
manos tu futuro. Dime frecuentemente: “Jesús, yo confío en ti”. Déjate
llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo. Yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración,
sigue confiando. Cierra los ojos del alma y confía. Continúa
diciéndome a toda hora: “Jesús, yo confío en ti”. Y verás grandes
milagros. Te lo prometo por mi amor. Jesús”

En un naufragio
– Atención – dice el capitán – El barco se hunde. Los que sepan nadar,
a 3 kilómetros encontrarán tierra.
– ¿Y los que no sepan? – pregunta una pasajera, presa del pánico.
– La encontrarán a 16 metros de profundidad...

Pensamientos
- Fortalecer la voluntad es perseverar en lo que comienzas: una dieta,
un plan de ejercicios, el aprendizaje de un idioma, la lectura de un
libro... Comenzar lo hace cualquiera; sólo los triunfadores van hasta
el final. Decálogo del esfuerzo.
- Aún los malos admiran la caridad, aunque no la practiquen. San Juan Bosco.
- Es posible conseguir algo luego de tres horas de pelea; pero es
seguro que se podrá conseguir eso mismo con apenas tres palabras
impregnadas de afecto. Confucio.
- Una vez mi confesor me dijo: Permita que el Señor empuje la barca de
su vida a la profundidad insondable de la vida interior. Santa
Faustina Kowalska.
- La lección más importante que puede aprender el hombre en su vida no
es que en el mundo hay dolor, sino que depende de nosotros sacar
provecho de él, pues se nos ha permitido transformarlo en gozo.
Rabindranath Tagore.
- Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de
hacer una pausa y reflexionar. Mark Twain
- Allí donde la moral y la religión son reducidas al ámbito
exclusivamente privado, faltan las fuerzas que puedan formar una
comunidad y mantenerla unida. Benedicto XVI.

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