domingo, 5 de agosto de 2012

Semanario  Nº 271º

Una bolsa de zozobras

Un viajero cargaba un bolsa pesada bajo la cual se esforzaba y se
quejaba sin cesar. De nadie podía obtener ayuda y consuelo. Caminaba
despacio, gimiendo bajo su carga, cuando se le acercó un ángel y le
preguntó: "Hermano, ¿Qué llevas ahí?"
El hombre respondió refunfuñando: "Mis zozobras..." El ángel sonrió
compasivamente y le dijo: "Veamos tu carga y examinemos tus zozobras"
Así lo hicieron, pero, he aquí que la bolsa estaba vacía. "En verdad,
dijo el viajero, había en él dos cargas demasiado pesadas para ser
soportadas por mortal alguno; pero había olvidado que uno era de ayer
y se fue" "¿Y, la otra...?" Preguntó el ángel. "La otra era de mañana
y no ha llegado aún..." Se sonrió el ángel con infinita compasión y le
dijo:
"El hombre se dobla bajo el peso de las zozobras de ayer y de
mañana... El que se afana sólo por las cosas de hoy no necesita bolsa
para ellas. Si tú quieres echar a un lado esa cosa negra y dedicar
todo tu valor, fuerzas y regocijo a las actuales, nunca te agobiará
una verdadera desdicha". El hombre siguió su consejo y se puso en
marcha. Al regresar de su destino anochecía y terminó su viaje risueño
y regocijado.

Éxito y fracaso

En cierta ocasión se realizó un estudio para detectar qué había hecho
posible que los hombres más ricos del mundo llegaran a sobresalir
entre los demás. ¿La causa principal? Su gran capacidad para “hacerse
los sordos” ante las palabras negativas o de freno... y en cambio
cualquier palabra de estímulo y ánimo parecía amplificarse dentro de
sus mentes. De igual manera un estudio realizado sobre más de 25.000
fracasados, demostró que el denominador común, la causa que les hacía
fracasar una y otra vez, era que poseían un enorme “temor a la
crítica”. Su inseguridad era tal que basaban todas sus acciones en lo
que les aconsejaban sus amistades, eran incapaces de tomar una
decisión por sí mismos y mantenerla. Ellos estaban listos para arrojar
todas sus esperanzas e ilusiones por la borda a la mínima palabra de
desaliento por parte de otra persona.

¿Usted es de los que se rinden antes de empezar... o de los que luchan
pase lo que pase y alcanza el éxito? ¡Luche y bajo ningún concepto se
pare a esperar el fracaso! ¡Siga luchando! ¡Tenga el valor de pelear y
trabajar por aquello que desee en la vida, sea lo que fuere!

Para vivir en paz interior

Señor, ya aprendí que los seres humanos son débiles y limitados. No
son capaces de un amor infinito. Sin embargo, no son siempre falsos,
no son egoístas, malvados. Sólo son criaturas limitadas, que tienen
sus sufrimientos y necesidades. Pero yo les pido que sean perfectos. A
veces olvido que mucha gente me valora y me mira con cariño, aunque el
amor de ellos sea pequeño y limitado. No puedo pedirles a ellos el
amor que sólo tú puedes dar, porque sólo tú eres Dios. Tú eres el
único que puede penetrar hasta el fondo de mi corazón vacío, para
colmarlo de calor y afecto generoso. Tómame, Señor, con tu amor
fuerte, sincero, desbordante. Nadie puede amar así. Dame la gracia de
vivir en paz interior sin exigir a los demás lo que no me pueden dar.
Amén. (Víctor Fernández).

En un accidente…

Un hombre tiene un accidente con su coche y llega la policía al lugar
del suceso. Allí se encontraron al accidentado en el suelo gritando
entre sollozos por su coche que estaba destrozado. Los policías
entonces le dicen: - Pero, ¡hombre!, ¡como se lamenta por su coche...!
¿No se da cuenta que ha perdido su brazo izquierdo? El hombre, con
cara de terror, grita: - ¡Cómo! ¡Que he perdido mi brazo izquierdo!
¡Dios mío, mi Rólex! ¿Dónde está mi Rólex?

Pensamientos

- Los que saben ocuparse en cualquier lectura útil y agradable, jamás
sienten el tedio que devora a los demás hombres en medio de las
delicias. Fenelón.
- No hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de
interesarse. Gilbert Chesterton.
- La alegría pertenece a los que dan, mucho más si se dan a sí mismos.
Jacques Leclerq.
- Es dentro de nosotros, y no fuera, donde hace buen o mal tiempo. Li Yung Ku.
- Un amigo es una persona con la que se puede pensar en voz alta. Emerson.
- Dios tan cercano de los que saben amar, se oculta a aquellos que
sólo quieren comprender. Alexis Carrel.
- El hombre sólo se salva, desde el momento en que se convierte en
salvador. Abbé Pierre.
- La belleza fascina, el ingenio atrae, pero sólo la bondad retiene. Fénelon.
- Si hubiera que levantar altares a alguna cosa humana, yo preferiría
adorar las cenizas de un corazón que las cenizas de un genio.
Lacordaire.
- No decir más de lo que haga falta, a quien haga falta y cuando haga
falta. André Maurois.

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