lunes, 1 de octubre de 2012

Semanario  Nº 279º
Por amor a su madre

Cierta noche como el rey Federico el Grande de Prusia no podía
dormirse, llamó al guardia para que le trajera un libro. No habiendo
recibido respuesta inmediata, se levantó muy molesto para dar un buen
reto al soldado. Lo encontró profundamente dormido con la cabeza
apoyada en la mesa. Ya iba a gritarle cuando sus ojos se detuvieron
sobre una hoja que el joven estaba escribiendo al caer vencido por el
sueño. El rey echó un vistazo al escrito.
Era una carta que el guardia escribía a su madre, en la que se leía:
“Madre, estoy ahora haciendo una guardia extraordinaria, a la puerta
de la alcoba del mismo rey. La verdad es que estoy remplazando a un
compañero para ganar un poco más de dinero que te enviaré con estos
renglones. Pero me siento muy cansado y me está costando mantenerme
completamente despierto para cumplir a perfección mi deber…”
El rey se sintió tan conmovido que volvió sin hacer el menor ruido a
su cuarto y regresó con un puñado de monedas de oro que dejó sobre el
papel. Más tarde, aquel guardia llegó a ser un famoso militar, el
general Zeithen.

Dominio de sí mismo

El cielo no siempre está sereno, algunas veces se carga de grandes
nubes, y después de un sol hermoso viene muchas veces la lluvia y la
tempestad. Lo mismo sucede  en nuestras vidas. En ciertos momentos
parece que todo está sombrío a nuestro alrededor y todos nos ponen
mala cara; no recibimos  más que reprensiones, ni oímos más que
palabras ásperas; nuestros buenos servicios son pagados con acogidas
frías y hasta con miradas desdeñosas; todo lo que decimos se
contradice y cuanto hacemos se encuentra defectuoso; nuestros más
inocentes gestos son malinterpretados.
Somos atribulados en todas las formas. Sepamos en estos momentos duros
tener paciencia, controlemos nuestros impulsos que se sublevan,
consideremos que todo pasa, que igual que el cielo sereno da lugar a
la tempestad, tras la tempestad viene la calma y todo volverá a
serenarse. En estos momentos podemos ganar mucho para nuestro tesoro
del Cielo: seamos pacientes y no manifestemos nuestra disconformidad
con rabias y pataletas que a nada conducen y sí nos harán luego
sentirnos incómodos con nosotros mismos por nuestro poco dominio.
“Eviten la amargura, los arrebatos, la ira, los gritos, los insultos y
toda clase de maldad” (Efesios 4, 31).

Ntra. Sra. Consoladora

¡Oh María! Madre de Consolación:
hay en tu mirar dulzura
y en tus brazos, hecho Niño,
está Dios por nuestro amor.

Elegida desde siempre

por tu humildad y fe mayor,
en ti estuvo y permanece
la plenitud de la gracia
de Aquel que es todo Consolación.


Salve, emblema de la Gloria,

Reina nuestra y sol del corazón:
eres guía de los pasos
del que, en tinieblas, peregrina
solo en la aflicción.

Con tus manos nos entregas

a tu Hijo, nuestro Dios,
que alivia en esta vida
nuestra cruz, nuestro dolor.

Madre amable, Señora bendita

de la Consolación,
hoy tus hijos te imploramos
llegue a ti nuestra oración. Amén.

Humor: un nombre al bautizado

Un padre misionero que llegó al pueblito, se dedicaba no sólo a cuidar
la salud espiritual de los fieles sino también la salud física. Una
tarde un paisano llegó del campo para hacer bautizar a su hijito.
—Mire, padrecito, ando con ganas de cristianar a mi niñito.
—Cómo no, mi amigo, para eso estamos.
Al empezar la celebración el sacerdote vio una infección en el bracito
del nene y pensando que era necesaria una curación inmediata, dijo al
paisano:
—Mire, señor, a este chico hay que ponerle penicilina.
A lo que el paisano un poco enojado le respondió:
—No, no, no, usted a mi hijo le pone “Ruperto” o ya mismo lo llevo a otro cura.

Pensamientos de Mahatma Ghandi

- Vive como si fueras a morir mañana y aprende como si fueras a vivir siempre
- Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y
decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y
decirles que viven así porque no nos animamos a pelear.
- La alegría está en la lucha, en el esfuerzo, en el sufrimiento que
supone la lucha y no en la victoria.
- Es un verdadero privilegio haber sobrellevado una vida difícil.
- Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.
- Realmente soy un soñador práctico; mis sueños no son bagatelas en el
aire. Lo que yo quiero es convertir mis sueños en realidad.
- La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero,
aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que
avance llevando en mí nada más que el temor a Dios.
- Ganamos justicia más rápidamente si hacemos justicia a la parte contraria.
- No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta
en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra
libertad interna.
- No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores.
- No escuches a los amigos cuando el amigo interior dice: ¡Haz esto!

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