domingo, 16 de septiembre de 2012


Semanario  Nº 277º

Ángeles albañiles

En 1973 en Luján de Cuyo hubo una celebración memorable. Salesianos de
las comunidades de Mendoza y familiares del  P. Guillermo Cabrini,
fuimos invitados a una Misa y cena en el Colegio de las Hijas de María
Auxiliadora para agradecer a Dios los 80 años que cumplía nuestro
antiguo Padre Inspector que había nacido en un lejano 1893 en Mendoza.
En esa ocasión me impresionó un pensamiento que dijo el festejado en
la homilía.
“Queridos hermanos: desde hace unos años mi preocupación principal es
prepararme un lugarcito allá arriba, junto a Don Bosco y María
Auxiliadora. Por eso cada día no pierdo oportunidad de enviar para
allá buen material para que los ángeles albañiles me vayan fabricando
un confortable chalecito: ladrillos de sacrificios, baldosas de
oraciones, tejas de buenas obras, hierro de meditación de la Palabra
de Dios, cemento de Eucaristías bien celebradas. Por favor, hermanos,
ayúdenme con sus oraciones para que nada falte al chalecito que espero
habitar, gracias a la misericordia y fidelidad de Dios, por toda la
eternidad cantando sus alabanzas y bendiciendo su nombre”.

Aceptación

Aceptación significa que puedes encontrar en tu corazón la serenidad
que te libere del pasado con sus errores y pesares, te transporte
hacia el futuro con una perspectiva nueva, y te haga apreciar la
oportunidad de una nueva vida. Aceptación significa que cuando haya
momentos difíciles en tu vida, sabrás hallar el amparo y el consuelo
para aliviar tus pesares. Hallarás nuevas aspiraciones y esperanzas, e
indulgencia en tu corazón.
Aceptación no significa perfección para siempre. Solo significa que te
sobrepondrás a la imperfección. Aceptación es la senda hacia la paz,
para liberarte de lo peor, conservar lo mejor, y hallar en tu alma la
esperanza que te acompañe toda la vida. Aceptación es la mejor defensa
del corazón, el mayor bien del amor, y la manera más fácil de seguir
creyendo en tí y en los demás. Regina Hill.

Alabemos a Dios


Alabemos a Dios que en su Palabra,
nos revela el designio salvador,
y digamos en súplica confiada:
“Renuévame por dentro, mi Señor”.

No cerremos el alma a su llamada
ni dejemos que arraigue el desamor;
aunque dura es la lucha, su palabra
será bálsamo suave en el dolor.

Caminemos los días de esta vida
como tiempo de Dios y de oración;
él es fiel a la alianza prometida:
“Si eres mi pueblo, yo seré tu Dios”.

Tú dijiste, Jesús, que eras camino
para llegar al Padre sin temor;
concédenos la gracia de tu Espíritu
que nos lleve al encuentro del Señor.

¿Cuál es el colmo? Adivine…

- ¿Cuál es el colmo de un sordo? ¡Que al morir le dediquen un minuto
de silencio!
- ¿Cuál es el colmo de un zapatero?  Atarse los zapatos con el cordón
de la vereda.
- ¿Cuál es el colmo de un jorobado? Elegir abogacía y estudiar derecho.
- ¿Cuál es el colmo de un zapatero? Caerse y hacerse pomada.
- ¿Cuál es el colmo de un relojero? Que nadie le pase la hora.
 - ¿Cuál es el colmo del sol? Brillar por su ausencia.

Pensamientos

- Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie.
Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta. Proverbio
chino.
- ¿Quieres ser feliz un instante? Véngate. ¿Quieres ser feliz toda la
vida? Perdona. Henri Lacordaire.
- Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en
lo cierto. Henry Ford.
- Muy débil es la razón si no llega a comprender que hay muchas cosas
que la sobrepasan. Blas Pascal.
- En vez de lamentarte de que las rosas tengan espinas, alégrate de
que las espinas estén coronadas de rosas. Proverbio.
- El estudio y la contemplación de la naturaleza es el natural
alimento de la inteligencia y del corazón. Profundizar esas grandes y
misteriosas verdades contiene un poderoso encanto. Cicerón.
- La paz y la armonía constituyen la mayor riqueza de la familia.
Benjamín Franklin.

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