domingo, 29 de julio de 2012

Semanario  Nº 270º
Felices los hombres de paz

En New London, una ciudad pequeña de Conneticut, se dispuso una semana
de moratoria de las armas: los ciudadanos fueron invitados por el
alcalde a entregar las armas que poseían, con la promesa de que no
serían interrogados por la policía, ni se les pediría nombres ni otros
datos.
El único que se presentó hasta el momento de esta nota a la central de
policía, como respuesta al llamamiento, fue Robert Allen, de cuatro
años. Con expresión extremadamente seria, Robert entregó a un agente
dos pistolas metálicas, un revólver de plástico y un fusil-radio del
“servicio secreto”.
Robert al entregar sus armas expresó: —Entrego mis armas porque no
deseo matar a nadie.
Robert Allen fue acompañado a la policía por una dama, su madre, quien
expresó: —La idea fue de él, y me obligó a acompañarlo.
Jesús dijo: —Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro
muere (Mateo 26, 52).

Adoración Eucarística

“¡Cuán consoladores y suaves son los momentos pasados con este Dios de
bondad! ¿Estás dominado por la tristeza? Ven un momento a sentarte a
sus pies, y quedarás consolado. ¿Eres despreciado del mundo? Ven aquí,
y encontrarás un amigo que jamás quebrantará la fidelidad. ¿Te sientes
tentado? Aquí es donde vas a hallar las armas más seguras y terribles
para vencer a tu enemigo. ¿Temes el juicio formidable que a tantos
santos ha hecho temblar? Aprovéchate del tiempo en que tu Dios es Dios
de misericordia y es tan fácil conseguir el perdón. ¿Estás oprimido
por la pobreza? Ven aquí, donde encontrarás a un Dios inmensamente
rico, que te dirá que todos sus bienes son tuyos, no en este mundo
sino en el otro”. Santo Cura de Ars

Concédeme, Señor

Concédeme Señor, abundancia de lágrimas para mantenerme humano,
abundancia de sonrisas
para mantenerme cuerdo, abundancia de contratiempos para mantenerme humilde.
Concédeme Señor, abundancia de aciertos para mantenerme confiado,
abundancia de paciencia para seguir esperando, abundancia de esperanza
para sobrevivir en la duda.
Concédeme Señor, abundancia de amigos para cobrar los ánimos,
abundancia de recuerdos para adquirir consuelo, abundancia de fe para
creer en ti.

Higiene dental… con humor

- Para limpiar lo que queda entre diente y diente usá hilo dental
después de cepillarte; porque así de flaquito como lo ves, el hilo es
muy piola. Después enjuague bucal… y listo.
- Desde que sale el primer diente uno se debería cepillar, pero eso no
se llama “lavarse los dientes”, porque es uno solo. ¡Pero lo lavamos
igual!
- Hay que visitar al dentista por lo menos dos veces al año, sacando
los que son hijos del dentista, que se pueden quedar a vivir con él.

Pensamientos

- Enseñen a los hombres la meditación y la plegaria; porque allí es
donde el alma se ensancha. A. de Saint-Exupéry.
- La oración y el deseo de amar a los hombres son dos condiciones
esenciales de la serenidad y de la lucidez total. Maxence van der
Meersch.
- Cuando la puerta de la felicidad se cerró, otra puerta se abre.
Pero, algunas veces miramos tanto tiempo aquella puerta que se cerró
que no vemos la que se abrió frente a nosotros. Madre Teresa de
Calcuta.
- Haré callar a los que me critican siguiendo una vida ejemplar: ésta
es la mejor respuesta a la maledicencia. Platón.
- Siempre se debe preferir la acción a la crítica. Teodoro Rooselvelt.
- Preferiría cometer errores con gentileza y compasión, que hacer
milagros con descorftesía y dureza. Madre Teresa de Calcuta.
- El consejo dado a un necio es como perlas arrojadas al muladar. Esopo.
- Miremos al prójimo con ojo sencillo y caritativo, sin detenernos
mucho en analizar sus acciones. San Francisco de Sales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu visita!!!